martes, 27 de septiembre de 2011

Tercer Comentario Maestría Liderazgo - Covey C. 3


Curiosamente aún cuándo mencionamos en innumerables ocasiones "primero lo primero" no siempre lo hacemos o incluso no sabemos o no tomamos conciencia de su significado e importancia.

Realmente, ¿Por qué primero lo primero? ¿Qué significa? ¿Por dónde comenzar?

Saludos y un fuerte abrazo a todos

Enrique

9 comentarios:

Anónimo dijo...

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Doris Calle L.

El valor agregado de cada trabajador como miembro de una organización no está dado únicamente por el conocimiento técnico, sino; entre otros factores, la concepción de caos y el orden que tenga cada uno, “El modo en que vemos el problema es el problema”.

Todos sabemos el concepto de “urgente” e “importante”, pero no todos tenemos la destreza de clasificar las actividades dentro de la categoría adecuada y peor aún tratarlas.

Debemos desarrollar la habilidad de identificar las tareas que tenemos, pero también organizarlas y ejecutarlas adecuadamente, sin que eso represente hacer todo; pues para eso existe la delegación e incluso de “aprender a decir no” de una forma correcta pero sin dar excusas sino argumentos.

El discernir las tareas es un hecho que debe tomar en cuenta varios factores como coherencia, equilibrio, organización, tomar en cuenta el aspecto humano, ser flexible y poder ser portátil; pero ¿Cómo lograr combinar todos estos aspectos? “El desafío no consiste en administrar el tiempo, sino en administrarnos a nosotros mismos”, debemos lograr un control de nuestra vida, para cumplir con las metas en todas las áreas de esta, logrando con ello también sentirse más satisfecho y mejorando también de manera significativa las relaciones porque así sabremos que estamos haciendo lo que debemos hacer para lograr nuestras metas y todo lo que nos propongamos en la vida.

Para evitar llevar pesos
innecesarios en la vida, creo vital mantenernos en paz con nosotros mismos y con el resto, lo que el autor llamaría “Una cuenta bancaria emocional” en +, en donde la confianza sea el principal involucrado.

Considero que centrarse en la simple eficiencia, en la programación y el control del tiempo tiene a menudo efectos contraproducentes; por ejemplo, es frecuente que dificulte la necesaria liberalidad y espontaneidad en el modo de organizarse, y que en consecuencia se resienta el desarrollo de las relaciones humanas, que son tan importantes y enriquecedoras.

Finalmente quiero compartir con ustedes el pensamiento del ex presidente de Coca Cola, Bryan Dyson, en su discurso de despedida:

“Imaginen la vida como un juego en el que ustedes hacen malabarismos con cinco bolas que arrojan al aire.
Son: el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el espíritu.
Pronto se darán cuenta de que el trabajo es una bola de goma. Si se cae, rebota. Pero las otras cuatro bolas: familia, salud, amigos y espíritu, son de vidrio. Si dejan caer una de esas, van a quedar irrevocablemente dañadas. Nunca volverán a ser las mismas. Compréndanlo! y busquen el equilibrio en la vida.
¿Cómo?
No disminuyan su propio valor comparándose con los otros, es porque somos todos diferentes, y cada uno de nosotros es especial.
No fijen sus objetivos en razón de que los otros consideran importante, sólo ustedes están en condiciones de elegir qué es lo mejor para ustedes.
No den por supuestas las cosas más queridas del corazón, apéguense a ellas como a la vida misma, porque sin ellas la vida carece de sentido.
No dejen que la vida se les escurra entre los dedos por vivir en el pasado para el futuro, si viven un día a la vez, vivirán TODOS los días de su vida.
No abandonen cuando todavía son capaces de un esfuerzo más, nada termina hasta el momento en que uno deja de intentar.
No teman en admitir que no son perfectos, ese es el frágil hilo que nos mantiene unidos.
No teman enfrentar riesgos, es corriendo riesgos que aprendemos a ser valientes.
No corran tanto por la vida que lleguen a olvidar no sólo donde han estado sino también adónde van.
No olviden que la mayor necesidad emocional de una persona es la de sentirse apreciado.
No teman aprender, el conocimiento es liviano, es un tesoro que se lleva fácilmente.
No usen imprudentemente el tiempo o las palabras, no se pueden recuperar.
La vida no es una carrera, sino un viaje, que debe ser disfrutado a cada paso.
Ayer es historia, mañana es misterio y hoy es un regalo, por eso se lo llama Presente”

Anónimo dijo...

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Elena Gómez


Me gustó mucho el tema que hablaba sobre a qué cuadrante dedicamos la mayoría de nuestro tiempo. Comencé a pensar en qué cuadrante me encuentro y me doy cuenta que estoy más orientada al cuadrante I y II. Considero que me encuentro un poco en el cuadrante II porque me gusta planear algunas actividades como la escuela y familia. Sin embargo, muchas veces el tiempo se me acaba y me sitúo en el cuadrante I, es decir en actividades que requieren atención inmediata. Me doy cuenta que sólo planeo las actividades escolares y realmente no dedico tiempo para mí, para construir relaciones nuevas, actividades de recreación, etc. Por esta razón, muchas veces me siento muy agotada y estresada. Al leer el capítulo, me doy cuenta que para lograr estar en el cuadrante II, debo identificar todos los roles que desempeño en mi vida (hija, nieta, alumna, novia, hermana, prima, amiga, compañera), estableciéndome metas en cada uno de ellos. Además debo aprender a decir “no” a las actividades no importantes, programar cada actividad de manera semanal con lo cual lograré ser proactiva, disciplinándome día a día y permitiendo atender cualquier actividad que surja de improviso y sea importante. Todo esto sé que está en función de mi voluntad, auto-disciplina e integridad, no en cosas del momento ni de corto plazo.
Otro tema que me gustó mucho y que me hizo reflexionar es el de la delegación de recaderos. Tengo un hermano de 13 años y realmente cuando tiene que hacer algo, siempre le digo: “Haz esto”, “Haz el otro”, y cuando esté listo me dices. Si no lo hace, me enojo con él. Por ejemplo, una de sus tareas es tener la casa de los perros siempre limpia y alimentarlos. Cada vez que lo hace, le explicamos cómo y se enoja mucho, pero creíamos que era el método correcto. Además, nunca lo hace por cuenta propia, siempre le tenemos que estar recordando. Al leer el capítulo, me doy cuenta que ésta no es la mejor manera de realizar las cosas. Debo explicarle cuál es el resultado que debe lograr: mantener limpio y alimentar a los animales. Debo mencionarle algunas restricciones, como lo que sucederá si no limpia y no los alimenta. Él ya sabe dónde debe lavar y los recursos que necesita. Además, debo mencionarle el momento específico en que se evaluará y las consecuencias de no hacerlo o motivación de que sí lo haga. Sé que esto requiere de tiempo y paciencia. De esta forma lograré cambiar la relación de recadero a delegar. Con esto ayudaré a que mi hermano crezca de manera personal y me ayudaré a hacer lo mismo y siempre recordar que debo delegar responsabilidades.

Por último, me gustó mucho el tema de tratar de depositar continuamente a la cuenta bancaria. Volviendo al tema de mi hermano menor, siempre he tratado de hacer depósitos, llevo una buena relación con él. Sin embargo, recuerdo que un día me encontraba muy estresada porque tenía muchas cosas que hacer. De repente mi hermano me dijo que si podía hablar un momento conmigo porque necesitaba algunos consejos. Debido a mi estrés (situándome en el cuadrante I), le dije que por favor no me molestara porque estaba muy ocupada, no le di importancia a sus problemas. Posteriormente mi mamá se acerco y me dijo que mi hermano estaba muy triste porque no le hice caso. Decidí disculparme sinceramente con él, le explique la razón por lo que lo hice y me dijo que siempre me encontraba ocupada y nunca tenía tiempo para él, retirándose de donde estamos hablando. Ahora me doy cuenta que hice una gran retiro por concentrarme en el cuadrante I y no tratar de fomentar relaciones. Me llevó bastante tiempo lograr que mi hermano volviera a pedirme un consejo. Aquí me doy cuenta de la importancia de depositar en cuenta bancaria de las personas que más quiero.

Anónimo dijo...

Diego Angeles
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Este hábito se llama “Establezca primero lo primero”, lo primero que me llamó la atención de este capítulo es que se cita un estudio en el que se buscaban las características distintivas y comunes de las personas exitosas. Se encontró que el factor trascendental era que estas personas empezaban por lo primero y hacían las cosas que a las personas fracasadas no les gusta hacer, y aunque no forzosamente les tiene que gustar hacerlas, saben que es necesario e importante.

Otro concepto que me pareció interesante en la lectura es el relacionado con la administración del tiempo, se nos presenta una matriz interesante. En la matriz se presentan cuatro cuadrantes que definen actividades urgentes y no urgentes contra importantes y no importantes. Las personas efectivas pasan la mayoría del tiempo resolviendo problemas importantes pero no urgentes. Pienso que esta matriz tiene mucho de cierto ya que pocas veces nos detenemos a pensar en lo que es importante a largo plazo, por lo general gastamos el tiempo en cosas irrelevantes o en cosas urgentes debido a la poca planeación en nuestras vidas.

En el capítulo correspondiente se sugiere que se lleve una agenda con ciertas características que permiten a las personas centrarse en lo importante, desde mi punto de vista creo que sí es importante tener una agenda en la que se indiquen las actividades a realizar y su prioridad. Además creo que dicha agenda no debe separarse en trabajo y oficina, debe ser la misma agenda con la delimitación específica de donde debemos realizar dicha tarea. Es importante que tomemos en cuenta que el tiempo destinado a ciertas actividades debe ser muy flexible ya que cuando tratamos con personas no podemos dar nada por hecho.

Este hábito nos habla totalmente de tener una administración efectiva de nuestra vida, entender realmente que queremos lograr y entonces plantear las actividades que tenemos que hacer (respetando todas las facetas de nuestra vida y procurando tener un balance). De esta manera lograremos hacer las cosas de forma efectiva, eficaz y eficiente previendo y no solo apagando fuegos.

Mariana Granados dijo...

Realizar las actividades que son más importantes primero que las que no lo son es un hábito de suma importancia tanto para la vida personal como para la laboral, recuerdo una actividad que se presentaba continuamente en mi empleo donde se trabajaba por cumplimiento de objetivos, nuestro director era realmente abierto a trabajar de cualquier manera pero entregar los resultados solicitados, de manera que la mayoría de los empleados simplemente esperaban a estar en el cuadrante I para actuar y poner todos sus sentidos en el trabajo, mientras que el tiempo que tenían “libre” lo ocupaban para realizar actividades del cuadrante III y IV, esto provocaba que normalmente la última semana antes de entregar proyectos no dormían, estaban día y noche en la planta hasta que se lograba alcanzar el objetivo del proyecto, considero que cuando una persona esta a cargo de personal no es solamente dar directrices y esperar resultados, no importando el proceso para lograr el objetivo, no es la manera para ser eficientes sino como el libro lo dice ser eficaces con las relaciones, con las personas, tratar de desarrollar su potencial para las actividades que desempeña y que éstas estén en coherencia con su misión de la vida.
Es importante ser flexible con las agendas y planificar un proyecto, día, semana, pero de manera equilibrada, mis compañeros usualmente llegaban con una tremenda desvelada de la fiesta de la noche anterior, lo cual no era coherente con la misión de la empresa y sobretodo con el trabajo que era de alto riesgo, por lo cual considero esencial que antes de permitir que se entreguen sólo resultados se necesita trabajar en los individuos como personas no sólo como entregadores de trabajos, crear un ambiente laboral que le permita el desarrollo a los empleados y marcar en ellos la cultura que la organización tiene además de marcar en ellos los dos primeros hábitos ser proactivo y empezar con un fin en la mente.

Otro punto que me parece muy interesante de este hábito es la habilidad de poder decir que no, recuerdo que el director de la misma empresa a la que hice referencia arriba de nacionalidad francesa decía que algo que no le gustaba de los mexicanos era que nunca decíamos no, aunque no pudiéramos o no supiéramos; entonces mis compañeros siempre aceptaban los proyectos, los hacían al último momento y no seguían la planeación. Considero que los empleados de esta empresa debimos haber empezado por planear y organizar y después ver las posibilidades de realización, capacidades y haber hecho una lista de las actividades primordiales a realizar.

Anónimo dijo...

Hassan Ortiz
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Para este capítulo, los temas que marcaría importantes son: las cosas urgentes actúan sobre nosotros. El saber decir no para concentrarse en el cuadrante II y por último: Entender desde un principio las expectativas para poder delegar correctamente.

La primera frase me hizo pensar que efectivamente, las cosas urgentes actúan sobre nosotros, cuando lo mejor sería que nosotros actuáramos y no dejarnos presionar sobre las circunstancias. Para ello, considero importante más que saber organizarse y respetar los tiempo dentro de una agenda, lo esencial es entender que cosas son en verdad son importantes y/o urgentes. Haciendo un poco de referencia a la película sobre las cosas que haríamos antes de morir, muchas veces nosotros centramos nuestras fuerzas en cosas que no están dentro de nuestro círculo de influencia y que sólo nos desgastan y estresas. Por ejemplo, siempre consideramos importante y urgente el trabajo, las actividades a entregar, una presentación, etc, etc. Y dejamos a un lado las relaciones personales, la comunicación con nuestros amigos o familiares. Y al final de cuentas, siempre terminamos haciendo bajo presión los trabajos, tareas y presentaciones.

Con respecto a decir no, muchas veces por falta de planeación pero también debido, a que según yo por querer ser “proactivo”, siempre trato de decir sí a las actividades que me encomiendan. Quizás por no querer parecer inútil o por hacer creer que sé cómo hacer las cosas, pero al final de cuentas la falta de planeación, la presión y el tiempo ocasionan que esa actividad a la que dije sí, termine haciéndola mal o a medias bajo.

Por otro lado, recuerdo muy bien a una jefa que durante la primera semana, la dedico enteramente para capacitarnos a mí y a otro grupo de empleados para explicarnos nuestras tareas y permitirnos realizarlas una vez explicadas. El problema era que durante su explicación, la mayoría tuvimos preguntas a cerca de nuestras tareas encomendadas pero nuestra jefa nos hizo ver que todo había quedado claro y que no teníamos la oportunidad de preguntar. Al fin de la semana, nos reuníamos con la jefa para evaluar los avances y nos percatábamos que la misma jefa no sabía que nos había pedido. Nos cambiaba la tarea misma o los objetivos finales, provocando entre su equipo de trabajo un malestar por no haber establecido bien los objetivos. Ahora que leo el libro, entiendo por qué paso esta situación y fue simplemente porque la persona que delego las responsabilidades no había comprendido las expectativas que se buscaban al final de las tareas. A pesar de que ella nos motivaba en dejarnos hacer la tarea como desearos, no nos había mencionado todos los recursos con los que contábamos ni las normas con las que íbamos a hacer evaluados, provocando que cada quien entendiera lo que pudo y realizar la actividad como cada quien quiso.

Anónimo dijo...

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Alejandra Campuzano

Al leer el 3er hábito, primero lo primero, me dejó un gran aprendizaje. Me gustó mucho la idea de primero priorizar y después ejecutar, creo que muchas veces ahí está la clave para distribuir nuestro tiempo sobre la base de prioridades. Por eso, el autor describe una forma de organizar el tiempo sobre la base de cuatro cuadrantes en los cuales coloca las actividades como urgentes, no urgentes, importantes y no importantes. Muchas veces ahí está en que no sabemos cuáles actividades son de carácter urgentes e importantes, no urgentes pero importantes, urgentes y no importantes o no urgentes ni importantes. La mayoría de las veces queremos tener todo en urgentes e importantes (cuadrante I) ocasionando que no tengamos prioridades sino una lista inmensa de querer hacer todo en al mismo tiempo.

Como lo dice el autor, las personas que pasan la mayor parte de su tiempo en el cuadrante I viven una crisis tras la otra. Es decir, cuando sobreviven a una
crisis, tienen otra esperándole. Para escapar de la presión, recurren al cuadrante IV a perder el tiempo, lo cual le aumenta el nivel de stress antes de volver al cuadrante I. Es normal que todas las personas vivamos con responsabilidades diarias. Sin embargo, personalmente estoy en contra de vivir en el estrés diario. Mi forma de pensar las cosas es más hacia el pensamiento de que debo hacer las cosas porque es mi responsabilidad, pero tampoco voy a querer hacer todo al mismo tiempo y por adelantado. Las responsabilidades diarias nunca se van a acabar, por eso mejor ir trabajando en ellas que sufrir con el solo contarlas.

El tener en cuenta la lista de todos mis roles (actividad que antes de leerlo no le había dado importancia) me ayuda a ver la gran variedad de responsabilidades que tengo, y no hablando de número de tareas/actividades. Sino que debo trabajar de manera efectiva y personal en todos esos roles, algunos tal vez más que otros dependiendo la importancia para mí como el rol hija. Sin embargo, cada rol en el que estoy involucrada es un rol que no debe descuidarse y que es importante, ya que en cada uno de esos roles tengo objetivos a cumplir en un lapso determinado.

Víctor Flores dijo...

En mi último trabajo se cultivaba la cultura de la pro-actividad para evitar problemas mayores. Trabajaba en el departamento técnico de una compañía de comunicaciones. Nuestro jefe y gerente promovía el mantenimiento de los equipos y sistemas periódicamente. Lo llamaban “mantenimientos preventivos” que pretendían evitar al máximo la existencia de problemas mayores. Mediante esta acción se tenía un cierto control de la situación y se evitaba tener emergencias. El grupo entonces de alguna manera era más eficiente, porque el tiempo que se gastaba resolviendo problemas mayores, que por cierto en muchas de las ocasiones eran casi un día entero, lo dedicaba a otras actividades de mejora y de planificación de nuevas e innovadoras formas de prestar el servicio y evitar fallas. Las actividades planificadas no eran desfasadas y el trabajo no se acumulaba. Los jefes entonces se dedicaban ya no a resolver problemas sino a construir relaciones con sus empleados y procurar su bienestar.

Me he acostumbrado en mi vida diaria a hacer una lista de cosas por hacer en todos los roles en los que me desempeño día a día, sin embargo, esto solo me ayuda a estar focalizado, pero no me ayuda a planificar bien las actividades del día. Pienso que no priorizo las cosas y empiezo a despachar las más sencillas o las que son rápidas de hacer. Me mido mucho por cantidad de pendientes ejecutados. Mi motivación principal es la de bajar lo más que pueda las cosas pendientes de mi lista. Cuando la lista se va haciendo pequeña, es fácil para mí sentir una satisfacción enorme y llego a la conclusión de que el día fue productivo. Así mismo, me frustro cuando pierdo el tiempo y mi lista de pendientes no se ha movido. Creo también que en la lista mencionada nunca están actividades en función de mis objetivos a largo o mediano plazo. Soy una persona que vive más el día a día y que planifica muy poco a futuro. Existen algunos objetivos a largo plazo que los mantengo y voy haciendo actividades que creo me van ayudar a la consecución de esos objetivos, pero de varias que me propongo solo permanecen muy pocas, es decir, no están muy soportadas en mi misión personal.

En las empresas o en la vida en familia sucede regularmente que son muchas personas las que se niegan a delegar actividades o responsabilidades a otras personas porque les parece que ello consume demasiado tiempo y esfuerzo, y que al final ellos mismos pueden realizar mejor la tarea. La delegación por recaderos, como se menciona en el libro, es lo que prevalece en los jefes que ya tienen años en la empresa, pues se pude evidenciar el control permanente, metodología, es decir la supervisión paso a paso para asegurarse la consecución de resultados. Con esto igualmente los administradores no tienen suficiente tiempo para concentrarse en lo que verdaderamente es su función, tomar decisiones y no la supervisión o el control de las actividades de los empleados.

Anónimo dijo...

Mauricio Velasco
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Respecto a lo que manifiesta Stephen Covey en el hábito 3 acerca de la matriz de la urgencia y la importancia de las actividades, me ha tocado vivir de cerca una experiencia, hace poco más de un año me pidieron cambiarme a la planta donde hoy trabajo, ya que había muchos problemas con los clientes en cuanto a la calidad de los productos y los tiempos de entrega.
Al llegar me costó trabajo entender lo que estaba sucediendo, yo veía al personal sumamente comprometido para cumplir las tareas, conocían los requerimientos del cliente y los problemas que éste reclamaba. El huracán de problemas me absorbió y terminé corriendo para ayudar a este gran equipo a sacar los problemas, pensando que todo lo que se requería eran ganas de ir hacia adelante. No fue sino después de mes y medio que me di cuenta de que nos estaba faltando algo…no conocíamos lo que iba a suceder más allá de las dos siguientes semanas, en este mundo todo era sorpresa.
Mi reacción inmediata fue pensar que si ya mi equipo estaba sacando el trabajo antes de que yo llegara, mi función no era ser un par de manos más, sino un par de ojos que pudieran ver un poco más adelante. Fue hasta entonces que logré entender que debía hacer lo mismo que estaba realizando en mi anterior lugar de trabajo: planear y trabajar para el futuro, en otras palabras hacer lo importante – no urgente. Cuando uno no le presta atención a estas actividades, siempre llega un momento en que se convierten en importantes – urgentes y cuando se acumulan un gran número de ellas es muy difícil regresar a la calma.
Hoy la tarea más importante con el equipo es ir incluyendo actividades importantes – no urgentes en el día a día, para ir reduciendo la cantidad de tareas urgentes.
En otro aspecto del hábito tres, Covey nos recomienda organizarnos de manera semanal y creo que va al mismo punto, cuando solo podemos ver las actividades de un día, el futuro seguramente nos recibirá con un golpe para el cual no estamos preparados, es el clásico “vivir al día”.
Este hábito me va a ser muy útil para dar constancia a lo que hoy estoy haciendo en mi trabajo.

Anónimo dijo...

Betzaida Peña J.
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...¿Qué puede hacer usted, que no esté haciendo ahora y que, si lo hiciera regularmente, representaría una tremenda diferencia positiva en su vida personal? ¿Qué produciría resultados similares en su vida profesional o en su empresa?...COVEY

Las preguntas de Covey al ser transformadas en afirmaciones terminan por darle sentido a la frase "Lo que importa más nunca debe estar a merced de lo que importa menos"... GOETHE

Digamos que es la parte práctica de la teoría de nuestros sueños e ilusiones, es decir, que a la parte creadora (que está compuesta por los 4 privilegios humanos) basada en las directrices personales, morales y éticas...le añadimos realidad, autoconciencia y disciplina.

El tercer hábito me pudo fascinar al volcar en realidad lo que nuestro autopotencial es capaz de crear... lo que nuestra dignidad es capaz de aceptar y... lo que nuestra realidad física es capaz de soportar. Para lograr esto, definitivamente se requiere de una autoadministración y autoliderazgo. Estos pensamientos quizá parezcan a algunos sin sentido o para otros repetitivos... lo que es cierto es que para mi cobro lógica en mi mente al darme cuenta de todo el potencial físico-cuántico que compone mi ser... y en consecuencia el de todos los seres que habitamos este planeta.

La relevancia de este hábito es la parte de los resultados como consecuencia de los problemas y la manera como son priorizados... digamos que es la propuesta de valor que le da sentido a nuestra vida (misión)-y no tiene nada que ver con hacer "milagros inesperados" o creernos los x-men- simplemente es tener claro todos los días es motivo de nuestra existencia y la razón de ser de ésta a través de los papeles que desempeñamos (visión).

La experiencia más amarga que he tenido ha sido conocer "el mundo complicado de los adultos"... y vamos no crean que pasó esto hace mucho, en realidad fue hace poco cuando su mundo cuadrado, insípido y finito comenzó a carcomer la inocencia que caracteriza la vida, sonrisa, dulzura y sabiduría de "el mundo de los niños"... fue entonces cuando conocí la infelicidad y la lógica mental tan alejada de la sabiduría, que apartó de mi vida "lo primero... mi máxima prioridad".

Agradezco esto que la vida pone frente a mí para retomar mi esencia y auconciencia -aunque se que las experiencias a través de la memoria impiden que todo vuelva a ser como antes- estoy esperanzada en gozar nuevamente la dicha de "el mundo de los niños".