jueves, 21 de agosto de 2014

Maestría - Desarrollo de Habilidades Directivas - Tercer Comentario 7º Hábito

Hola a Tod@s

Cuando reflexiono en como lograr los hábitos anteriores me viene a la mente el buscar estar en forma en todo sentido: mental, emocional, social, espiritual y físico.

Tal vez la vida moderna nos lleve a pensar que ello no es factible, pero creo que cada uno de nosotros sabe y tiene la respuesta a este modelo mental o paradigma...

Casi terminamos de... ¡Comenzar de nuevo!

Un fuerte abrazo y espero sus comentarios

Enrique

11 comentarios:

LUIS dijo...

—El hábito de potenciación—

Hasta ahora, el séptimo hábito sigue siendo mi favorito debido a que refuerza la característica natural de cualquier especie, seguir alcanzando más y mayores objetivos. Cada vez que alcanzas la cresta de una montaña puedes ver que aún hay cimas más altas por escalar. Crecer y avanzar es básicamente el concepto que considero más importante sea cual sea el área: “kaizen” como dijeran japoneses mejora continua.

En cierto modo nosotros somos nuestro propio jefe en el camino a la mejora continua, pero algo que debe estar también presente para juzgar cómo mejorar es la debida autoreflexión que nos ayude a no bajar la guardia.

En el sistema Tec, al cual he tenido la fortuna de pertenecer desde el nivel de estudios de preparatoria hasta el actual, nos hacían evaluaciones de habilidades varias, tanto las de tipo “suave” y las obligadas “duras” o racionales. El examen que más recuerdo consistía en, después de responder varias preguntas, dar como resultado la medición de siete rubros bajo la analogía de un “barril con agua” en el que cada rubro representaba una de las tablas del barril. El beneficio máximo de llenado de agua o en este caso de habilidades integrales dependía del tamaño de la tabla más pequeña.

De igual manera los siete hábitos deben cultivarse equitativamente para obtener el máximo de beneficios. Algo que yo interpreto como propuesta es tratar de ser intachable, para alcanzar lo más posible y competir con uno mismo para dar un paso adelante, aún si es pequeño para experimentar el “espira ascendente”.

Este espiral, se explica al generar “sensaciones de logro” en las personas al hacerles notar que han alcanzado un objetivo y ser conscientes que no importa cuánto falte para alcanzar una lejana visión, pues ya se ha ganado bastante en los metros avanzados día a día que, si vemos desde dónde empezamos, se convierten en kilómetros.

Entiendo que las personas necesitan algo en qué creer para estar motivados, sin embargo a menudo al establecer un código, ideología o creencia, se le atribuyen a este características sobrenaturales y de influencia casi mágica, lo cual nubla el juicio objetivo de las personas y en el largo plazo obstaculiza volviéndolas supersticiosas. Aún no se si esta forma tan romántica e ilusa de pensar sea lo más indicado, pues parecería manipulador.

Aunque anteriormente había leído este libro, volverlo a leer resultó muy valioso, aún a estas alturas. Por otra parte, no me veo muy entusiasta leyéndolo en el futuro con tanto ahínco debido a su exceso de “paja”, sin embargo desde el punto de vista de rescatar los conceptos y practicarlos bajo un plan, vuelve la obra “oro molido”.

— Luis

Anónimo dijo...

Arturo Hernández comenta:
Afile la sierra – Renovando las 4 dimensiones la física, la espiritual, la mental y la social. Como dice la lectura esto debería ser proactivo, son embargo es muy difícil por lo menos en mi persona. Comenzando por la física, definitivamente yo no veía ésta parte hasta que comencé a observar que mi salud comenzaba a deteriorarse y definitivamente no lo hice proactivamente sino al contrario, de forma reactiva, una de las partes fuertes que aun ahora me sigue costando trabajo es el de mantener una alimentación sana y balanceada, sin embargo ya llevo manteniéndola con más atención y menos trabajo por año y medio, he cambiado mi hábito alimenticio, cosa que por mucho tiempo no había logrado.
Por otro lado lo espiritual, creo que hubo un momento en mi vida que la tuve muy consistentemente, y sin embargo ahora digo yo que la sigo teniendo pero de una forma madura a mi parecer, pero que definitivamente debo trabajar mucho más porque de las 4 dimensiones que se habla siento que es la que menos practico actualmente. Si puedo decir que tengo un fin en mente siempre, pero creo que me hace falta mucho, aunque si constantemente estoy reflexionando mis objetivos y el camino que estoy siguiendo y que quiero.
Para la mental, creo que esta fue una parte principal por la cual me motivó a tomar la maestría y sigo teniendo en mente que aunque no creo que tomaré otra maestría pero si considero seminarios para seguir renovándome y tener ejercicio mental en el estudio, debo tomar la lectura como hábito y esta es una de mis principales debilidades, si tengo que leer lo hago, pero no frecuentemente por iniciativa propia. Esto me ayuda porque he encontrado temas de mi interés y del cual creo que comenzaré.
Y la última social/emocional, considero que en el puesto que actualmente estoy desempeñando me da la oportunidad de ejercer éste hábito, el generar sinergias dentro de los grupos de trabajo, el promover una mentalidad ganar/ganar y el de comprender y ser comprendido, no ha sido sencillo el poder ejercitarlos, porque siempre hay un ambiente (cuestiones externas) que hacen distinto los momentos y la interacción que lo hace un reto, y además que es muy sencillo que uno deje de ejercitarlos por dar resultados favorables para uno.
En general aunque nunca había leído completo el libro, siempre ha sido por exposiciones que he escuchado o fragmentos que se toman en ciertos temas, pero esto me ayudó a realmente entender lo que Covey expresó y sobre todo que tuve que reflexionar cada uno de ellos por mi cuenta haciendo esto más valioso en esta ocasión.

Anónimo dijo...

- “Es probable que el mayor beneficio que experimente como consecuencia del ejercicio sea el desarrollo de los músculos de la productividad del primer hábito”. Esta fue una de las ideas que más me impactó de la lectura del séptimo hábito. Cuando leí acerca de ser proactivo, referí este concepto a varias dimensiones de mi vida; sin embargo, jamás lo vinculé a la dimensión física de mi vida. Pero al leerlo en este capítulo reflexioné acerca de la relación que existe entre ambos conceptos y creo que me impactó sobretodo porque este es una de las dimensiones en las que menos he trabajado; pues constantemente había decidido “procrastinar” el hacer ejercicios y comer saludablemente pensando que ahora no era necesario hacerlo. Pero pensándolo en el contexto de ser proactivo, he decido romper esa barrera y tomar la responsabilidad y la iniciativa para hacer lo que en el fondo sé qué es correcto y prudencial para mi vida.

- “El éxito en los hábitos cuarto, quinto y sexto no es en lo esencial una cuestión de intelecto, sino de emoción.” Esta frase en conjunto con la analogía que hace Covey respecto al equilibrio en la renovación de las cuatro dimensiones tanto a nivel personal como a nivel organizacional me hicieron mucho sentido, porque son temas que he podido presenciar de cerca. En el área de Desarrollo Organizacional constantemente realizábamos paneles de talento en los cuales se evaluaba el potencial de crecimiento de un colaborador para determinados períodos de tiempo. En estos paneles participaban líderes de áreas y líderes que recibían algún servicio de los evaluados. Eran varios los casos de colaboradores “brillantes” que daban buenos resultados y tenían un alto IQ (coeficiente intelectual); sin embargo, se cuestionaba mucho su IE (inteligencia emocional). Esto por la manera en que manejaban los conflictos y la forma en qué se relacionaba con los otros, en especial con aquellos con quienes discrepaban en la forma de pensar. Esto ocasionaba que no haya una sinergia total entre ciertas áreas y además limitaba el plan de desarrollo del colaborador.

- “¿Por qué no ser un programador positivo, un afirmador de otras personas?” Al leer esta pregunta de Covey, recordé una vez más el curso de coaching que tomé hace poco. La pregunta que se realizó de manera más frecuente en esa sesión fue: “¿qué se necesita para ser un buen coach?”. La respuesta del instructor fue creer que toda persona tiene potencial para crecer y escuchar al coachee de manera activa. Sin duda, creer esto a veces resulta complicado. Pero al igual que Covey y el instructor de Coaching, yo también creo que todos tenemos potencial para desarrollarnos y cambiar ciertas actitudes; lo importante es impulsar aquellos cambios y ser parte de esa diferencia. Definitivamente es un reto, pero lograr influir en alguien e impactarlo positivamente es tan gratificante que vale la pena intentarlo. Ahora último lo he podido experimentar con dos amigos muy cercanos, lo cual me permitió reflexionar sobre el poder de las palabras; recordando siempre cuán importante es cuidar lo que dices porque así como se puede impulsar a alguien, se puede –sin darse cuenta- desalentar a otros.

Anita Pincay

Unknown dijo...

“Para afilar la sierra será necesario ejercitarnos más allá de nuestros límites, hasta romper la fibra física, emocional, espiritual o mental; de tal forma que la naturaleza compense el daño y en la siguiente ocasión aparezca una fibra más fuerte.” La frase anterior se adapta a cualquiera de las cuatro dimensiones que estemos trabajando, ya sea la física, espiritual, metal o la emocional y social. Desde niño me enseñaron que mientras uno tenga buena salud lo demás es alcanzable, cuidar la salud es primordial, ya que sin esta no se puede trabajar, si no se puede trabajar, no se gana dinero, sino se gana dinero, no se puede comer, etc, etc. Por lo que, mientras cuente con buen estado físico y de salud, podré alcanzar cualquier otra meta. Utilizando esta misma idea y reforzando la idea del autor, las 4 dimensiones están entre si enlazadas. Cuidar el aspecto físico nos permite mejorar nuestra salud mental y espiritual; y así alcanzar mejores relaciones. Lo anterior, nos llevará a eliminar cualquier sesgo de inseguridad.

El primer trabajo que tuve fue en un call-center, vendía de tarjetas de crédito por teléfono. Al principio, fui el peor vendedor del equipo y estuvieron a punto de correrme. Al poco tiempo cambiaron al líder de mi equipo quien puso atención en mi desempeño y me trató diferente, como un vendedor y no un operador telefónico. Consolidó en mi un guión positivo y eso representó una gran diferencia. En poco tiempo fui el mejor vendedor. Tres meses después ya era líder de equipo y en menos de dos meses supervisor de operaciones con líderes de equipo a mi cargo. Desde aquel entonces aprendí lo importante de tratar a todas las personas como si fueran “brillantes”. Muchas veces es difícil tratar a toda la gente así, sin embargo, trato de llevarlo a cabo.

No debemos centrarnos en afilar solo algunas de las cuatro dimensiones si queremos alcanzar ese equilibrio de renovación. Es necesario estar conscientes del impacto que tiene en nuestra vida personal y profesional enfocarnos por separado en alguna o algunas de las dimensiones y el no verlas como un todo. De la frase “No podemos vivir sin respirar, pero no vivimos para respirar”, hago la comparación con la frase “Vivir para trabajar o trabajar para vivir” en la que trabajar se refiere a llevar a cabo las cosas que nos gustan. Así que vivamos para trabajar!

Anónimo dijo...

Emma Velasco
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El séptimo hábito siempre me ha parecido muy energizador. Te lleva a hacer conciencia de que debemos de ir por más, pero de una forma equilibrada. Sembrando a cada paso en los diferentes terrenos de nuestras vidas. El hecho de hacer conciencia de que debemos de tener un balance entre nuestra parte mental, espiiritual, física y emocional/social cierra con broche de de oro como integrar los seis primeros hábitos a nuestra vida y como se verán los resultados. Como poderse colocar en el cuadrante II de una forma consciente y responsable. Enfocarse en lo realmente importante. Crear los hábitos para realmente lograr esto. Como dicen "it's easy but not simple". Es un proceso como dice Covey "Aprender, comprometerse y actuar." Personalmente yo aprendí primero acerca de la parte mental, poco después trabaje la parte emocional, sin embargo yo no encontraba mi centro. Mi vida siguió en desequilibrio por mucho tiempo. Cuando llegó la parte espiritual hace 8 años encontré muchas respuestas y mucha paz. Sin embargo, en los últimos años mi salud ha mermado y no he logrado ser lo suficientemente proactiva para tomar el control de esta parte. Pienso que a todo ser humano le falta algo dentro de estos cuatro hábitos y que la lucha y mantener la conciencia es de todos los días. EL COMPROMISO SE RENUEVA A DIARIO.

Anónimo dijo...

Reflexionando un poco acerca del séptimo hábito de Covey, en lo personal, nunca me había detenido a pensar sobre las cuatro dimensiones de nuestras vidas como seres humanos y la importancia de ejercitarlas y renovarlas, lo cual resulta coherente al tratarse de seres integrales en donde no puedes apartar una parte de su esencia para poder vivir solamente con las demás. Si no nos renovamos continuamente, tarde o temprano nuestro eslabón más débil minará a los demás y no podremos alcanzar el rendimiento personal que necesitamos para desempeñarnos en otro nivel productivo en todas las áreas de nuestra vida.

En particular, el concepto de la conciencia moral que todos tenemos y que poco a poco debemos ir fortaleciendo me resultó bastante interesante por las implicaciones que tiene para el desarrollo de una personalidad proactiva, disciplinada y equilibrada. Esa voz que escuchamos antes de tomar una decisión, toma un rol preponderante para dominar nuestros instintos a través de la razón y sobretodo de nuestros valores y principios. De esta manera, al desarrollar este elemento, fortalecemos nuestra habilidad de comprometernos con la práctica continua de las habilidades que nos llevarán a convertirnos en personas altamente efectivas, sin importar cuán difícil pueda llegar a ser el romper con los viejos hábitos para instaurar unos nuevos alineados a nuestra misión, visión y valores personales.

Tras analizar mi desempeño personal a través de las cuatro dimensiones, podría afirmar que, a pesar de estar más desarrollado en algunas, no domino plenamente a ninguna de ellas debido principalmente a la falta de disciplina y compromiso que en ocasiones vencen a mi determinación por alcanzar un objetivo. En particular, la dimensión emocional sería en la que primero me gustaría concentrarme para mejorar, debido a las implicaciones que tiene para facilitar el desarrollo de mi seguridad y de fomentar la comunicación efectiva con las personas que me rodean.

Para finalizar, me resultó importante la reflexión que realiza Covey al inicio del séptimo hábito, al señalar que pocas veces nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre lo que estamos haciendo y de qué forma podemos hacerlo mejor y más rápido. En ocasiones nos vemos segados por “la falta de tiempo”, el estrés y nuestra propia terquedad que nos impiden detenernos a pensar en el motivo por el que no logramos nuestro objetivo. Si dominamos nuestros impulsos y nos renovamos continuamente, seguramente nuestros movimientos serán mucho más acertados y eficientes en el camino para alcanzar lo que estamos buscando en la vida.

Daniel Romero Suárez

Anónimo dijo...

El séptimo hábito - mejoramiento continuo en todas las áreas de la personalidad: física, mental, emocional y espiritual. Parece que todo mundo quiere ganarle tiempo al tiempo, entre más rápido se hagan las cosas mejor independientemente de si el resultado es bueno o malo. No soy muy seguidora de Mafalda, personaje del dibujante argentino "Quino", pero mientras leía el último hábito, recordé una de sus famosas frases: "¡Paren el mundo!¡Me quiero bajar!". Aunque el tiempo y el contexto de la frase son diferentes, lo relacione con el séptimo hábito y nuestra época. La tecnología, el desempleo, la competencia constante, los conflictos, etc. no nos permite hacer un alto y evaluar si debemos mejorar o hasta incluso cambiar de dirección para recuperar el filo y seguir adelante. Es común encontar personas sin sentido de vida pero motivadas por la inercia. Cada persona es responsable de asumir su superación en las 4 dimensiones de personalidad, pues se recolecta en la medida que se siembra. Personalmente de las 4 dimensiones, mis fortalezas y las enseñanzas de personas que han tenido influencia sobre mí, me han ayudado a tener un mejoramiento continuo para obtener resultados de forma rápida y certera. Y la dimensión que regularmente dejo en último lugar es la social/emocional. Pero que si la entiendo como motivo de influencia y no de reconomiento, será más fácil trabajar en ella y encontrar el equilibrio.
-- Lourdes Charles.

Anónimo dijo...

MARIANO MTZ I.
Considero que

El poder ejecutar los hábitos en forma correcta, me parece que es el tema que más me llamo la atención en este último hábito, es como cuando tenemos todo perfectamente planeado, todo muy bien organizado, pero al final, no tenemos el deseo de que esto pase, de nada servirá tener las herramientas si éstas no son utilizadas, creo que la ejecución sin lugar a dudas es un punto importante en este sentido, darle sentido a nuestra preparación, darle sentido a nuestro trabajo, a nuestra vida, sin lugar a dudas, no creo que este hábito este por encima de los demás, lo que creo que es que es un pilar más que se adiciona a los 6 hábitos pasados sobre los cuales podemos construir nuestro presente y nuestro futuro.
Las cosas materiales van y viene, puedes perder tu empleo, puedes perder tu casa, pero lo que no debemos de perder es el entusiasmo por volver a empezar, a prender de nuestros errores y salir adelante. Por eso es que se habla de afilar las cuatro dimensiones que se mencionan a continuación, éstas nos darán las herramientas suficientes para poder triunfar en la vida. A continuación me permito comentar
Por eso, debemos de tener mucho cuidado en obtener el balance que tanto deseamos en los 4 aspectos fundamentales de la vida, nuestra integridad física, de que nos serviría tener toda una vida llena d éxitos profesionales, si no tenemos una salud física que nos ayude a disfrutar, ahora, ustedes me dirían, bueno y que pasa con aquellas personas que su salud no es la deseada por males congénitos, bueno, siempre habrá forma de mejorar, no se trata de ser el número 1 en este sentido, se trata de siempre estar atentos a nuestras necesidades y mejorar nuestra salud.
Otro aspecto importantísimo es el aspecto espiritual, si todo lo que hacemos está en estricto apego a lo material, al final estaremos siempre vacíos y sólo requeriremos más logros materiales, no teniendo un propósito verdadero por el que estemos luchando.
Sin lugar a dudas, la educación formal, es un pilar de vital importancia en la vida, la información es poder, y entre mayor información tengamos, más poderosos seremos.
Finalmente el liderazgo interpersonal, la comunicación empática, y la cooperación creativa,
Pero además, no sólo es trabajarlos una sólas vez y el éxito estará con nosotros, es un proceso de renovación continuo.

Anónimo dijo...

Afilar la sierra

Trabajar , cuidar , acrecentar , mantener , disciplinar , el mejor activo "yo"

Estar en un constante estado Homeostatico , listo para enfrentar las situaciones y atento , fisica, mental y en todas las dimesniones

Tener tiempo para mi , para reflexionar y crecer , entender y avanzar , darse el tiempo necesario para hacer las cosas bien.

Entender mis capacidades y mejorar mis habilidades , tener lo necesario para hacer las cosas bien y hacer el bien a los demas.

El mantenimiento es necesario en todos los aspectos y aun cuando parezca tonto el camino es mas importante que el destino , casi siempre duras mas , y cuando se llega hay que emprender un nuevo reto , con salud , razonamiento , comunicacion y amor seguro llegaremos a nuevos puertos cada vez mejores

Alejandro Gasca
A01165596

Anónimo dijo...

En mi comentario anterior me adelanté un poco y hablé de una anlogía que me recuerda a esta parte de afilar la sierra y habla de cómo un buen líder militar sabe que en tiempos de paz debe prepararse para la guerra. Para seguir en esa línea quiero usar un grupo de experiencias personales y muy relacionadas con el coaching. He aprendido que hay dos tipos de coaching: correctivo y de desarrollo. El coaching correctivo es aquel en el que haces las preguntas a los demás cuando ya existe un problema y quieres ayudarle a encontrar la respuesta. El de desarrollo es muy diferente. En éste estilo debes hacerle preguntas pero de cosas que aún no ocurren y la intención es que se prepare para cuando ocurran si es que ocurren. ¿Y para qué? Para afilar la espada. El coaching de desarrollo te permite mantener la mente de los demás en ese estado de creatividad, de alerta, de descubrimiento, de asombro, de exploración. Muchas veces creemos que no sabremos de nuestras verdaderas capacidades hasta que no enfrentamos un problema, yo difiero de eso. El pensar anticipadamente cómo enfrentarías una situación adversa es lo que te pone un paso adelante y muy seguramente saldrás adelante cuando suceda lo peor. Yo sé que es difícil hacer ésto porque te enfrentas a los peores escenarios en tu cabeza pero tú decides si te quedas con las peores consecuencias o las mejores. Es decir, para solucionar un problema hay tantas opciones como estés dispuesto a probar pero tu cerebro es tan poderoso que te ayudará a elegir la correcta cuando ya hiciste una evaluación previa. Es como un ajedrecista que hace un modelo mental de los movimientos suyos y del rival. Para mí esto es afilar la sierra.
Atte. SERGIO MATULA

Anónimo dijo...

El hábito de "afilar la sierra" es de los más completos porque integra habilidades y prácticas que engloban a otras.
El afilar la sierra creo que comienza con el valor de la humildad. Humildad para saber que siempre tienes algo que aprender, que nunca puedes considerarte por encima de nadie y que nunca debes dormirte en tus laureles pensando que no hay más allá.
La humildad es la que te impulsa a querer siempre mejorar y sobre todo, hacer las cosas para bien común y no por reconocimiento propio.

Javier Pastrana.