martes, 20 de septiembre de 2011

Segundo Comentario Maestría Liderazgo Covey 1 y 2


Viajemos a la proactividad y al comenzar con un fin en mente. La responsabilidad por y de nuestros actos y el poder de elección; la misión de vida y el comienzo hacia una victoria privada.

Suerte y buenos comentarios

Enrique

9 comentarios:

Víctor Flores dijo...

Respecto de la ética del carácter y la personalidad, en mi familia pasó algo parecido a la historia que menciona el autor respecto a su hijo. Creo también que es una historia que se repite en varias familias. Mi prima era la segunda de dos hijos. Por ser la última era la más consentida, toda la familia se preocupaba porque no le falte ni le pase nada. Lamentablemente eso hizo que ella se vuelva muy dependiente. Llegado su momento, ella vivía a la sombra de los éxitos de su hermano mayor pues no le habían permitido desarrollarse adecuadamente y sus padres empezaron a compararla. Nunca le dieron y se dieron la oportunidad de crearse una imagen de ella misma, de sus capacidades y diferencias. Hicieron todo para que se superara. Su desempeño en la escuela nunca fue bueno y tenía dificultad en relacionarse con sus compañeros. Recurrieron inclusive a un sicólogo, pero tampoco dio resultado. La experiencia que produjo un cambio tanto en ella como en la percepción de sus padres, fue un viaje que hizo a Estados Unidos, donde cuidó niños por un año. Su personalidad y carácter cambiaron, se hizo totalmente independiente. Los problemas que afrontó ella sola mientras vivió en el extranjero, hicieron fortalecer su carácter, ganar autoconfianza y tomar sus propias decisiones. A su regreso, toda la familia vio su cambio. Esa nueva personalidad, le permitió alcanzar logros personales importantes, forjándose una imagen nueva dentro de la familia.

Muchas veces es difícil romper un paradigma dentro de nuestra propia manera de ser y actuar. Creemos que tenemos la razón y no hay fuerza que nos haga cambiar de parecer. Cierta vez, cuando estaba en la prepa, hubo una división de alumnos para repartirlos en tres diferentes aulas, mi grupo de amigos fue dividido. Quería que todos estemos juntos y obligaba de alguna manera a que varios de ellos se pasaran al aula en la que yo estaba y daba mis razones, aunque ahora que lo pienso no eran razones de peso. Uno de mis amigos empezó a argumentar conmigo, por qué yo debía ser el que debía cambiarme, pero era difícil hacerme entender, en ese entonces siempre quería tener la razón. Viendo que ninguna razón me hacia cambiar de parecer, dijo enojado: “Es que tu siempre quieres que la gente haga lo que tú quieres”. Esta frase me ayudó a romper mi paradigma, desde ahí, escucho a las personas, me intereso en lo que dicen y analizo, comparo con mis ideas y trato de ver y reconocer en que están en lo correcto y en que estoy en lo correcto yo, con un diálogo más abierto, mente más abierta al ingreso de nuevas ideas. Pienso que soy creativo, pero también valoro las ideas de los demás y encuentro que no siempre mis ideas son las mejores y lo acepto.

En mi trabajo me ha tocado convivir con personas que trabajan por estímulo, que solo hacen las cosas porque deben hacerlo y se limitan a sus responsabilidades. Ellos prefieren permanecer en su zona de confort que arriesgarse a tomar retos. Existen otras personas que permanentemente buscan nuevos retos, buscan que puede mejorar la calidad de su trabajo siendo más eficientes y siempre está proponiendo nuevas cosas. En algunas de las empresas que trabajé, era fácil diferenciar la gente proactiva, porque era la que más había crecido en varios años, mientras que las otras, permanecían en el mismo puesto ya varios años. Este, resulta el ejemplo más evidente para diferenciar una persona creativa de una persona conformista en un ambiente de empresas privada y como alcanza el éxito con su actitud, sin embargo no siempre se cumple y me ha tocado ver personas que han decidido que su felicidad está en el mismo puesto y que no quieren seguir escalando puestos y no por eso han dejado de ser proactivos.

Anónimo dijo...

A01100783
Elena Gómez

Un tema que gusto mucho fue el de “cambiar de paradigma”, combinado con la gente reactiva. Ahora que estoy cursando la maestría de tiempo completo, y trabajando como asistente, muchas veces centro mi atención en aquellos aspectos que no puedo cambiar. Muchas veces digo muchas frases como: “Si tuviera menos tarea” “Si tuviera más tiempo para mí”, “Si no existiera la asistencia”, etc. Me la paso pensando en pequeñas frases como éstas, las cuales no me ayudan en nada para mi crecimiento y tranquilidad. Como lo menciona el autor, Stephen Covey, me centro en aspecos que están fuera de mi control, es decir con quejarme sobre ciertos aspectos que no están en mis manos no me ayudará a nada. Debo tener la capacidad de controlar mi vida e influir en el “ser”, las cosas que realmente están en mis manos. Si estoy aquí, es porque realmente yo lo decidí y acepté, por lo tanto, tengo que acutar proactivamente, es decir ser responsable de mi propia vida (lo cual incluye la responsabilidad de mis decisiones). Me gustaría mucho poder expandir ese círculo en influencia, logrando poder ver las cosas desde otro punto de vista y encontrar la mejor manera de llevar a cabo aquellas cosas que realmente no están a mi alcance (círclo de dependencia).

Otro tema interesante es el de tratar de encontrar el centro del círculo de influencia. Al leer esta parte, me di cuenta que en este momento, mi centro es el trabajo. Me pongo a pensar y la mayor parte del tiempo me la paso realizando actividades de la escuela y del trabajo, sacrificando a mis amigos, intereses personales y salud. El centrarme en la escuela por el momento me hace sentirme emocionalmente bien, porque sé que estoy haciendo lo que “debo hacer”, es decir me da seguridad. Mi identidad fundamental en este momento es: “soy estudiante de maestría”. Mi guía realmente se basa en los requerimientos del trabajo, es decir, planeo todo lo que tengo que hacer en función a los exámenes, trabajos, tareas, etc. Mi perspectiva de la vida (sabiduría) la baso en que en este momento tengo que trabajar muy duro, careciendo de poder. Al hacer una reflexión, veo que el centrarme sólo en el trabajo me ha llevado a he descuidar muchas otras cosas. Sé que es un momento díficl, que requiere de mucha atención y dedicación, pero por otra parte sé que muchas veces tengo que priorizar y realmente identificar qué es más imporante para mi, sin descuidar nada. Este capítulo, me ha ayudado a recordar que la vida es un equilibrio.

El último tema que me gusto fue el de realizar una misión personal, familiar y organizacional. Nunca me había puesto a pensar en cuál era mi misión, ni la de mi familia. A través del tiempo me he establecido ciertas metas y otras junto con mi familia, pero nunca hemos tomado el tiempo de identificar si los intereses de todos están en esa misión, ni tampoco había pensado que los distintos roles con los que contamos cada uno deben estar expresados en la misma. Es muy importante establecernos una misión y monitorearla con el paso del tiempo. Una vez en la empresa donde realicé mis prácticas, un becario nuevo comenzó a platicarnos que ciertas personas pensaron que era el nuevo mecánico que había llegado. Entonces, empezaron a decirle lo que tenía que hacer y no sabía cómo hacerlo. Hizo lo que pudo, y hasta se quedo con unos tornillos del “aparato” que tenía que arreglar. Él lo tomo como broma, y otra persona le dijo: ¿Cómo haces eso? ¡Voltea a ver nuestra misión!. En ese momento me di cuenta que algunas personas de esa organización, se toman muy en cuenta su misión, sin embargo también fue un error muy grande que dejaran que alguien nuevo realizara algo tan delicado, es decir otros empleados no tomaron en cuenta de la misma forma esa misión.

Anónimo dijo...

A01050970
Diego Angeles


Hábito 1-Sea Proactivo

En este primer habito se me hizo interesante el concepto de espejo social, esta idea se refiere a la percepción que los demás tienen de nosotros; sin embargo el autor menciona que estas ideas son más una proyección de las preocupaciones y debilidades de las personas que las originan, que un reflejo de nosotros. Aunado a esto existen muchas teorías que culpan de nuestros problemas a nuestros padres, abuelos y condiciones ambientales. El punto importante es que finalmente somos nosotros los que tenemos la última palabra y podemos decidir hasta que punto todos estos factores externos nos afectan y controlan nuestras vidas.

En esta primer hábito también me llamo la atención la forma en que el autor define proactividad, ya que esta definición dista de ser lo que todos conocemos. El autor menciona que la proactividad es más que tomar la iniciativa, significa también que como seres humanos somos responsables de nuestras propias vidas; al fin somos nosotros los que tomamos las decisiones. Incluso en situaciones difíciles puede ser que los demás traten de someternos, y aunque lo logren física o económicamente, siempre tenemos el autorespeto y la decisión de si seremos afectados o no por las circunstancias; eso es algo que nadie nos puede quitar si no queremos.

En la lectura se nos menciona que la idea de ser proactivo o reactivo surge desde el vocabulario, si siempre en nuestras frases alegamos que no podemos o culpamos de nuestra situación a factores externos, entonces seremos seres reactivos. Por el contrario, si nuestra habla es positiva, optimista y nos damos a nosotros mismos el poder de elegir, entonces seremos personas proactivas. Es este tema se habla también del círculo de influencia, una persona proactiva se centra en aquellas cosas que sí puede cambiar, así su círculo de influencia se expande y logra hacer ciertos cambios en el los factores externos.

También se menciona que al ser libres de elegir siempre habrá consecuencias para nuestras elecciones, sin embargo esas no se eligen. El elegir también abre la posibilidad de herrar, sin embargo de nuevo es nuestra elección como tomar ese error; lo mejor es aceptarlo, corregirlo inmediatamente y aprender de el para que no nos suceda de nuevo.

Hábito 2-Empiece con un fin en mente

Este capítulo atrapó mi atención al relacionar nuestro propio funeral con el hábito 2, lo que nos menciona es que si no comenzamos con el fin correcto en la mente al final todo lo que hagamos nos llevara a un lugar erróneo. Esto pasa muy comúnmente por ejemplo con personas que se enfocan en ser los mejores en el trabajo y conseguir los mejores puestos, trabajan incansablemente y cuando después de un tiempo lo obtienen se dan cuenta que se han descuidado a ellos mismos y a su familia y se arrepienten, esto es porque no tenían el fin correcto en mente.

Un concepto importante que se maneja en el capítulo es la diferencia entre administración y liderazgo donde nos dicen que administración es hacer las cosas bien y liderazgo es hacer las cosas correctas.
Otra idea interesante que se menciona en este capítulo son los centros de la vida, estos pueden ser el matrimonio, familia, trabajo, dinero, amigos o enemigos, posesiones, iglesia o incluso uno mismo . El centrarnos en estos aspectos define la forma en la que actuamos y cuáles son nuestras prioridades; es importante pensar detenidamente cual es nuestro centro y replantearnos si es correcto. Lo que se sugiere en este hábito es que el centro de nuestra vida y de nuestras acciones sean siempre nuestros principios ya que estos no cambian y siempre nos son fieles.

Finalmente se me hizo interesante la teoría de que en nuestra vida jugamos distintos roles y que debemos ponerlos en un a balanza y ver que es lo que queremos lograr en la vida y entonces a través de nuestros distintos roles trabajar para ello.

Anónimo dijo...

A01100029
Alejandra Campuzano

El libro de Covey me ha parecido bastante interesante. Espero que continúe así. La primer idea que me pareció sumamente interesante fue los componentes por los cuales están formados los hábitos. Hablando de conocimiento, habilidades y el deseo o la actitud. Me pareció muy interesante porque nunca había visto un hábito de esa manera, de hecho sería difícil describir lo que es un hábito. Simplemente lo describiría como una acción que forma parte de mi vida cotidiana. Pero al analizar los componentes es mucho más comprensible el poder entender que el primero de ellos nos indica el que hacer y también el porqué hacerlo. Una vez que sabemos eso habrá que ejecutarlo y ahi es donde entran las habilidades personales. Finalmente interviene el deseo de querer que esto sea una realidad. Un hábito en el que estuve trabajando últimamente fue el de formar el hábito de cambiar el refresco por agua a la hora de la comida. Esto es de manera personal ya que para mí es importante el tener un mayor cuidado en mi salud, cosa que estaba descuidando. Yo tengo el deseo de querer comer más saludable. la manera en que he ido realizando esto ha sido trayendo siempre conmigo una botella, la cual pueda rellenar sin problemas y no tenga el pretexto de no tener agua, etc.

De igual manera, una idea muy interesante que aprendi fue en sí el capítulo 1. Me pareció muy interesante el poder entender el concepto de proactividad como lo explica el autor. Antes de leer este capítulo, mi idea de proactividad era simplemente el saber reaccionar ante situaciones de cualquier estímulo, por supuesto reaccionar refiriéndose a dar respuesta no sólo asosmbrarse. Sin embargo, no había visto ni entendido la parte de tomar la responsabilidad como lo maneja Covey. Esto fue sin duda un gran asombro de poder darme cuenta que efectivamente cualquier decisión que uno tome, caerá sobre responsabilidad propia. En este momento no recuerdo una experiencia específica de haber sido proactiva. Sin embargo, he conocido gente que cree ser proactivo sin embargo olvida la parte de tomar la responsabilidad de la respuesta. Olvida el tomar esta decisión del problema basándose en lo que son los valores. Pero sobre todo, olvida que la decisión tomada es responsabilidad de quien la tomó y no de los demás. Muchas veces estamos acostumbrados a no querer demostrar que nos equivocamos, y buscamos la manera de justificar esa decisión. Es normal que las personas se equivoquen, por eso debemos de aceptar cuando hemos reaccionado de manera erronea.

Finalmente, el 2º hábito de comenzar con un fin en mente, me pareció interesante desde el punto de vista de que éste nos indica la necesidad de comenzar cada día con un entendimiento que sea claro, así como la dirección que deseamos siga. No se trata solamente de soñar y desear, sino de plasmar fines que realmente sean de importancia para nuestra misión. Este paso es importante ya que todo proyecto comienza con un fin en mente para de ahi poder partir a lo que sería la planeación y la ejecución. Sin embargo, sino sabemos lo que queremos nunca lo planearemos y menos lo ejecutaremos. Debemos de tener un camino que nos sirva de guía hacía dónde queremos ir y lograr esos objetivos y/o metas.

Anónimo dijo...

Hassan Ortiz
A01050934

Los tres puntos que yo resaltaría sería la utilidad de la proactividad, maximizar el circulo de influencia para abarcar al de preocupación y finalmente, “todas las cosas se crean dos veces…”

Para comenzar, los ejemplos citados por Covey acerca de los paradigmas me parecieron muy claros, sobre todo aquel en dónde los niños juegan en el metro sin estar conscientes sobre que realmente les sucedía, pero sobre todo la actitud de las personas cuando no estamos en los zapatos de los demás.

De acuerdo a los que he experimentado en mi vida, podría decir que la proactividad la mayoría de las veces la utilizamos cuando necesitamos justificarnos de nuestros errores y nos falta el coraje para aceptar cuando nos equivocamos por nuestras decisiones. Necesitamos ser más responsables de nuestras decisiones y aceptar los resultados buenos o malos.

Muchos de los problemas que no he podido solucionar, han sido precisamente por centrarme en el círculo de la preocupación. Recuerdo una frase, que un día escuche de mi hermano, cuando me encontraba en una situación difícil, “el primer paso siempre es el más grande”. Con esto entendí que no me desgastará a pensar que tan grande sería el problema sino más bien me dedicará a saber qué es lo que puedo hacer yo para empezar a resolver esa situación, qué es lo que realmente está a mi alcance y qué puedo hacer para empezar a disminuir ese problema.

Por último, el subtitulo que más me agrado fue “todas las cosas se crean dos veces…” y dice el autor: uno en la mente y otro en la realidad. Esto me llevo a pensar en la Ley de la atracción, descrita en el libro “The Secret” de Rhonda Byrne, en donde la primicia es imaginar primero qué es lo que deseamos, sentirnos, vernos realmente como sí ya lo tuviéramos, pensar en eso que anhelamos y por medio de ello atraer con esas fuerzas lo que deseamos en un principio. En otras palabras, todo lo que la mente puede imaginar, lo podemos llevar a cabo, pero eso sí siempre planearlo y no desviarnos del objetivo hasta a verlo alcanzado.

Mariana Granados dijo...

La lectura de los dos hábitos de Covey me pareció muy interesante, el hábito de ser proactivo lo tomo como base para que las personas puedan ser felices de adentro hacia afuera y considero que es la base para las relaciones y empresas exitosas.
En mi último empleo me topé con mucha gente que continuamente se quejaba de su empleo, su jefe, su horario, las relaciones laborales. Cada vez que se les solicitaba entregar un trabajo mencionaban puntos relativos al círculo de preocupación actividades que ellos no podían controlar y no se enfocaban en las que ellos realmente podían hacer, todo el tiempo ellos permitían que otros factores mandaran en su estado de ánimo no ellos.Considero que si los empleados hubieran aplicado el primer hábito serían mucho más felices. Desde la parte organizacional, aplicar este hábito deberá de ser desde la selección del recurso humano y conocer si ellos ya cuentan con e hábito además de realizar actividades de dominio personal y proactividad, feedback, etc. en los empleados, jefes, dueños y procesos operativos para permitir al empleado practicar su proactividad en el campo laboral y no sólo se enfoque a quitar la "maleza" día a día.

Segundo hábito: al leer éste hábito, llegó a mi el significado que me han enseñado en las aulas de la visión empresarial, enunciar lo que deseamos que la empresa sea, aunque sea un sueño inalcanzable.
Mi primer empleo formal fue como profesora de Harmon Hall, tres años antes de ésto me encontraba estudiando Inglés en la misma institución cuando me preguntaron que ¿qué quería hacer? y les contesté que Profesora de esta escuela, ellos rieron pero el mismo profesor que me impartía el curso fue quien me contrató, durante este tiempo hubo diferentes presiones que en diferentes momentos me hicieron reflexionar sobre la meta que me había puesto sin embargo no me incliné a otros centros de atención que me pudieran confundir, considero que esta fue sólo una meta y ahora me ocupo por definir mi visión.
En la parte organizacional, en una empresa en la que laboraba, tuvimos una auditoría para la certificación ISO 9001 y nadie sabía la misión, visión y objetivos de la empresa por lo cual tuvimos que aprendelos sin entenderlos, platicamos entre los compañeros que no nos hacía sentido la visión de la empresa considerábamos que no tenía mucho que ver con las actividades que realizábamos diariamente y al comentarlo con nuestro jefe nos pidió que le diéramos algunas sugerencias para cambiar la visión sin embargo al pasar el tiempo no pasó nada peor aún 2 empleados fueron promovidos sin conocer la visión de la empresa lo que resulta que tampoco los empleados conozcan hacia donde van.

Anónimo dijo...

Betzaida Peña J.
741189
MA

El primer concepto de interés para mí fue el de la eficacia. Lo que me llevó a clarificar 3 conceptos que a lo largo de mi vida laboral he escuchado constantemente: eficiencia, eficacia y efectividad. De acuerdo con la Real Academia Española eficiencia, es la capacidad para lograr un fin empleando los mejores medios posibles. Por su parte eficacia,es la capacidad para conseguir un resultado determinado y finalmente efectividad es la capacidad para producir el efecto deseado.
Luego entonces, para la Real Academia la efectividad sólo está en relación a lo que se produce; en cambio para Covey la efectividad está en relación a la producción de los resultados y la capacidad, aptitud y medios que producen los resultados. Definitivamente una definición mucho más completa que combina calidad y cantidad.

El segundo concepto que llamó mi atención fue el de "proactividad". En El hombre en busca de sentido, escrito por Vicktor Frankl, psiquiatra judío, define la proactividad como "la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias de nuestra propia vida". En el caso de Covey, considera que la esencia de la persona proactiva es la capacidad para subordinar los impulsos a los valores. Para ello compara la actitud de las personas proactivas y las personas reactivas.
Las personas reactivas:Se ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social... Sólo se sienten bien si su entorno está bien.
En cambio las personas proactivas, se mueven por valores cuidadosamente meditados y seleccionados: pueden pasar muchas cosas a su alrededor pero son dueñas de cómo quieren reaccionar. ante esos estímulos. Si comparamos ambos significados el de Vicktor Frankl y Steven Covey podemos darnos cuenta de que ambas hablan de ACTITUD frente a la vida cotidiana... bien, bien entonces hay dos opciones: esperar continuamente que suceda algo o tomar la iniciativa para emprender la acción y hacer que las cosas sucedan... ¿cómo te consideras tú?

El tercer concepto es el de "empezar con un fin en mente". Y vaya que hay que tenerlo siempre definido con claridad y firmeza porque cuando uno pierde de vista el objetivo, la visión deja de tener sentido y todo se derrumba. Suele pasar inclusive que cuando das oportunidad de que entre la duda y/o el miedo en momentos decisivos... no logres el fin porque creas que es demasiado bueno para ser verdad y qué pasa... que te auto boicoteas. Ahora me doy cuenta que cada día, cada palabra, cada sentimiento, cada pensamiento te alejan o te acercan de un modo significativo a la visión que tienes en la vida. Definitivamente no es suficiente "querer hacerlo" si no eres efectivo y proactivo con lo que quieres.

Anónimo dijo...

A01361465
Doris Calle L.

¿Por qué las personas muchas veces actuamos en relación a lo que el resto cree de nosotros y no en relación a lo que realmente somos? La respuesta a esta interrogante que por mucho tiempo he tenido la encontré a lo largo de la lectura... Porque no nos conocemos y no sabemos realmente quienes somos y cómo queremos actuar. No es preciso actuar de una mala manera frente a distintas circunstancias, pero es necesario que sepamos cómo somos, nuestras capacidades, nuestras fortalezas, pero también nuestras debilidades y nuestros límites.

Me gustó mucho la frase del autor de "El ser humano es el único animal que no acepta o no sabe que lo es" por ende al creernos seres altamente civilizados podríamos no aceptar nuestras propias falencias o no permitirnos ser productivos -que no es tan solo tomar la iniciativa- es ser responsables de nuestras propias vidas; sin querer decir con eso que si cometemos errores no debemos perdonárnolos, pues somos lo que somos como consecuencia de nuestras elecciones del ayer pero, insisto; no quiere decir atormentarnos siempre por cualquier acto del pasado... Muchas veces nosotros somos nuestros peores jueces y eso se vuelve en un limitante propio.

El identificar nuestro centro es algo vital para poder desarrollarnos como personas, como seres humanos; y aunque suene muy fácil, personalmente creo que es algo muy difícil... porque si bien es cierto la familia (en mi caso) juega un rol muy importante en mi vida, y el que represente que ellos no sean mi centro, es quererlos menos? Entendí que no! Y qué gracias a mis padres puedo empezar a identificar mi centro basado en principios, principios y valores que sin lugar a duda vienieron de ellos, pero no son ellos.

Finalmente pensé en ¿Cuán difícil puede ser mantener y vivir en una "Misión Personal" a pesar de los obstaculos del camino, y aunque el autor menciona muchos factores, pienso que la mejor forma de mantenerla es en base a los principios, ya que no es algo temporal u ocasional...es algo permanente.

Anónimo dijo...

258064
Mauricio Velasco


El hábito número uno, la proactividad, me hizo recordar la grave crisis que en 2009 afectó a la economía y de manera muy particular al sector de manufactura automotriz. Muchas empresas no sobrevivieron. En la empresa en la que trabajo, las primeras reacciones fueron despidos, paros técnicos, recorte de presupuestos, etc. Sin embargo, pronto la dirección se dio cuenta que la crisis podía ser una oportunidad para la compañía, decidió dejar de reaccionar ante lo no estaba en su círculo de influencia pero si en el círculo de sus preocupaciones: el entorno económico. Se nos pidió en las plantas ser proactivos, dar de baja solo al personal con mal desempeño, pero cuidar a toda costa a los empleados valiosos. También se nos solicitó que si habíamos tenido que despedir personas con potencial, los contactáramos y les ofreciéramos su reincorporación en cuanto la economía se reactivara. Se dio la instrucción de contratar servicios de capacitación externos (por ejemplo coaching, liderazgo, etc.) y también de impartir cursos internos para el personal sindicalizado. Se contrató una consultoría para implementar un sistema de Manufactura Esbelta en todo el Grupo. Se continuaron las construcciones para ampliar plantas. Para mi fue un ejemplo de proactividad que al inicio no entendí.
Al mejorar la economía y empezar a reanudarse las ventas, el Grupo creció mucho más de lo esperado, muchos productos de empresas que quebraron fueron asignados al Grupo, inclusive se tuvieron que rechazar muchos proyectos. Mucha de la gente que se había despedido fue recontratada en las plantas que tenían más trabajo.

Para mí es un ejemplo de cómo se pueden ver el hábito uno y el dos en una organización, se actuó en vez de sentirse víctima de las circunstancias, lo cual hizo más grande el círculo de influencia al terminar la crisis y se trazó una meta muy clara, tomar los negocios que otros no puedan continuar, teniendo en cuenta principios como la lealtad a los buenos empleados recompensándolos con su posición en el trabajo nuevamente.