lunes, 23 de agosto de 2010

Cuarto Comentario Maestría Perú Covey (del inicio al Hábito 3)


Entramos ya a la recta final de esta etapa de preparación para nuestro encuentro intensivo en septiembre. El libro que estaremos reflexionando es obra clásica en la literatura sobre el liderazgo y la gestión personal: Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas. Su autor, Stephen Covey, emplea en otro de sus libros una metáfora que queremos compartir con ustedes. Él considera que los seres humanos somos en gran medida como aviones con el propósito de llegar al destino planteado. Lo curioso del asunto es que aproximadamente el 90% del tiempo los aviones se encuentran fuera de la que sería la ruta ideal, más corta y más directa, porque tiene que sortear toda clase de dificultades (tormentas, corrientes de viento, tráfico aéreo, etc.) ¿Cómo es posible que el avión llegue a su destino incluso con tan adversa probabilidad si consideramos ese desvío constante de su ruta? Creemos que hay razones muy importantes, una es la claridad en el destino al que se desea llegar, otra es la oportunidad de recibir información que le permite hacer los ajustes necesarios para no desviarse definitivamente de su camino. En este sentido sería importante también considerar que el piloto del avión no puede simplemente reaccionar a una tormenta regresando al aeropuerto porque la tormenta "no desea" que pasen, tampoco sería lógico empecinarse en seguir una ruta que no respeta las rutas comerciales de aviación. El piloto debe proponer, hacer lo mejor que puede para enfrentar a las circunstancias, utilizar todos los recursos que tenga a la mano para sortear esas dificultades y llevar a su tripulación y pasajeros a puerto seguro.

El problema es que en ocasiones no asumimos que somos nosotros los pilotos del avión y simplemente estamos esperando a que el tiempo de vuelo se acabe y lleguemos, no importa a donde sea ni como sea. Creemos que esta primera parte del libro de Covey nos invita a darnos cuenta de que el rumbo de nuestra vida está en nuestras manos, empezando por cuestionar las ideas no reflexionadas que podamos tener al respecto. Lo curioso es que cuando la gente habla de liderazgo, normalmente no tienen en mente esta parte del proceso; la victoria privada queda sepultada bajo un montón de técnicas superficiales que buscan lograr que los demás hagan lo que nosotros queremos. Lo preocupante es que si no trabajamos en cuestionar y ajustar nuestros paradigmas a la realidad, en controlar nuestras reacciones haciéndonos cargo de la manera en que enfrentamos nuestra vida; si no buscamos definir el destino hacia el cual queremos conducir nuestra vida, así como ser congruentes en la definición de nuestras prioridades, esa victoria pública no tendrá fundamentos y será muy frágil y efímera.

Nuevamente el reto está en que podamos conectar con nuestra propia experiencia de vida los principios que Covey propone, de manera que podamos tomar otra vez en nuestras manos esa posibilidad de definirnos y definir el mundo en el que vivimos. Fritjof Capra elaboró un esquema en el que muestra la red de los problemas del mundo. Lo curioso es que este gran físico y estudioso de los sistemas coloca las conductas egoístas y competitivas del ser humano como origen de todas esas problemáticas. Y si en ese nivel está el origen del problema, ¿no será buena idea empezar a trabajar con los individuos? Nosotros creemos que sí porque en la medida que nos damos cuenta de que tenemos un destino común con los otros seres humanos y asumimos la responsabilidad de construirlo, nuestras conductas hacia los demás no pueden seguir siendo las mismas y probablemente eso sea el inicio de la transformación que esta humanidad espera con urgencia. ¿Qué descubres de ti mismo en estos capítulos?

36 comentarios:

Anónimo dijo...

Hábito 1: Ser Proactivo
Antes de leer el libro yo entendía como proactividad el tener iniciativa, el ser alguien muy activo tratando de mejorar día a día yendo más allá de las tareas o responsabilidades encomendadas. Pero el ser proactivo es mucho más complejo y difícil de ser en todo momento. Debemos ser responsables, responder a los problemas de manera rápida y consciente teniendo siempre presente los valores, no ser impulsivos al dar respuestas de vez en cuando influenciados por el estado de ánimo. Hoy me doy cuenta que muchas veces no he sido proactiva, muchas veces debido al estrés por ejemplo, puedo no haber contestado de la mejor forma, buscando responsables o excusas. Cada uno es responsable de su vida y de sus decisiones a lo largo de ella, y siendo proactivos lograremos mejores resultados y seremos cada día mejor.

Hábito 2: Comience con un fin en mente
Es muy importante tener en claro que quiero ser, y planificar las actividades en función a ello teniendo siempre en cuenta los valores y principios. Escribir los objetivos que cada uno quiere lograr durante el año es un ejercicio super bueno, asi como también día a día tener claro los objetivos y tareas a realizar, y al finalizar el año o día hacer un check list de las metas/tareas logradas y cuales faltan por culminar.

Hábito 3: Establecer primero lo primero
Es importante priorizar las actividades importantes de las actividades urgentes, saber cómo organizarnos y analizar los cuatro cuadrantes descritos en el libro. En el trabajo he desarrollado una base de tareas, priorizándolas en función de varios factores, y asignándolas a determinadas personas con los plazos estimados, lo cual me ha ayudado mucho en administrar las tareas entre el personal, revisando el porcentaje de cumplimiento semanalmente. Esto me ha ayudado a cumplir las tareas en un menor tiempo, y de una manera mucho más ordenada. Para ello es crucial analizar previamente el hábito 1 y hábito 2.

Melissa Pelosi

Anónimo dijo...

Qué equivocados estamos cuándo decimos que el tomar decisiones rápidas y antes que el resto nos hace proactivos. Covey nos enseña que la pro actividad se mide en la medida en que nuestras decisiones estén regidas por nuestra libertad personal, en nuestros valores y no en el de otras personas o circunstancias que las puedan manipular. Cuánto más autoconciencia tengamos más podremos ser conscientes y diferenciarnos, cuánto más imaginación tengamos podremos crear ideas más allá de nuestra realidad, cuánto más conciencia tengamos podremos distinguir entre decisiones buenas y malas y finalmente mientras más voluntad independiente poseamos podremos actuar basados en nuestra propia autoconciencia. La próxima vez que decida algo pensaré basado en mis propios valores e ideas y no permitiré que otros condicionen estas…no más: “atrasó mi trabajo, amargó mi día” sino “dejé que mi trabajo se atrasara”…”permití que amargue mi día”…de ahora en adelante yo podré ser dueño de mis decisiones y acciones.
Un verdadero líder no es quién dice que se debe hacer sino el que sabe qué quiere lograr y luego indica el camino de cómo hacerlo. Como todo se hace 2 veces, primero en plan (escrito, mental, verbal) y luego en la práctica, donde se lleva los hechos a la acción, podremos identificar quién es líder o sólo un gerente, el gerente hará la acción y el líder conducirá su plan mental. El primer paso que debe hacer una persona que aspire a ser líder es conocer su núcleo o centro, la fuente de seguridad personal, la guía, sabiduría y el poder de donde emanan nuestras decisiones, a veces vemos personas abocadas al trabajo, olvidando su lado personal, quedándose hasta altas horas terminando un proyecto o una tarea, posiblemente esa persona tenga su núcleo en el dinero o el reconocimiento, hay personas que encuentran seguridad en el hecho de estar casados o tener un buen puesto, pero si tienen problemas maritales o son despedidos, su mundo posiblemente se desmorone con ellos, es por eso la importancia de tener un núcleo sólido como nuestros valores o principios que trasciendan en el tiempo, de esa manera siempre tendremos un fin en mente.
Muy interesante es tener herramientas para poder priorizar el manejo del tiempo, Covey nos ensaña el uso del cuadrante de tareas clasificándolas por su importancia y urgencia. Muchas veces tratamos de balancear nuestras cosas más urgentes e importantes como un crisis o el fin de un proyecto con cosas poco importantes como leer correos o ver televisión, lo ideal es que no usemos el cuadrante III ni el IV, la gente para ser efectiva debe evitar tareas no importantes ya sean urgentes o no, para concentrarnos en atender las más urgentes e importantes como el trabajo y sus “deadlines” o la recreación planificada y las relaciones interpersonales. Talvez hacer un esquema de actividades nos ayude a priorizar nuestro tiempo y ser más eficientes.

Marco Acero

Anónimo dijo...

Habito 1.- Ser Proactivo.
Luego de leer Covey quede muy intrigado por los 7 hábitos que nos enseña. Es una lectura que deja mucho al pensamiento y a la reflexión. Hay una frase que se escucha frecuentemente y da mucho énfasis al primer habito -“El cambio empieza por uno mismo”. Muchas personas, saben cómo vivir la vida de los demás, pero no tienen idea de cómo vivir su propia vida. Creo que Covey toca muy profundo este tema, con el hábito # 1, de ser proactivo. El ser proactivo, es tomar la vida con responsabilidad, tomar decisiones basado en valores, y no impulsado por tu estado de ánimo. Es impresionante ver como una actitud proactiva o reactiva influye a tal magnitud en tu vida profesional, personal y en la calidad de vida. En el trabajo es común, ver personas reactivas y proactivas, aquellas que guían y aquellas que siguen sin ver a donde van. Hay que decidirnos a cambiar y estar dispuesto a romper todos los paradigmas.
Habito 2.- Comience con un fin en mente.
Cada ser humano traza metas a lo largo de su vida, pero son muy pocos los que cada día se levantan con una meta. El tener una visión y un objetivo diario hace que cada minuto orientes tu esfuerzo, tiempo y dedicación hacia el objetivo de alcanzar tu meta. Estoy convencido que las grandes personas que han hecho historia en este mundo, son aquellos que tuvieron una visión amplia y metas definidas.

Hábito3: Primero lo Primero.
Creo que a mayoría ha escuchado en el trabajo, “es urgente”, “prioridad uno”, “lo necesito para ayer”. El problema es que lo escuchamos tantas veces, que no sabemos cuál es realmente importante. El tercer hábito de auto-dominio nos enseña a practicar los principios de la administración personal, a organizar nuestro tiempo alrededor de las prioridades. Lo importante es haber aprendido a seleccionar las prioridades en el ámbito laboral para poder ser altamente efectivo.

Ray E. Balarezo

Anónimo dijo...

Es impresionante como el ser humano inconcientemente se “encasilla” y actúa siempre de la misma manera. Son “barreras mentales" que nos bloquean y simplemente no vemos otras opciones. Cuantas veces hemos escuchado preguntar, ¿por que estamos haciendo esto de esta manera, cual es la lógica? y como respuesta escuchamos, porque así lo hemos hecho siempre y funciona. Este tipo de respuesta es un claro ejemplo de que el ser humano no se cuestiona y menos lo hace si algo esta saliendo bien.
Personalmente, tome conciencia de esta “barrera mental” hace unos años cuando una persona me pregunto, ¿por qué no lo haces de esta manera? y yo simplemente respondí, porque pensé que así no se podía hacer. En ese momento me di cuenta que no había considerado la mejor alternativa simplemente porque unos meses antes había tratado de hacerlo de esa manera y me respondieron que así no se hacia. No fui mas allá, no cuestione, no reflexione, simplemente mi cerebro anulo esa opción. Desde ese momento, me propuse “saltar” esas “barreras mentales” a la hora de tomar alguna decisión pero me he dado cuenta que no es un trabajo sencillo ya que muchas veces uno no se da cuenta pero esta tomando decisiones inconcientemente y no esta viendo todas las alternativas.

Si bien tengo claro en términos generales que quiero y que no quiero para mi futuro, no profundizo mucho en el tema. Muchas veces me he propuesto pensar un poco mas a fondo de mi futuro pero al final siempre caigo en los mismos puntos que ya tengo identificados. Creo que me sucede esto porque pienso que uno va armando su vida con el presente y que al tratar de esquematizar tu vida hacia el futuro podrías formar “barreras mentales” que luego no te dejaran elegir la alternativa correcta. Sin embargo, soy conciente que es importante que pensemos en nuestro futuro y la tengamos clara ya que solo de esta manera podremos hacer que con actos del presente logremos ese futuro, es decir, trabajemos para lograr esa meta.

Vivimos en un mundo acelerado, en donde el día no nos alcanza para resolver todos nuestros pendientes. Es penoso pero cierto decir que muchas veces nos pasamos el día a día apagando incendios, es decir, ejecutando las actividades urgentes que en realidad no generan valor. Por este motivo es fundamental que prioricemos y hagamos primero las actividades que realmente dan sentido a nuestras vidas, actividades que nos llevan a cumplir nuestras metas, es decir que sean realmente importantes.

Anya Meier

Anónimo dijo...

Una de las primeras cosas que me impresionó en el libro de Covey es el cambio de paradigmas. Normalmente siento que estamos condicionados por la primera impresión, como la primera imagen de la señora y en base a ello vemos la realidad. En el trabajo todos asumimos las osas en base a que son los estándares de lo que se viene haciendo. Muchas veces, cuando propongo ideas de cambio y no encuentro una respuesta favorable al respecto, comparo el trabajo actual de ciertos procesos con el de monos entrenados, ya que pareciera que no se toman decisiones, solo se imita el trabajo del predecesor. Eso pasa con la carga operativa que realiza mi asistente y mi asistente operativa. Para cambiarles las formas de trabajo se requiere pasar por muchas instancias en la organización, cada una de las cuales mira las cosas detrás de sus lentes y ve una realizad distinta, de quizás como era la empresa hace 15 años, cuando estaban en ese puesto.

Por tendencia siento que se nos hace mas fácil ser reactivos que proactivos. En estos últimos días he notado un tráfico inusual en la ruta que tomo de mi casa a la oficina. La cambié para probar otra opción y encontré aún más tráfico. Todos los días vengo culpando a los policías de tránsito por su ineficiencia, al inepto de nuestro alcalde por iniciar obras cuando hay otras ya en camino en la misma zona, generando caos en los desvíos y en general a todo el resto de gente que se le ocurre salir sobre la hora como a mi. Pero quizás el enfoque podría tomarse por otro lado. Si el tráfico se genera porque hay muchos colegios en esta zona, puedo salir mas temprano para la oficina y pasar a ser quien maneje los tiempos, buscando una ventana de horario de menor tráfico. Además, el tiempo que paso con el auto detenido lo puedo usar para relajarme con música y viendo las noticias en el Smartphone, en lugar de renegar por el tráfico.

El ejercicio del funeral de un ser querido, que resulta ser uno mismo te permite pensar en las cosas en verdad importantes. Ese ejercicio me trajo recuerdos justamente de velorios de seres queridos, de mi papá, de mi tío y de mi abuela. Me hizo recordar las cosas que decían de ellos las personas que los conocieron, gente con la que trabajaron o sus amigos. Eso me hizo meditar respecto a las cosas que tememos dejar atrás pero que en verdad de todos modos vamos a terminar dejando porque un día indefectiblemente vamos a morir. Muchas veces no sabemos centrar nuestra vida en cosas duraderas. En el momento del velorio siempre se escuchan las cosas positivas de la persona que falleció, se ven las expresiones de dolor, se tiene mucha tristeza, pero también recuerdos alegres de la persona. Son los detalles realmente importantes que van dejando en el camino de la vida. Aún no tengo idea de que me gustaría que digan cuando sea el mío, pero si se que me gustaría que sean cosas alegres, que se vea el lado divertido, que se resalte que fui una buena persona, buen esposo, alguien colaborador y creativos en el trabajo, buen amigo que siempre supo escuchar y con mucha disposición a ayudar. Pero no aterrizo el detalle de cada punto. Separar lo realmente importante y hacer un plan de vida. Tener un centro correcto, duradero, firme y estable. Es algo interesante para trabajar en ello y como toda misión, me parece importante no solo trabajarla sino luego compartirla con mi esposa, mi mamá, mis compañeros y buscar en todos ellos el soporte para alcanzarla con éxito, pero logrando que todos avances también en su propia misión.

Gonzalo Dias

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante la forma en que el autor determina como cambiar “de adentro hacia fuera” superando tres niveles. En principio, dejar de ser dependientes de malos hábitos, relaciones actitudes, etc. Para ello creo que debemos partir por conocernos y analizarnos a nosotros mismos profundamente y darnos cuenta que si bien desde niños estamos expuestos a la influencia del mundo que nos rodea, como seres humanos tenemos libertad y somos creadores de nuestro propio destino. Me parece que en la medida que tengamos esto muy claro e internalizado podremos eliminar la dependencia a cualquier cosa.

Una vez superada la etapa de dependencia, pasamos a ser independientes, el poder hacer las cosas por nuestros propios medios y elegir libremente también nuestras acciones y pensamientos. Sin embargo, el autor nos propones una tercera etapa mas profunda, movernos hacia la interdependencia, darnos cuenta que nuestra libertad la podemos usar pero también interrelacionándonos con los demás, en el largo plazo vamos a conseguir mejores resultados y vamos a ser más eficientes. En la práctica, puedo decir que el trabajo en equipo logra mucho mas que trabajar solo, inclusive lo podemos ver en esta maestría, el tiempo que nos toma trabajar y estudiar con nuestro grupo es mas reducido y además el resultado es mejor que si lo hiciéramos solos.

Otro punto que captó mi atención fue el relacionado con la Delegación. Muchas veces por hacer las cosas rápido y mejor, en vez de delegar en encargados, que sé que me llevará más tiempo, hago las tareas yo misma o delego en recaderos. Al leer a Covey, he comprendido la diferencia entre ambos conceptos y que el delegar en encargados puede ser difícil y llevar mas tiempo pero en el mediano plazo es mucho mas efectivo y eficiente tanto para mi como para la persona a la que se delega, puesto que aprende y asume también la responsabilidad. Luego de leer esto, voy a definir un esquema que comprenda las 5 áreas de delegación para que las personas con las que trabajo asuman no solo las tareas sino también las responsabilidades que traen consigo.

Catherine Cevallos

Anónimo dijo...

- Respecto al hábito 1, coincido con el autor, en el sentido de que cada persona debe elegir cómo se siente. Creo que no es del todo cierto que los sentimientos fluyen simplemente ante una determinada situación. Considero que todos elegimos como nos sentimos y como reaccionamos ante eventos o personas determinadas. De allí la necesidad de ser proactivo, pues así uno se responsabiliza por sus acciones. Esto, a mi parecer, se encuentra estrechamente ligado con la inteligencia emocional.

- Me pareció interesante la comparación que hace el autor entre el liderazgo y la gerencia. Normalmente, nos encontramos con personas que manejan el poder formal, es decir, el puesto de gerentes, pero que no logran tener una visión del objetivo global del grupo. Esto me parece que es una habilidad básica que todo aquel que dirija un grupo, debe desarrollar.

- Personalmente, el tercer hábito me resulta el más interesante. Creo que con las múltiples ocupaciones diarias es difícil manejar el tiempo adecuadamente, y es cierto que concentramos nuestros esfuerzos en atender los temas urgentes. Esto en lo particular, me genera stress y una sensación de constante apuro. Entonces, me parece notable que el autor nos invite a distribuir nuestro tiempo es las actividades importantes pero no urgentes. Esto me parece que se logra con una planificación adecuada de las actividades, y logran una mejor asignación del tiempo.

Stefanie Araujo

Anónimo dijo...

A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a diferentes situaciones, problemas y obstáculos que nos hacen pensar que muchas veces tenemos poca suerte comparándonos con otros que si logran sus objetivos. Es a sí como surge el concepto de proactividad entendido como ser responsables de nuestras propias vidas, decisiones y hacer que las cosas sucedan. Es muy fácil justificar nuestras conductas como producto de condicionamientos externos, por ejemplo “me fue mal en el examen porque el profesor no sabe enseñar”, “llegue tarde porque había demasiado tráfico”, “no me ascienden en el trabajo, porque todo se maneja con relaciones”, debemos ser concientes de que nuestra conducta y elecciones son propias de las decisiones que tomamos.
Otro concepto importante es como las personas proactivas focalizan sus esfuerzos en el círculo de influencias, es decir donde pueden hacer algo, “control directo” a diferencia del “control indirecto o inexistente”. Todos tenemos algo en que mejorar o aprender, es parte de la naturaleza humana, por lo tanto es absurdo buscar cambiar primero actitudes de otras personas cuando debemos cambiar primero las nuestras “victorias privadas” o preocuparnos por situaciones externas sobre las cuales no tenemos ningún dominio. Es común encontrarnos aconsejando o tratando de manipular conductas de nuestros compañeros de trabajo cuando esto realizado de manera explícita no genera ningún resultado, o estar angustiados por decisiones corporativas tomadas a alto nivel sobre las cuales no tenemos nada que hacer.
Debemos resolver los problemas que están dentro de nuestro círculo de influencia para luego buscar influenciar en los que están fuera.

“Todas las cosas se crean dos veces” nos sitúa primero en un escenario mental que luego en un futuro se pragmatizará en algo tangible, es importante hacer este ejercicio e interiorizar ambos para poder escoger el camino más adecuado. Es imprescindible fijarnos objetivos que puedan ser entendidos de las dos formas, de no ser así estaríamos fuera de nuestro círculo de influencia y por ende cada vez más lejos de lo que realmente queremos.
La primera creación debe ser absolutamente conciente y está dentro de nuestra responsabilidad, de no ser así otras personas, padres, familiares, influencias externas estarían definiendo un punto de partida erróneo y por consecuencia una travesía innecesaria. Tratando de vislumbrar un ejemplo podría compararlo con las decisiones de estudio de una carrera profesional influenciada por los padres o paradigmas sociales que indican que hay ciertas carreras más exitosas que otras. Se asocia el concepto liderazgo a la primera creación la cual nos va permitir escribir nuestro propio guión.

Miguel Bandach

Anónimo dijo...

*Antes de leer a Covey, la proactividad significaba para mí sólo el hecho de tomar la iniciativa, pero ahora he aprendido que significa mucho más: la responsabilidad sobre nuestra propia vida y la capacidad de elegir nuestras respuestas independientemente de las circunstancias. Me impactó mucho la historia de Frankl y su libertad interior. Ello me llevó a una autoevaluación de cuántas veces me permito influenciar por el entorno, por el ambiente o por el qué dirán, es decir factores externos que no puedo controlar y cómo, éstos afectan mis resultados o mi ánimo para las cosas. Descubrí en esta evaluación que sí, efectivamente hay oportunidades en que esto me pasa, pero también encontré varios ejemplos en las que no me dejé ganar por el desánimo y por lo que podía acontecer. Me doy cuenta ahora que la clave para mí, es llegar a tener esta autoconciencia en todos los aspectos de mi vida y aunque no es tarea fácil, mi actitud, mis valores y el deseo de mejorar continuamente es lo que cuenta.



**En alguna reflexión anterior descubrí que es importante ser honestos con nosotros mismos y encontrar nuestra propia definición del éxito, es decir nuestra misión personal, qué es lo que nos interesa, qué nos hace felices y qué valoramos más. Mi nueva reflexión se reafirma y complementa luego de entender el concepto de la “doble creación”. Entiendo ahora que ésta definición va primero, va antes que todo, pues de nada sirve sumergirnos en la realización eficiente de tareas que al final no nos llevan a nada, al menos a nada cercano al sentimiento de satisfacción con nuestra propia vida. También he reflexionado sobre el proceso de liderazgo personal y “la afirmación y visualización“, como medio para lograr la congruencia de nuestros actos con nuestra misión. Tuve oportunidad de hacer una especie de práctica en esto último, para una actividad laboral y puedo contarles que me sentí muy bien de hacerlo, exploré mis sentidos y me relajó bastante, pero lo mejor de todo es que en “el momento de la verdad” pudo cumplirse todo y hasta tal vez mejor que en mi mejor escenario de afirmación y visualización.



***Mi última reflexión va dedicada al tercer hábito: “primero lo primero”, ya que al evaluarme en la matriz: importancia versus urgencia, descubrí muchas oportunidades de mejora en mi administración personal. Al hacer este análisis me di cuenta que mi inversión de tiempo no encajaba con lo que realmente es importante para mí, (aunque no urgente,) es decir no encajaba en el cuadrante 2. El caso es que ahora entiendo que en definitiva es mejor darle mi tiempo a lo que realmente es importante en mi vida (incluir todos los aspectos no sólo el profesional) y sé que al hacer esto lograré mejores resultados en general. Soy consciente además que éste cambio es un proceso que lleva tiempo porque hay que re-aprender, cambiar modos de pensar y modificar hábitos (y para ello son esenciales tener en cuenta los hábitos anteriores). Me interesó también lo relacionado con el hecho de “vivir” el programa, pues considero que tiene razón, no todo se puede programar o planificar, muchas veces podemos escaparnos de esta planificación, sobre todo si tenemos que abarcar temas relacionados con personas, ya que éstas son importantes y hacer prevalecer en este caso la eficacia antes de la eficiencia, es decir lograr el objetivo con ellas, aunque eso derrepente requiera de tiempo adicional. Para este caso en particular tengo muchas experiencias que me reafirman ésta última idea, ya que mi trabajo requiere de mucha interacción con personas y el hecho de construir relaciones con ellas ha sido una buena inversión para mis resultados.

Evelyn Mezarina B.

Anónimo dijo...

Hábito 1 : Luego de leer acerca del primer hábito la definición que tenía de “proactividad” ha variado, debo reconocer que mi listado de personas proactivas a cambiado luego de la lectura y valoro aún más a una persona proactiva porque es evidente que no es sencillo ser responsables de nuestra vida, de nuestras decisiones y muchas veces responsables de las decisiones que toman otras personas que se encuentran a cargo nuestro; asimismo estas personas pueden lograr que el entorno no les afecte, la seguridad domina su vida por lo cual responden a impulsos externos según los valores que los caracterizan, no se sienten afectados porque son ellos los que definen como responderán a dichos impulsos. Es evidente que actuar de manera proactiva es una elección basada en valores, es claro que la persona es la que decide como actuar sin que se sienta influenciado u obligado.
Hábito 2 : En mi labor diaria tengo claro que todo tiene un fin u objetivo, mi trabajo siempre está orientado a cumplir un objetivo en un tiempo determinado con estándares de calidad, nunca lo he visto de otra forma porque es parte de mi formación y mi trabajo diario, sin embargo, es evidente que no es tan simple cuando la práctica se lleva a la vida personal, es que cuando tienes presión laboral y un jefe que te recuerda de manera frecuente que tienes que cumplir un objetivo no hay manera de olvidarlo, sin embargo cuando es algo personal no es tan sencillo, no tienes quien haga seguimiento al proyecto de tu vida, ni identificas los gaps que tienes respecto al objetivo trazado y por último así existiera alguna persona a la que le hagas seguimiento no le prestarías atención. Los beneficios son evidentes pero debe existir mucha fuerza de voluntad y disciplina para definir los objetivos y trabajar para lograrlos, el primer gran paso es el más importante.
Hábito 3 : Hace algunos años tomé un taller denominado “Focus, logre sus más altas prioridades”, dictado por Franklin Covey, en dicho taller explicaron el concepto de Matriz de Administración del Tiempo, su aplicación y beneficios, es impresionante lo que se puede lograr con ella; las personas que me conocen se sorprenden de las cosas que puedo hacer, porque nunca tienen tiempo para nada y siempre tienen pendientes que los agobian, de acuerdo a mi experiencia puedo decir que lo básico es identificar y diferenciar lo “importante” de lo “urgente”, poner en contexto nuestras actividades, tener mucha disciplina al inicio y hacerse del hábito; otro tema importante es siempre dejar un espacio de tiempo para los imprevistos que siempre aparecen como urgentes e importantes los cuales deben ser atendidos y respondidos de inmediato.

Margot Calderón

Anónimo dijo...

¡Que importante es nuestra manera de hablar!, nuestro lenguaje cotidiano generalmente muestra quejas e inconvenientes, problemas sin solución y negativismo.
Esta situación nos amarra y nos impide tener un buen desempeño. ¿No nos pasa a todos que una persona negativa contamina, y nos pone de mal humor? Interiorizar nuestras metas es muy importante para alcánzalas, sin embargo debemos traducirlas en nuestro lenguaje. Uno puede tener una meta alta de desempeño laboral y trabajar para ello. Sin embargo, si constantemente se escuchan quejas de lo mucho que cuesta alcanzar la meta, el resultado final se ve desmejorado o disminuido. Debemos aprender que nuestra manera de hablar también es un elemento clave para el éxito, ya que da conocer pro actividad y actitud positiva.

En cuanto el segundo hábito, lo que mas me impacto del libro de Covey, fue la diferencia que hay entre un líder y un gerente. Un gerente puede tener rasgos de liderazgo y puede llevar eficientemente a un grupo de personas por un sendero. Sin embargo ¿Qué pasa si el sendero lleva hacia un abismo?
¿Como hacer para que estar seguros que las cosas que hacemos sean las que realmente nos lleven existo? Me parece que esa es la verdadera importancia de este argumento; debemos analizar de manera intensa cual es el verdadero objetivo a seguir, y después de medir todas las variables, concluir con seguridad el camino. Esa es la única forma por la cual vamos a tener la certeza de seguir el objetivo día a día. Para desarrolla el hábito de comenzar con un fin en la mente, debemos tener la confianza que estamos haciendo lo correcto.

Manejar los tiempos es realmente un arte, y depende mucho de nuestra capacidad de organizar los eventos. Yo creo que una clave para cumplir efectivamente todos los tipos de tareas es la planificación; la cual consta de dos partes, uno es determinar de forma efectiva el grado de urgencia de las tareas y dos saber cuanto tiempo demora realizar y cumplir cada objetivo final. Sin embargo, no todo el tiempo se puede estar planificando, debemos hacer efectivo cada plan que se traza. La combinación exacta de estos dos aspectos la planificación y la ejecución da como resultado un desempeño más eficiente.


Hernando Márquez Mares

Anónimo dijo...

* Nosotros decidimos nuestra actitud, nuestro estado de ánimo, nuestra reacción. Tenemos la libertad interior de elegir. Cuan importante es el interiorizar que somos nosotros quienes hacemos que las cosas sucedan, quienes escogemos nuestra actitud, que si estamos mentalizados que vamos a ser exitosos en determinado proyecto que nos planteemos, depende de nosotros el resultado. Este primer principio grita el basta ya de culpar a la suerte o a personas de los resultados negativos que tengamos, grita el sé valiente, el date cuenta de cuan afortunado eres de poder elegir, de poder influir, de poder gobernar con libertad tu destino, y sobretodo, de poder pensar.

** A fin de poder dar los pasos adecuados hacia la dirección correcta que nos lleven a cumplir nuestros objetivos, debemos saber dónde estamos y cuáles son nuestros fundamentos, nuestros pilares que nos llevarán a tomar nuestras decisiones. Si la motivación de una persona está centrada en el dinero, su impulso por ir cada día a trabajar no necesariamente hará que sea un líder o participante en los grupos de trabajo, mas bien, puede tender a trabajar individualmente, con la expectativa de tener crédito personal, lo que le significaría éxito, y no compartir la visión de la empresa que lo lleve a ser más un líder que un administrador que sólo se preocupa por hacer bien las cosas y no las cosas correctas.

*** Ya sabiendo lo que queremos y nuestros pilares, ya depende de nosotros el aprovechar nuestro tiempo (recurso escaso, preciado y muchas veces mal gastado) a fin de ejecutar nuestras acciones y conseguir resultados. En varias organizaciones, las personas que se quedan trabajando hasta más tarde llegan a tener la percepción ante los demás que realizan labores difíciles, que requieren tiempo y esfuerzo extra. Si alguna persona de ese grupo se retira a su hora de salida, llega a ser percibido como alguien que no realiza su trabajo y sin saber de la calidad del mismo, asumen que debe ser mediocre. Cuan falso y contagioso pueden ser estos tipos de ambientes. Lo que el tercer principio muestra, de una forma tan simple a través de cuadrantes, es la consecuencia de la decisión de distribución de tareas y asignación de prioridades a ellas. El tiempo es un recurso que podemos administrar, pero muy pocas personas son capaces de saberlo utilizar.

Rocío Samatelo

Anónimo dijo...

*Ser Proactivo:
Una cualidad que debemos cultivar y que nos permitirá diferenciarnos de los demás es la proactividad con la que manejemos nuestras acciones. Muchas veces no somos proactivos, sino mas bien reactivos de acuerdo a cada estimulo del ambiente o diferentes factores externos. Siendo proactivos, podemos manejar nuestra libertad para tomar decisiones, siempre y cuando estas estén basadas en los valores adecuados y que se desarrollen de acuerdo a su círculo de influencia. La proactividad se complementa con el enfoque que debemos tener hacia nuestros objetivos y metas personales. Es importante prever los resultados que queremos lograr para guiar las actividades y los esfuerzos físicos que demandaran.

**Comience con un fin en Mente
En ocasiones nosotros no sabemos bien lo que queremos o hacia donde nos dirigirnos. Hacemos muchas cosas por inercia, porque así estamos acostumbrados o simplemente por opinión o presiones de otros; y actuamos, sin reflexionar. Siempre deberíamos pensar antes de actuar y tener un bosquejo de nuestro plan de vida. El tener una clara misión de nuestro futuro yo creo que no es nada fácil, ya que en el camino se van presentando situaciones que al inicio no existían y que hacen que nuestros objetivos y prioridades cambien, por eso es importante enfocarnos en actividades y acciones que sean verdaderamente importantes y no tratar de abarcar todo, es importante priorizar en base a la misión y metas que nos hemos planteado.

***Establecer Primero lo Primero:
Es importante saber discriminar lo importante de lo urgente. Esto no siempre es fácil, ya que uno debe aprender a decir "no" cuando sea necesario y no distraernos del enfoque que deberíamos tener. En nuestro día a día, a veces terminamos apagando incendios, en lugar de crear valor para la organización. Esto genera un desgaste físico y emocional, además de lidiar con un desasosiego por la frustración de sentir que no avanzamos, aquí el tema es seleccionar aquellas actividades que generan valor a la empresa y que están alineadas a los objetivos de la organización. Deberíamos ser conscientes que el tiempo es un recurso escaso, irrecuperable y vital por lo que debemos saber cómo priorizar nuestras actividades, ver qué actividades las podemos delegar y que actividades no deberían ser realizadas, adelantándonos a lo que puede ocurrir.

Claudia Holgado

Anónimo dijo...

Quien no ha leído algún libro sobre cómo encontrar la felicidad, o el camino para ser felices???, que hay detrás de todos estos consejos que nos proporcionan muchos autores??? El punto en el que muchos autores convergen es en que nuestra forma de plantear nuestros objetivos y la forma cómo llegamos a ellos, no dependerá de nuestro mapa genético; esto es un paradigma que las personas debemos romper, el vivir pensando en que actuamos de determinada forma, porque así nos criaron, porque recibimos tal o cual enseñanza o porque genéticamente heredamos el carácter de nuestro padre o abuelos. Lo cierto es que las personas vamos desarrollando actitudes en base a la propia experiencia a lo largo de nuestra vida, estas actitudes y comportamiento se basan en una escala de valores. El primer hábito mencionado por el autor nos induce a romper con ciertos paradigmas, nos invita a ser autocríticos y a comprender que poseemos- como condición humana- la capacidad para elegir libremente que cosas nos afectan y que estas no se conviertan en barreras para conseguir nuestros objetivos o nos distraigan de los mismos. Todos pasamos por momentos complicadas en nuestra vida laboral, algún Jefe con carácter especial, o un subordinado con poca motivación, o un compañero con actitud siempre negativa; es en estas situaciones donde debemos desarrollar nuestra capacidad de elegir, es decir ser proactivos, y decidir si estas situaciones afectaran o no nuestro día a día y en general nuestro objetivo a largo plazo. El establecernos objetivos es la base para empezar a caminar en la vida; lo importante es indagar en nuestro propio ser (Centro), y preguntarnos qué es lo que realmente queremos en nuestra vida, las metas deber ser realistas, y mesurables. El centro de cada persona, se soporta en los valores adquiridos y cultivados a lo largo de nuestra vida, y será la base para poder tomar decisiones acertadas, y que los resultados de las mismas no afecten nuestro estado y el del entorno. Son muchas las personas que establecen como bases de su centro, el dinero, la familia, o la posición laboral; en general debemos establecer centros equilibrados para tomar decisiones, de lo contrario una de los centros será un factor demasiado importante en el proceso de toma de decisiones y nos sesgara a tomar un camino incorrecto. Otro punto importante mencionado por el autor es saber administrar nuestro tiempo, el establecernos objetivos a corto mediano y largo plazo, y determinar cuál es la mejor forma de conseguirlos sin vivir con la presión de no conseguirlos oportunamente porque no tome el camino adecuado o utilice los recursos oportunamente.
Giannina Pella

Anónimo dijo...

Ser proactivo: Somos responsables de nuestras vidas. Esto es una realidad que a muchas personas les cuesta aceptar. Es muy tentatador echarle la culpa a factores externos cuando las cosas no funcionan pero lo cierto es que sólo nosotros podemos hacer que nuestras metas se hagan realidad.

Comience con un fin en mente: Hay un breve relato que me parece ilustra muy bien este principo. Un nadador se había preparado arduamente para una competencia en estilo libre. El objetivo era nadar en las aguas heladas de Alaska desde la orilla hasta una pequeña isla. En los entrenamientos había conseguido llegar a la meta siempre y mejorar sus tiempos. Pero el día de la competencia inexplicablemente abandonó la misma. Cuando le preguntaron como era como era posible que una persona tan experimentada y entrenada como el, favorita para ganar no hubiera culminado la competencia respondió: "Cuando entrenaba siempre tuve días despejados y podía ver la isla a cual debía llegar pero hoy estaba muy nublado y no pude ver la meta". Luego de eso volvió a intentarlo en un día igual o mas nublado pero esta vez visualizó en su mente la meta y pudo ganar la competencia.

Establecer primero lo primero: " Debemos dejar de apagar incendios y planificar mucho mas". Esta es una frase que se oye mucho entre los lideres de una organización. Es importante dedicarle mas tiempo a planificar a fin de responder mejor ante eventos futuros aprovechando las oportunidades y minimizando riesgos. Debemos centrarnos en lo importante y no urgente para minimizar lo urgente e importante (Incendios).

Luis Garibaldi

Anónimo dijo...

Ser proactivo
La lectura de esta primera parte del libro marca un hito dentro de mi concepto de proactividad. Indudablemente muchas veces el mismo ritmo de vida hace que perdamos un poco la brújula y no respondamos a las exigencias laborales de la mejor manera. Pienso que siempre debemos de manejar las situaciones de tal forma que no se vea perjudicado el alcanzar nuestras metas.
Comience con un fin en Mente
Básicamente aquí rescato el hecho de que siempre debemos de tener un objetivo (fin) en mente y no debemos distraer nuestra atención y esfuerzos para poder conseguir dicha meta. Durante mientras dure el proceso en alcanzar nuestros objetivos podemos compartir con diferentes personas el “camino” pero no debemos de perder de vista nuestro objetivo ni dejarnos influenciar por los demás por un tema de moda o porque el hecho de que la mayoría vaya para un lado no quiere decir que yo también deba ir hacia allí.
Establecer Primero lo Primero
Muchas veces el día a día nos hace perder un poco la perspectiva sobre que debemos atender primero lo importante o lo urgente. Los tiempos actuales, de constante cambio, hace que nuestro día a día se llene de cosas “para ayer” que demandan nuestros mayores esfuerzos dejando de lado lo importante, yendo en perjuicio de los objetivos que, como personas e incluso organizaciones, debemos alcanzar.
Juan Carlos Medina

Anónimo dijo...

He prestado atencion a mi lenguaje, al lenguaje de la gente que me rodea en casa, al lenguaje de muchos de mis amigos y al de mis compañeros de trabajo. Todos usamos con mucha frecuencia frases reactivas. Todas estas frases encasillan el futuro determinando la forma como se enfrenataran las cosas. Tratare en adelante identificar donde existen debilidades para aprovecharlas como oportunidade tanto para enseñar lo aprendido como para responder de forma proactiva. Lo importante es decidir como responderé, hacer uso de mi libertad en como me sentiré y no permitiré que sea de otra forma.
Veo que es muy importante poder identificar el nucleo en el cual las personas deben apoyar su forma de ver las cosas. En mi caso los principios sobre los cuales se centra mi actuacion son la libertad, el autoconocimiento y el colaborar en el aprendizaje de los demás. De ellos obtengo seguridad, guia, sabiduría y poder.
En nuestra agenda, lo que genera valor es atender lo importante y no lo urgente, esto nos llevara a mejores resultados y menos stress. Ahora me preguntaré que puedo ahora hacer regularmente para que afecte de manera positiva a mi vida?
Esta vez fijare roles y metas sobre los cuadrantes asi organizaré mejor mis actividades.


Jorge Villalobos

Anónimo dijo...

Habito 1
La proactivad es una palabra que la hemos manejado a un nivel muy incipiente y referida solamente a la rapidez y buen entusiasmo para emprender algo. Pero covey nos amplia esta vision y la define como inciativa y responsabilidad sobre nuestra vida. Me parece una manera estructura de ser, y de tener conciencia de nuestros habitos, grado de influencia y actitudes sobre los problemas. En el plan laboral sabemos que cada decisión tiene un efecto mas o menos conocido y si somos aplicados los tenemos en cuenta; sin embargo la aplicacion de esta estructura me gusta llevarla hacia todo lo que representa tu vida, y en ese sentido es bueno saber que hay cosas sobre las cuales podemos ejercer un control fino y que depende solo de nosotros, tambien podemos influir sobre los demas y algo bien importante debemos tener conciencia de nuestra actitud sobre las cosas que no podemos cambiar.

HAbito2: comenzar con un fin en mente. Lo que mas rescato de este principio es la propuesta de que las cosas se crean dos veces. Estoy de acuerdo. La creacion mental es muy importante, y es muy facil de influenciar si es que tienes una mente un poco fracil y te dejas llevar por los demas o por propuestas un poco "afinadas" que utilizan palabras rebuscadas. Hay una colección basica de valores y de logica que nos debe servir para hacer nuestras creaciones mentales libres! y poder ejecutar la seguna parte de nuestras creaciones.

Habito3: poner primero lo primero
Saber priorizar es una habilidad que la vamos ganando con la experiencia. Es neceario tener claro porque luchamos, porque trabajamos, cual es nuestro objetivo maximo. si tenemos claro esto podemos priorizar. Me da un poco de gracia la matriz tan conocida de urgente e importante, ya que se define como urgente y a la vez importante los "proyectos cuyas fechas vencen" y en eso se basa justamente casi todo lo que recibimos en el trabajo. Y un poquito de extrañeza ademas que las actividades agradables sean cosideradas ni urgentes ni importantes.

Martín Castillo

bRuNeBrU dijo...

*Ser proactivo
Durante mucho tiempo, y antes de leer los primeros capítulos de este libro tenía en mi mente otro concepto de ser proactivo, entendía que era adelantarse a la solución de posibles problemas, de estar preparados y anticiparse; sin embargo ahora entiendo el verdadero concepto y le encuentro mucho más sentido.
Este hábito implica tener la disciplina y la conciencia para, de acuerdo a mis valores, tener el control de mis acciones y respuestas ante diferentes circunstancias. Considero importante que para ser proactiva debo saber separar mis decisiones de los sentimientos, ya que actuar bajo impulsos representa ser una persona reactiva. Me considero una persona proactiva tanto a nivel personal como profesional ya que mi educación y mi experiencia han contribuido a establecer una base sólida sobre los objetivos que busco y debo cumplir; creo que esta claridad ha sido fundamental para evitar que las circunstancias u opiniones ajenas influyan en mi toma de decisiones y mi desarrollo. Por ende me parece importante establecer un compromiso con uno mismo para cumplir las metas sin que factores circunstanciales o situaciones extremas puedan cambiarnos el enfoque de nuestro fin.
**Comience con un fin en mente
Este hábito tiene como base la organización de un plan, el cual debe ser previamente analizado y proyectado en resultados. En mi caso trato de aplicarlo desde un proyecto de trabajo hasta en mi vida personal a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo creo que es casi imposible cumplir al 100% los fines que me trazo. Por ejemplo a inicios de este año me propuse dedicarle un espacio a hacer lo que realmente me gusta, que es la actuación, y hasta el día de hoy no le he dedicado más que un muy pequeño porcentaje de mi tiempo.
En la planificación de este objetivo es importante considerar tanto los medios para lograrlo como los obstáculos a los que podría enfrentarme; personalmente siempre opto por dejar un margen de flexibilidad para que cualquier imprevisto no altere mi objetivo final. Sin embargo la lectura me ha hecho reflexionar en cuanto a que, en ocasiones suelo caer en el perfeccionismo y se me complica retomar un proyecto que no avanza según lo que yo planifiqué. En el trabajo también debo desarrollar mejor mi habilidad para elaborar planes en conjunto ya que me cuesta mucho trabajo delegar o compartir responsabilidades por temor a que las cosas no salgan bien.
En cuanto al centro sinceramente no me queda claro si lo ideal es tener uno fijo o si bien puede variar de acuerdo al plan que estoy haciendo; creo que el centro representa en eje del plan que en ocasiones puede ser mi familia, o el trabajo, etc. Si tuviera que elegir un solo centro, sin pensarlo elegiría a mi familia ya que es mi principal motor.
***Poner primero lo primero
Actualmente el manejar el tiempo es muy difícil, cuantas veces me he quedado en el trabajo pasada la hora de mi salida porque durante todo el día realicé “tareas urgentes” y no atendí las tareas que debía haber realizado, donde también tengo actividades que realizar que son importantes y no tanto urgentes. Pero debemos priorizar lo importe ante lo urgente, ya que si tenemos una buena administración de nuestro tiempo, nunca deberían existir los asuntos urgentes.
Para mí este hábito consiste en marcar tiempos a mi plan (hábito 2) para entonces saber cual debo atender primero; considero que en mi plan ideal del día debería reservar un espacio de tiempo para poder atender urgencias sin descuidar los demás asuntos.
Brunela Baca

Cristina Chen dijo...

Reflexionando sobre la lectura, me parece que el primer hábito es el más difícil de adquirir. Debo confesar que me he sentido sorprendida de que la palabra proactividad no solo significa tomar iniciativa, sino que también significa que como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas y nuestra conducta es una función de nuestras decisiones. Entonces, tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesta o agresivo, sino reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Reflexionando sobre su concepto y su aplicación, quedo convencida de que es verdad! Pero, también veo que es sumamente difícil resolver los problemas que se presenten en la empresa de manera proactiva, es decir, tomar la decisión correcta que resulte necesaria, con principios correctos y finalmente realizar la tarea. Es tan fácil tomar decisiones llevados por la presión de los jefes, por las circunstancias o por los factores del entorno.

Entonces, ¿cómo puedo cambiar mi actitud y ser proactiva? Creo que si estoy frente a una situación que puede generarme una actitud reactiva, tengo bajar un poco la velocidad a la hora de tomar decisiones y darme el tiempo de analizar y elegir la alternativa que se ajuste a mi propia convicción antes de actuar; y lo más importante es “ponerlo en práctica desde ya!”.

Tato dijo...

Es bastante común que hagamos responsables a los demás por nuestras acciones, problemas o errores. Ayer tuve un taller de Trabajo en Equipo y el ponente nos mostró una metodología interesante para poder lograrlo, pero mi pensamiento inicial fue que el taller lo deberían ver primero las cabezas de la empresa, ya que nosotros no podíamos tomar decisiones para determinar un cambio, ellos sí. Definitivamente estaba muy equivocada, ya que no puedo pedir que los demás cambien si yo no lo hago primero, las personas no podemos depender de decisiones de los demás para actuar y para marcar un punto de quiebre poniendo todo de nosotros para que el cambio necesario sea efectivo. Este es un tema complicado, ya que vivimos en una cultura que tiende a ser pesimista, usualmente identificamos y resaltamos lo malo antes que lo bueno, pero finalmente depende de cada uno la actitud que tomamos cada día, el cómo nos comportarnos, reaccionamos y tomamos responsabilidad por cada uno de nuestros actos haciendo que las cosas sucedan, solo de esta manera podremos decir que somos proactivos y estamos dando el primer paso para dar el cambio de adentro hacia afuera.

El segundo principio: Empezar con un fin en mente, refleja la importancia de pensar primero en nuestro objetivo de vida y luego tomar las acciones respectivas para lograrlo, pero este principio no se puede llevar a cabo sin que el primero se arraigue. En los últimos años, he podido observar como muchas personas, incluyéndome, pasamos mucho tiempo pensando en temas materiales, y hemos perdido la verdadera perspectiva de nuestras vidas. Hace poco una persona se me acercó y me preguntó: ¿Quién eres tu? ¿Qué es lo que espera de la vida? ¿Qué es lo que te gusta?. En ese momento reparé que muchas de las cosas que había planeado no se estaban dando y me estaba desviando, si bien era cierto había crecido profesionalmente, personalmente me había estancado, tuve muy malas experiencias y ya no pude echarle la culpa al resto, esta vez tuve que aprender a ser proactiva y trazarme un rumbo. Es un trabajo que requiere de mucha voluntad, pero no es imposible.

El tercer hábito: Establecer Primero lo Primero, me recuerda mucho la forma de trabajo de las empresas donde he laborado. La mayor parte del tiempo trabajamos como apaga incendios, se “re priorizando” los temas importantes por temas urgentes que usualmente en el largo plazo no van a dar mayor aporte a la empresa. Por otro lado la gente no suele decir que no, aun cuando saben que lo que se les está encomendando no es lo correcto, ya sea por un tema de obediencia o sumisión o por el miedo a lo que piense la gerencia. En la vida personal he aprendido a disfrutar cada momento, si bien es cierto hay que tener un objetivo y una visión, también es importante establecer relaciones personales, saliendo de la rutina y pasando momentos agradables. Es importante darle a cada persona y a cada situación un peso adecuado y sobre todo tener un equilibrio en la vida personal y profesional.

Tatiana Infantas

Anónimo dijo...

En muchos pasajes del ámbito laboral se pueden apreciar diferentes conductas que la mayoría las llama proactivas debido a que tienen el rasgo de anticiparse a algo. Luego de leido el primer hábito del libro de Covey nos damos cuenta que no sólo basta con anticiparse sino también hacerlo de manera responsable, es decir sabiendo que pueden hacerlo. Para ser completamente proactivos es necesario tener claro que no dependemos ni estamos condicionados a algo para tomar una decisión o actuar sobre algo. Tenemos la libertad interior de elegir lo que queremos ser o hacer. En las relaciones de pareja se tiende a depender del estado de ánimo de la otra persona, sin embargo para que este hecho no ocurra y no nos afecte sustancialmente es muy importante tener la habilidad personal y emocional para controlar esa dependencia interpersonal.

Luego que se tiene claro y pone en práctica el sentido de proactividad, la persona debe definir su misión y el procedimiento de cómo alcanzarla. En el campo laboral, un grupo de empleados trata de identificar al líder capaz de proponer y sostener el objetivo final que conllevará a lograr el óptimo de los resultados para la empresa y beneficiará a todos. Para ello, los seguidores planifican las estrategias y procedimientos que permitirán alcanzar el objetivo de manera eficiente y eficaz.

Una vez establecido cuál es el objetivo o misión y cómo lograrlo, hay que plasmar las actividades bajo 2 variables: grado de importancia y nivel de urgencia. Esta clasificación nos permitirá administrar eficazmente nuestro tiempo y producir un trabajo óptimo que no altere los diversos temas personales inherentes al quehacer diario del trabajador.

Gabriel Suarez A.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho la parte sobre Ética de la Personalidad y Ética del Carácter, porque pone en cuestión muchas tendencias actuales que manifiestan que lo más valioso para ser exitoso en la vida y en nuestros trabajos se basa únicamente en la forma como nos proyectamos al exterior y deja aparte nuestro ser interior, es decir nuestras creencias y convicciones, por el cual nos regiremos a lo largo de nuestras vidas, y por las que responderemos en momentos de muy alto estrés. Me gustó mucho la frase “Lo que somos dice más de lo que decimos”, esto me hace reflexionar sobre cómo la educación en nuestras casas, el tipo de relaciones que tenemos con nuestros amigos, el comportamiento en nuestras vidas privadas, pueda influir en las empresas o organizaciones en donde laboramos y estamos la mayor parte de nuestras vidas. Las habilidades personales deben ser el medio para tener éxito en la vida y el desarrollo del carácter el fin, no es solo parecer, sino ser. Creo que si no desarrollamos el carácter en nuestras vidas nunca podremos ser consistente con nuestras acciones y si no somos consistentes con nuestras acciones entonces nunca podremos crear la confianza que queremos tener en nuestros equipos.

Ser proactivo, el principal mensaje que me dejo esta habilidad es que nosotros escogemos nuestro destino, lo cual no significa que tener una actitud positiva en la vida haga que solo nos pasen cosas buenas, sino que en momentos difíciles sabremos manejarlo de la mejor forma y extraer lo mejor posible de estas situaciones. El estrés, los plazos y las urgencias en nuestras labores no nos dejan muchas veces pensar con claridad, y en algunas ocasiones respondemos por ejemplo un correo o hacemos algún comentario en alguna reunión de una manera en que pueda ocasionar, innecesariamente, que alguna persona se sienta ofendida o maltratada, que sin duda en una situación de no estrés lo hubiésemos hecho de otra manera. Es complicado encontrar ese punto en que sin perder el sentido de urgencia nos permita actuar de acuerdo a nuestros propios valores, lo cual verdaderamente contribuirá a mejorar las relaciones laborales.

Nuestro fin y poner primer lo primero, yo creo que lo difícil no es saber lo que realmente queremos en nuestras vidas y cuáles son nuestras prioridades sino lo difícil está en nunca perder el centro de nuestras vidas. Todos sabemos que pasar tiempo con la familia es más importante que preparar una presentación para una reunión importante, o que tu salud es más importante que una dead line que no te permita almorzar comida sana varios días, pero porque muchas veces nos encontramos tomando este tipo de decisiones en nuestros trabajos?, o es que estaremos tomando estas decisiones porque nuestro esfuerzo nos permitirá en algún momento de nuestras vidas disfrutar de que lo que nosotros realmente creemos que es importante, llegaremos a esa etapa de nuestras vidas que al mirar hacia atrás veamos que nuestras vidas estaban basadas en proyectos de otros?. Casi todos queremos lo mismo en nuestras vidas, felicidad, dinero, reputación, etc, y nos esforzamos día a día para conseguirlo, pero por el hecho de que todos queramos lo mismo hace que debamos esforzarnos más que los demás para conseguirlo. Finalmente en mi organización personalmente llevaré a la práctica la sugerencias de clasificar mis actividades de acuerdo a la matriz de Urgente e Importante, me parece una excelente herramienta para no perder el foco sobre las actividades que harán que mejore mi desempeño en la organización, por el momento tengo ya en agenda la evaluación de desempeño de medio año de los miembros de mi equipo que postergamos por una serie de actividades urgente e importantes.

Franco Jaime

Anónimo dijo...

Definitivamente la palabra "proactivo" es utilizada de forma muy ligera en el común de las organizaciones, yo me incluyo en el grupo de aquellos que teníamos un concepto de ese tipo con respecto la proactividad en una persona. Pero ahora veo que me va a llevar mucho esfuerzo ser proactivo en mi empresa, aunque de alguna manera he intentado serlo veo ahora que me esta faltando un poco más y no solo eso, sino que mantenerse proactivo al 100% del día si que será una exigencia bastante grande, pero bueno, uno debe intentar dar lo mejor que puede a cada momento, y para eso uno también debe saber cuando hacer una pausa, definitivamente eso va a ayudar a que la proactividad este siempre presente en los momentos en que uno esta realmente produciendo.

El tener un fin en mente siempre es un ideal al momento de trabajar, en mi experiencia puedo decir que he tenido trabajos en lo que se se planeaba era lo que se hacía, pero en otros el plan que se tenía en mente podía variar fácilmente, de hecho puedo decir que en aquellas oportunidades en que los planes eran utilizados como herramientas de gestión han sido en los que mejores resultados he visto. En los otros, los resultados son difusos y difíciles de medir en tanto que la ser por completo diferentes a lo originalemnte planeado no hay con que contrastarlo. Para el día a día es una buena herramienta ponerse metas cortas, por que así la suma de ellas te llevará al logro de fin deseado, sin embargo uno debe saber como responder a las situaciones de imprevistos de cada día, los cuales en muchas ocasiones pueden alterar el fin que se tenía en mente.

Es fácil confundir las prioridades de las cosas, muchas veces se asume que es prioritario todo auqello que un superior te puede pedir, sin embargo se debe tener en cuenta aquellas cosas que realmente son prioritarias para la organización, y que por diferentes motivos se pueden haber perdido de vista, pero que en el momento de evaluar saldrán a relucir otra vez. Una vez más creo que tener un plan que seguir, nos ayudará a priorizar nuestro trabajo, o en todo caso nos ayudará a retomar el camino para logra el fin deseado.

Estos tres hábitos deben ser practicados constantemente no solo en el centro de trabajo, sino que aplica para muchas cosas de la vida en general. Esta lectura me ha animado a seguir en el esfuerzo de hacer de estos hábitos míos.

Pino

Anónimo dijo...

Algunas veces tratamos de escapar a la gran responsabilidad de ser los arquitectos de nuestras vidas, nos ponemos el piloto automático y no pensamos, simplemente ejecutamos y caemos en la rutina del día a día. En lo personal alguna vez tuve la oportunidad de definir algunos objetivos y un plan de acción respecto a algunos puntos de mejora que quedaron solo en el papel. El lenguaje que suelo utilizar para sustentar estas experiencias inconclusas es el típico “no puedo hacerlo”, “no tengo tiempo”, responsabilizo a un tercero “el tiempo” de no poder hacerlo, cuando quien toma la decisión de no hacerlo y de darle prioridad a otras cosas “importantes” soy yo, en estos casos yo elijo no ser proactiva, dejando las cosas que no son urgentes pero que si importantes en el último lugar de mi lista de prioridades.

Otro punto importante es aceptar que somos responsables de las decisiones que tomamos o dejamos de tomar, es aceptar por ejemplo que los responsables del tipo de relación que tenemos con otras personas somos nosotros, si tengo una buena relación es mi decisión mantenerla, si es una mala relación es mi decisión terminarla y si no puedo terminarla puedo decidir en qué medida esta relación me afectara.

Que me llevo de esta primera parte de la lectura, primero que el cambio debe ser de adentro hacia afuera, no puedo pretender cambiar a los demás si primero no cambio yo. Lo segundo es comenzar a trabajar sobre lo que tengo control, para ello debo de definir mi ámbito de control en todos los aspectos de mi vida, tercero identificar los principios y valores sobre los cuales volveré a definir mi visión y misión a si como mis objetivos y mi plan de acción.

Jenny Gonzales Muñoz

Anónimo dijo...

Los primeros hábitos que menciona Covey en su lectura, son sin duda hábitos que cada uno de nosotros debería adoptar para poder llevar el rumbo de nuestra vida y no dejarnos llevar por nuestro entorno que muchas veces no es tan positivo como quisiéramos o va aun ritmo demasiado rapido que no aprovechamos las oportunidades que se nos pasan de frente, no solo lo encuentro util en la vida laboral si no sobretodo en la personal.
El primer hábito de la proactividad me da un nuevo enfoque de esta palabra, ya que no se trata simplemente de adelantarse a los hechos y tener iniciativas que generen valor sino de tomar las riendas de nuestras decisiones en funcion a nuestros propios valores y principios y no echarle la culpa a los demas si es que las cosas no salen como queremos. Debemos ser concientes que cada decisión que tomamos va a influir en nuestro futuro y que nosotros mismos somos los que nos hacemos el camino a seguir. Por ejemplo si en la mañana camino al trabajo un auto se nos atraviesa, podemos elegir entre gritarle al otro chofer y pasar el resto del día amargados o darle pase al otro chofer y no tomarle importancia al hecho y así seguir el con una actitud positiva diferente, lo que hará que nuestro día sea mucho más eficiente. Creo que este hábito es una reflexión constante y nos lleva a buscar las respuestas en nosotros en vez de reaccionar a nuestro entorno como el resto espera que lo hagamos, nos ayuda a tomar decisiones en nuestra vida con responsabilidad propia.
El segundo hábito busca encontrar nuestro fin en la vida, encontrar y tener claro que es lo importante para nosotros, para que así las decisiones que tengamos que tomar siempre las hagamos pensando en nuestro futuro, en como nos proyectamos en el futuro y nos ayuda a cerrar las brechas que encontremos en el camino para poder llegar a donde queremos, o en caso contrario a cambiar de rumbo en el momento adecuado si es que nos damos cuenta que estamos desenfocados.
El tercer hábito me parece esencial en estas épocas en que el tiempo es lo último que nos sobra y que lo urgente mayormente termina consumiendo a lo importante. Considero una buena practica catalogar las tareas diarias dentro de los cuatro cuadrantes y así administrar mejor nuestro tiempo.
Consudero que debemos comenzar a crearnos estos habitos hasta que no nos demos cuenta y sea parte de nuestro dia a dia y de nuestras futuras decisiones.

Mary Helena Asmat

Anónimo dijo...

* Es muy fácil querer hacer responsable a todo lo que gira a nuestro alrededor en lugar de pasar a ser actores clave que cambien nuestra “mala suerte”. Para poner un ejemplo muy simple suelo escuchar a la gente quejarse de llegar tarde a su destino por el tráfico, hoy en día, insoportable. ¿La solución está en el resto?, en las autoridades por descuidadas, en las personas por amontonarse y juntarse demasiado en las calles, definitivamente NO!, asumiendo que YO soy quien tiene el poder de cambiar las cosas deba optaré por salir más temprano rumbo al trabajo e inclusive disfrutar del camino y apreciar los lugares por donde paso.

** Nuestras metas y objetivos a mediano y largo plazo no son más que el resultado de logros a corto plazo. ¿Qué es lo que más valoramos en nuestras vidas?, ¿en torno a qué tomamos nuestras decisiones?. Identificar aquello que es nuestro centro o foco de atención muchas veces no es fácil, sin embargo un buen truco para poder averiguarlo es imaginar que nos gustaría realizar si supiéramos que vamos morir. Al responder esta pregunta se me hace fácil responder, pues es el punto por el que todos llegaremos a pasar algún día, y aunque no lo acepten todo el mundo teme, una vez identificado nuestro objetivo debemos influir en las personas y nuestro ambiente para llegar a conseguirlo.

*** Tomando como ejemplo las lecturas para cada semana, ¿Cuántos de nosotros hemos llegado a realizar la reflexión el día límite de entrega?. En lugar de que estemos al límite de cumplimiento tal vez debimos prevenir el que llegue a ser importante-urgente si hubiera estado días atrás en nuestro cuadrante importante-no urgente. En la medida que nos enfoquemos en planificar, prevenir, relacionarnos mejor y distraernos oportunamente, evitaremos atender las cosas a último momento. Para muchos es una forma de vida atender y “apagar incendios”, se sienten importantes y creen ser indispensables. Comprendí que la efectividad no radica en solucionar los problemas sino en prevenirlos.

Jorge Arce

Miguel Quintana dijo...

Muchas veces creemos que nuestros puntos de vista son los correctos y los peor es que creemos estar en lo correcto a pesar de existir opiniones diferentes. Ignoramos por completo que lo que realmente vemos, es lo que nosotros queremos ver, lo que nuestros paradigmas nos dicen. Vivimos con paradigmas que muchas veces desconocemos, verdades que se han ido creando en el transcurso de nuestras vidas debido a diferentes circunstancias y que influyen en nuestra actitud, conducta y modo de pensar o ver las cosas. He comprendido que debemos cambiar nuestra manera clásica de pensar, debemos ver las cosas de manera diferente y creo que esto se puede lograr, si vemos las cosas con una perspectiva de 360 grados. Debemos aprender saber que no existe una verdad absoluta y que podemos estar equivocados.

Pero no es suficiente cambiar nuestra manera clásica de pensar, debemos agregar valor a ese nuevo estilo de pensamiento que queremos cambiar y para ello debemos basarnos en principios que serán los faros que guíen nuestra nueva visión de las cosas. Entonces como dice Covey, habremos logrado un cambio de adentro hacia fuera, y es lógico pensar que todo cambio debe empezar por uno mismo. No podemos pensar en cambiar el mundo si no cambiamos primero nosotros.

Debemos ser Proactivos y no reactivos, debemos entender que hay algo que nos diferencia de los animales y es la libertad de poder elegir nuestra respuesta, no podemos dejar que las circunstancias gobiernen nuestros destinos, si seguimos esa línea estaremos siendo reactivos. Debemos ser capaces de subordinar nuestros impulsos a nuestros valores. Por otro lado debemos tener siempre un fin en mente, debemos tener claro a donde estamos yendo, tener siempre una meta para estar seguros de estar yendo por el rumbo adecuado. Finalmente debemos saber diferenciar lo importante de lo urgente, es fácil decirlo pero personalmente he experimentado lo contrario. El día a día nos lleva a reemplazar los importante por lo urgente, la clave está en saber cuándo decirle sí a las prioridades y para ello debemos aprender a decir no a otras actividades aunque estas parezcan urgentes.

Anónimo dijo...

En esta parte inicial Covey nos introduce en un análisis del origen de un verdadero cambio de la realidad personal, familiar, laboral, etc. Nos muestra que debemos empezar desde adentro y proyectándonos hacia el exterior. Esta tarea incluye revisar nuestra visión de la vida y el enfoque que venimos utilizando para verla, en donde podemos encontrar el verdadero problema.

Estamos acostumbrados a justificar todo lo que nos pasa y creo que eso es a la que se refiere el primer hábito. Sin embargo, esta actitud se contrasta cuando conseguimos éxitos, ya que los atribuimos a un esfuerzo personal y un “trabajo duro”. Justamente es en este punto donde tenemos que empezar, reconociendo que somos los diseñadores de nuestro futuro. Introspectivamente soy consciente que esta tendencia está presente en muchos de mis razonamientos en diferentes aspectos. Una herramienta práctica que obtuve de la lectura es fijarme en el círculo de preocupación y el de influencia, tratando de controlar cada vez mejor los aspectos que influyen en mi éxito personal, mi efectividad gerencial, familiar, etc. Las situaciones que se encuentran fuera de nuestro control no deben distraernos.

El segundo principio, como lo dice Covey, debe necesariamente venir como consecuencia del proceso de reconocer nuestra responsabilidad sobre nuestro futuro. Está referido a los procesos que tantas veces nos consumen mucho tiempo en las organizaciones y a veces no reflejan lo que realmente queremos conseguir, la determinación de la misión. En general podemos ver que esta determinación debe estar basada en principios firmes e intemporales a fin de que no cambien con las situaciones y nos sirvan de guía constante. Este paso requiere fundamentalmente de un auto liderazgo, que se refiere a hacer las cosas correctas, más que buscar los resultados de corto plazo.

Luego de pasar por responsabilizarnos de nuestro destino y fijar una misión que nos acompañe en el proceso, el autor propone definir las prioridades. Efectivamente, como líder de un equipo puedo darme cuenta que el día a día me desvía rápidamente de las cosas realmente importantes. Normalmente las reemplazamos por las situaciones emergentes y que nos dan la impresión de haber sido más efectivos. Sin embargo esta es una visión cortoplacista. Es en este punto donde se debe practicar la verdadera administración del tiempo, en donde se nos desafía a desprendernos de aquellas cosas que otros pueden hacer mejor que nosotros y que nos quitan la posibilidad de guiarnos, guiar a nuestras familias y equipos al verdadero fin que represente el éxito según como cada uno lo definamos.

David Díaz

Anónimo dijo...

Sea proactivo
Descubrí que ser proactivo no sólo es tomar iniciativa sino que tengo la libertad de elegir mi respuesta ante cada evento. Me pregunte en qué invierto mi tiempo y mi energía para determinar mi circulo de preocupación y me di cuenta que gasto mis energías en el circulo de preocupación mas que en el circulo de influencia, que existen circunstancias que no están en mis manos y que sólo debo concentrarme en mi influencia porque la preocupación no me lleva a nada. Enmarque el hecho de “ser” antes de “tener”, plantear mis objetivos en función de las formas de ser que debo desarrollar para llegar a obtener lo que realmente deseo.
Empiece con un fin en mente
Descubrir la misión personal que tengo me es complicado, sin embargo me ayudó revisar en que estoy centrada y por lo tanto mirar en qué aspecto de mi vida baso mis decisiones para poder redefinir e identificar mi propio centro y trabajar en ello en base a mis principios.
Primero lo primero
Descubrí que no estoy administrando bien mi tiempo, entendí que los resultados que tenga corresponden a ello y que debo dejar de darle mayor importancia a lo urgente de lo no urgente e inclinar mi balanza a lo que es importante en mi vida

Rosario Angulo s.

Anónimo dijo...

Es muy importante la actitud en cualquier momento de nuestras vidas. Las mayores posibilidades de tener éxito en cualquier cosa serán cuando nuestros conocimientos y habilidades se junten con una muy buena actitud.

Ser proactivo: En mi trabajo siempre se critica a los vendedores de ser reactivos ya que esperan a que los clientes los llamen. El concepto que nos explica Covey va más allá de simplemente adelantarse a que suceda algo. Tenemos que ser responsables y tomar las decisiones sobre la base de nuestros valores antes que nada. Si sólo actuáramos según como nos criaron o por lo que nos dicen los demás, nunca podríamos liderar nuestro destino. En el caso de los vendedores de mi empresa, si ellos no toman las riendas de sus decisiones frente a sus clientes, desarrollando una relación de alianza estratégica; será más difícil conseguir los objetivos de ventas que se les exige.

Comience con un fin en mente: Siempre debemos definir qué vamos hacer en el corto, mediano y largo plazo y tomar decisiones para llevar a cabo nuestras metas. Estas decisiones deben estar basadas en principios más que en intereses. Muchas veces decidimos por dinero o por ascender en el trabajo y muchas veces, estos centros de atención se contraponen a lo ético. Nuestra visión personal y profesional debe estar basada en principios y valores.

Hábito 3 – Poner primero lo primero: Es estos tiempos, las personas que no priorizan sus actividades, terminan siendo reactivos y no progresan. En la mayoría de nuestros trabajos siempre tenemos actividades que realizar. Se pueden dividir en tres tipos: Estratégicas, Tácticas y Operativas. Debemos organizar nuestro día para poder realizar los 3 tipos. Existe un sistema gratuito de google que se llama manymon y que sirve para organizar todas las actividades posibles de una persona en el ámbito personal y profesional con un panorama de tiempo casi ilimitado. Este tipo de herramientas nos ayuda a priorizar nuestro gran recurso escaso, el tiempo.

José Antonio Vizcarra

Gustavo Jara dijo...

El mensaje que nos deja Covey es que tenemos que hacernos cargo de nuestra vida, siempre será más fácil ser reactivos, encontrando la culpa de nuestros males en nuestros genes, en nuestra infancia o nuestro ambiente laboral, familiar, social en que vivimos y no asumir nuestra responsabilidad de dirigir nuestro destino. Sin embargo, no podemos convertirnos en líderes con capacidad de influir en los demás hacia un objetivo sino somos capaces de liderarnos a nosotros mismos, de ser proactivos y lograr una victoria privada antes de pretender tener una victoria pública.
El liderazgo que debemos asumir requiere que tracemos un objetivo claro y que este se convierta en nuestro centro, nuestro motor, nuestro propósito que nos obligue a hacernos cargo; de lo contrario podríamos ser manipulados o estar siendo guiados por los objetivos de otros como muchos hijos que se sienten presionados a cumplir los sueños de los padres. Al igual que el autor, los que somos padres tenemos la responsabilidad de lograr esto para nosotros mismos y hacer que nuestros hijos lo logren también a pesar del miedo que sentimos de dejarlos solos para que aprendan.
Considero que los dos primeros hábitos de la proactividad y establecer el objetivo son la clave para poder cumplir con el resto de los hábitos. La capacidad de poder centrarnos en lo importante más que en lo urgente depende de que tan proactivos seamos y que tan claros tengamos nuestros objetivos. Es imprescindible el cambio de paradigma de que debemos administrar nuestro tiempo cuando lo que debemos administrar es a nosotros mismos. No ahogarse en lo urgente es muy difícil sobretodo en el trabajo donde se tienen fechas límites todos los días y todos los proyectos son urgentes. Por ello tener los dos primeros hábitos facilitaran el convencer a nuestros superiores y colaboradores asignados para que no pierdan de vista los objetivos de largo plazo y poder cumplirlos sin dejar de darle la importancia a lo urgente pero impidiendo que consuma los escasos recursos con que contamos. Aunque esto es válido en el trabajo, puede aplicarse perfectamente al ambiente familiar y social.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Conforme crecemos estamos influenciados por el ambiente y los estereotipos sociales que van formando los mapas de nuestras precepciones y paradigmas, que ademas se van arraigando a nuestro interior, si queremos mejorar es necesario un cambio desde adentro, comenzando por nuestros hábitos para lograr moldear nuestro caracter y así encontrar la escencia del éxito y la felicidad a largo plazo.

Hemos crecido con el paradigma de vernos socialmente bien, de aprender a adaptarnos a los estereotipos sociales, sin embargo poco se aceptan las peculiaridades que te hacen auténtico, si es que no están acorde a lo socialmente aceptado, para evitar ser el "desadaptado",sin embargo, si regresamos en el tiempo, las mayores genialidades fueron personas consideradas en su época, fue el precio de ser autentico, por eso debemos cultivar nuestra originalidad, sin dejar de lado los valores y principios morales, para que las acciones vayan acompañadas del crecimiento espiritual acorde a nuestra conciencia.

Trabajar sobre la personalidad únicamente nos coloca una máscara que en algún momento se cae, creando decepciones propias y públicas en algunos casos, por la falta de inconsistencia y convicción entre lo que quiero y lo que debo hacer.

La ética del caracter me parece relevante trabajar en mi persona, pues tiene principios profundos que no son fáciles de habituar y que son fuente no sólo del éxito público, sino también de la sabiduría personal en búsqueda de un equlibrio material, mental y espiritual. Quizás en mi caso, las más dificiles de cultivar son la paciencia, el aprender a escuchar y la tolerancia hacia los demás, pues presentamos frecuentemente una actitud egocéntrica de creer tener la razón, el "no equivocarnos" para ser admirados y aceptados, es dificil comprender que existe mayor riqueza en escuchar y comprender las percepciones de los demás para abrir y renovar nuestros propios paradigamas.

Al lograr nuestra independencia trabajando en los tres primeros hábitos podremos estar preparados para cultivar la interdependencia, que por ejemplo consiste en aprender a presentar atención a las opiniones de otras personas con diversos paradigmas y percepciones,permitiendo encontrar soluciones mas ricas, ademas nos permite renovar nuestros paradigmas y trabajar en la renovacion que es el espiral del desarrollo.

Esta lectura al igual que la de los principios de Da Vinci, invita a planificar nuestras vidas, nos mantiene alerta para poner delante lo importante de lo urgente, de tal manera que se logre interiorizar nuestra visión y misión de vida y nos ayuda tambien a identificar las primera creaciones que a veces dejamos de lado, por cambiar de rumbo.

Finalmente me encantó la frase "Busca tu propio corazón con diligencia, pues de el fluyen las fuentes de la vida" y es que crecemos disciplinados en lo que se debe hacer para ser parte del sistema y la mente deja de lado el corazón o la intuición, pues no siempre lo que deseo hacer es socialmente valorado.

Maqueeva Chang

Anónimo dijo...

Conforme crecemos estamos influenciados por el ambiente y los estereotipos sociales que van formando los mapas de nuestras precepciones y paradigmas, que ademas se van arraigando a nuestro interior, si queremos mejorar es necesario un cambio desde adentro, comenzando por nuestros hábitos para lograr moldear nuestro caracter y así encontrar la escencia del éxito y la felicidad a largo plazo.

Hemos crecido con el paradigma de vernos socialmente bien, de aprender a adaptarnos a los estereotipos sociales, sin embargo poco se aceptan las peculiaridades que te hacen auténtico, si es que no están acorde a lo socialmente aceptado, para evitar ser el "desadaptado",sin embargo, si regresamos en el tiempo, las mayores genialidades fueron personas consideradas en su época, fue el precio de ser autentico, por eso debemos cultivar nuestra originalidad, sin dejar de lado los valores y principios morales, para que las acciones vayan acompañadas del crecimiento espiritual acorde a nuestra conciencia.

Trabajar sobre la personalidad únicamente nos coloca una máscara que en algún momento se cae, creando decepciones propias y públicas en algunos casos, por la falta de inconsistencia y convicción entre lo que quiero y lo que debo hacer.

La ética del caracter me parece relevante trabajar en mi persona, pues tiene principios profundos que no son fáciles de habituar y que son fuente no sólo del éxito público, sino también de la sabiduría personal en búsqueda de un equlibrio material, mental y espiritual. Quizás en mi caso, las más dificiles de cultivar son la paciencia, el aprender a escuchar y la tolerancia hacia los demás, pues presentamos frecuentemente una actitud egocéntrica de creer tener la razón, el "no equivocarnos" para ser admirados y aceptados, es dificil comprender que existe mayor riqueza en escuchar y comprender las percepciones de los demás para abrir y renovar nuestros propios paradigamas.

Al lograr nuestra independencia trabajando en los tres primeros hábitos podremos estar preparados para cultivar la interdependencia, que por ejemplo consiste en aprender a presentar atención a las opiniones de otras personas con diversos paradigmas y percepciones,permitiendo encontrar soluciones mas ricas, ademas nos permite renovar nuestros paradigmas y trabajar en la renovacion que es el espiral del desarrollo.

Esta lectura al igual que la de los principios de Da Vinci, invita a planificar nuestras vidas, nos mantiene alerta para poner delante lo importante de lo urgente, de tal manera que se logre interiorizar nuestra visión y misión de vida y nos ayuda tambien a identificar las primera creaciones que a veces dejamos de lado, por cambiar de rumbo.

Finalmente me encantó la frase "Busca tu propio corazón con diligencia, pues de el fluyen las fuentes de la vida" y es que crecemos disciplinados en lo que se debe hacer para ser parte del sistema y la mente deja de lado el corazón o la intuición, pues no siempre lo que deseo hacer es socialmente valorado.

Maqueeva Chang

Anónimo dijo...

El ser proactivo (Habito1)
Actualmente cuando se pide una auto descripción es muy común escuchar "soy proactivo" y esta es una respuesta automática de las personas pero muchas veces no entienden las implicancias de definirse de esta manera. No basta con "tomar la iniciativa", como se piensa, sino con tomar la decisión sobre lo que queremos o no para en nuestra vida, sabiendo que en todo momento que debemos ser personas integras en todo sentido de la palabra. El ser proactivo es una actitud personal que nos dirige siempre a actuar con la finalidad de mejorar las cosas.

Comience con un fin en mente (Habito 2)
Toda mi vida he buscado orientar mi actos hacia mis metas personales de mediano y largo plazo pero nunca me había puesto a reflexionar en lo importante de este habito. Entender que todas las cosas son creadas dos veces, la primera en la mente y la segunda en la práctica para lograr el objetivo debe ser el habito más importante de todos para mi, ya que condiciona tu día, semana, mes y año a lo que tienes planificado para ti. Por otro lado, cuando veo que me estoy relajando en la búsqueda de lograr mis metas reorganizo mi vida para encaminarme nuevamente y ver porque me desvié de mi camino.

Poner Primero lo primero (Habito 3)
Creo que tanto en la vida profesional como en la personal, debemos tener prioridades muy buen estructuradas en base a la cual deben girar nuestros actos. En el trabajo con un poco de organización, estableciendo prioridades y siendo siempre realista en los cálculos podremos superar los problemas cotidianos pero si en nuestra vida no establecimos prioridades sobre las cuales se base nuestra vida, entonces vamos a sufrir mucho cuando pase el tiempo y pensemos "en qué momento se me fue la vida".

Jose Mantilla C.