Hola a todos
Dentro de la época que nos ha tocado vivir - y que al menos yo hace unos meses ni me pasaban por la mente estos momentos de todo tipo -, existen líderes de todo tipo ya sean empresarios, luchadores sociales, políticos, científicos, académicos, periodistas, en fin; de muchas áreas de actividad que resaltan en su quehacer diario así como en su pensamiento y acción en pro de todos nosotros.
Uno de esos líderes es y ha sido Bill Gates - Microsoft junto con Howard Schultz - Starbucks o Ginni Rometty - ex IBM o Hubert Joly - Best Buy. Todos ellos dondequiera que hoy estén, ya sea en estas mismas compañías o en otros emprendimientos están enfrentándose - al igual que nosotros -, a circunstancias nunca antes vistas, ni siquiera aludiendo a la gran depresión de 1929. ¿Por qué? Simplemente por que hoy a diferencia de ayer, no sólo es la economía o el propio empleo lo que está en juego, no; están en juego nuestras propias vidas.
En un artículo interesantísimo del pasado miércoles 29 del periódico Reforma en su sección de The Wall Street Journal, Sam Walker hace alusión a estos líderes y lo que me pareció muy importante resaltar y adicionar con algo mío, es lo siguiente:
Dentro de la época que nos ha tocado vivir - y que al menos yo hace unos meses ni me pasaban por la mente estos momentos de todo tipo -, existen líderes de todo tipo ya sean empresarios, luchadores sociales, políticos, científicos, académicos, periodistas, en fin; de muchas áreas de actividad que resaltan en su quehacer diario así como en su pensamiento y acción en pro de todos nosotros.
Uno de esos líderes es y ha sido Bill Gates - Microsoft junto con Howard Schultz - Starbucks o Ginni Rometty - ex IBM o Hubert Joly - Best Buy. Todos ellos dondequiera que hoy estén, ya sea en estas mismas compañías o en otros emprendimientos están enfrentándose - al igual que nosotros -, a circunstancias nunca antes vistas, ni siquiera aludiendo a la gran depresión de 1929. ¿Por qué? Simplemente por que hoy a diferencia de ayer, no sólo es la economía o el propio empleo lo que está en juego, no; están en juego nuestras propias vidas.
En un artículo interesantísimo del pasado miércoles 29 del periódico Reforma en su sección de The Wall Street Journal, Sam Walker hace alusión a estos líderes y lo que me pareció muy importante resaltar y adicionar con algo mío, es lo siguiente:
- La mayoría de los líderes están acostumbrados a la rapidez de sus acciones y transmitir ese sentido de urgencia a sus colaboradores, casualmente hoy "un mejor enfoque podría ser pensar con ambición pero avanzar con paciencia".
- No esconder ni hacer menores los retos a los que nos enfrentamos - no engañar, la verdad es eso verdad -; sin dejar a un lado el hacer notorias las fortalezas que tenemos o tienen cada uno de nosotros y cada una de nuestras organizaciones - incluyendo a nuestras familias dentro de este concepto -.
- Potencializarlos para que cada uno de nosotros hagamos lo que conocemos bien.
- Entusiasmo
- Volver a la "magia esencial" que cada organización tiene. Siempre, siempre hoy y cuando termine esta pandemia, necesitamos todos en "algo en que creer".
- Las condiciones de nuestro futuro serán distintas y ello nos obliga - ya no es un buen deseo - a no solamente adaptarnos. ¡NO! Necesitamos generar ese cambio dentro de esa ola de cambio que se nos quiere venir encima, ¡Seamos surfeadores de esas olas! Y, aprovechemos ese momentum en el tope de la ola para generar más cambio y,
- Nunca y menos ahora, perder la ambición de aprender, aprender y luego seguir aprendiendo.
Yo agregaría que no deben de ser tan sólo líderes de la notoriedad de quienes menciono al principio de este comentario, no; hoy todos nosotros necesitamos sacar de ese fondo de nuestro yo el líder que todos absolutamente todos llevamos dentro. El por qué de ello es que hoy no contamos con un mapa de cómo el futuro será. Antes hace unos meses como decía, podíamos con cierta probabilidad hacer proyecciones hoy hay "N" escenarios que son no tan ciertos.
¡Te necesitamos!
¡Te necesitamos!
Un fuerte abrazo y los sigo queriendo
Enrique