viernes, 3 de abril de 2020

Don Mario

Hola

"Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que voy a quererte sin respuestas."

                                                                               Mario Benedetti    

Hace muchos años ya, vivía por una colonia al sur de la Ciudad de México llamada Colinas del Sur. Salía a caminar todos los fines de semana con Rodrigo - mi hijo "jamón del sandwich", es decir el de en medio -; estaba muy pequeño como 2 años a lo más y cabalgando en mis hombros recorríamos el espacio y el tiempo. Había en nuestro camino, en una esquina, un sitio donde vendían periódicos y revistas. Ahí me encontré un fin de semana que había una colección de literatura hispanoamericana y que venderían un libro de diferente autor cada semana. Compré la colección mientras duro su entrega, un día sin decir por qué desapareció el envío del libro semanal. Todavía conservo los que compré, alrededor de treinta.

En uno de ellos conocí o volví a leer no lo recuerdo a Don Mario Benedetti. En mis tiempos de niño la palabra "Don" era símbolo de deferencia, de honor y en ocasiones hasta de alcurnia. Hoy en ocasiones a las personas les molesta dicho apelativo. Sí, para mí Mario Benedetti siempre ha sido un "Don". Y si me voy a las diferentes acepciones de esta palabra  fue, es y será también un don.

Hoy en un grupo que hemos llamado "Hermanos" (Ofelia tía de mis primos hermanos y mía, y mis primos hermanos que son también mis hermanos) Alfredo el más joven de todos nos envío este pensamiento de Don Mario:

Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos 
y seamos sobrevivientes 
de un naufragio colectivo. 

Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo 
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos 
todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido. 
Ya no tendremos desidia 
Seremos más compasivos. 

Valdrá más lo que es de todos 
Que lo jamas conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil 
que significa estar vivos
Sudaremos empatía 
por quién está y quién se ha ido.

Extrañaremos al viejo 
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado. 
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.

Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida, 
la vida que hemos ganado. 

Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado, 
que nos devuelvas mejores, 
cómo nos habías soñado.



Gracias a Alfredo, espero todos salgamos de este reto y nos devuelvan mejores de cómo nos había soñado, hoy no escribí, o tal vez sí ni de liderazgo ni de razones pero sí de sentimientos.

La melancolía en muchas ocasiones ha sido para mí, una magnífica consejera.

Un muy fuerte abrazo a todos, los quiero

Enrique




2 comentarios:

Unknown dijo...

Enrique, profético para este momento de aprendizaje y de grandes lecciones la poesía de Don Mario Benedetti.
Me gusta tu blog, es como charlar en silencio.
Un abrazo.

Dr. Enrique Cárdenas dijo...

Muchas gracias por tus comentarios, ¿Quién eres? No indicas al entrar al blog, como anónimo, es muy importante firmar al final aunque sólo sea con tu nombre...
Un fuerte abrazo y si espero seguir ¡charlando en silencio!

A cuidarse mucho, un fuerte abrazo

Enrique