domingo, 9 de noviembre de 2014

MBA HD CEM Tercer Comentario

Hola a tod@s

Ya casi finaliza el camino de este curso y a la vez de sus reflexiones acerca no solo de un libro sino de sus experiencias, vivencias y sentimientos.

El séptimo hábito nos habla de una espiral de crecimiento y mejora continuos. ¿Cómo lograrlos?

El equilibrio y el balance de vida son luchas del día con día ojalá podamos lograrlos.

Un fuerte abrazo

Enrique

14 comentarios:

Pedro Colín dijo...

El desarrollo personal es distinto para cada persona y aunque parezca axiomático, me parece importante pensar en ello ya que es quizás una de las actividades menos practicadas por el ser humano. El día a día, es una rutina que nos afianza en una zona de confort que buscamos consolidar a toda costa. Decía un sabio que las condiciones ideales para la evolución del hombre es la adversidad.
Una persona que busca evolucionar no teme perder su status quo ni tiene apego a su zona de confort, porque es su enemigo. Vence su tendencia natural a la comodidad mental y se sitúa en situaciones donde su ser es retado.
Y para ello no hay que salir como Bear Gryllis o Rambo a luchar con la naturaleza, mi propuesta es menos romántica y algo más cercana. Para mí, por ejemplo romper con reacciones típicas de mi personalidad. Pienso en cuántas veces he dicho cosas como: "Es que a mí me molesta que me ordenen...". Será que por una vez puedo intentar vencer mi propio decreto y pensar en que podría cambiar mi reacción inmediata a una en la que me permita pensar primero cual es mi papel en ese momento, líder o seguidor. Detenerme a pensar cual será el rol que sea más productivo para todos o satisfacer mi ego con pensamientos automáticos decretados por mi personalidad pero que a veces nada tienen que ver con mi ser y mucho menos me satisfacen a largo plazo.
A estas pequeños actos de rebelión contra los paradigmas autoimpuestos los llamo salir de mi zona de confort y obtener las pequeñas victorias interiores de las que habla Covey. Si cambio mi pensamiento egocentrista puedo aspirar a tener victorias externas y servir de catalizador para que otros a mí alrededor puedan experimentar también victorias internas en base al bien de todos de manera más frecuente y sostenible.
Este tipo de esfuerzos día a día son lo que puedo llamar afilar la sierra, establecer acciones constantes que me permitan desarrollarme mas a través de pensar en el otro mas que en mi mismo.

Unknown dijo...

El poder moverte de tu estado natural es algo que siempre he considerado muy complicado. El romper paradigmas y situaciones de confort se ha vuelto algo difícil de realizar como persona y como profesionista; sin embrago, el mantenerte en ese cambio constante es algo aun más complicado, cada uno de nosotros en cada entorno en el que nos desenvolvemos nos comportaríamos de una manera distinta.

Como lo menciona Covey en el libro, hacer este cambio toma tiempo y esfuerzo, a fin de cuentas es algo que debe ser complicado y no sencillo de hacer. Poder trabajar cada una de las áreas que menciona, es una forma de mantener latente el cambio en todos los demás hábitos porque a final del día todos ellos giran alrededor de ti mismo.

El mantener el equilibrio es un interesante porque como seres humanos estamos acostumbrados a avanzar más rápido hacia donde nos es más fácil. Sin embargo esto nos inclina y perdemos la equidad en nosotros mismos, es lo que en particular debo atacar y por donde debo iniciar esa etapa de mantenimiento, ponerme metas diarias determinadas por tiempos y acciones que me permitan mejorar mi comportamiento en cada uno de los entornos en los que me desenvuelvo, esto me ayudará a mejorar mis resultados y sobre todo me permitirá evaluar mi desempeño y mi postura.

Anónimo dijo...

El último hábito desde mi punto de vista, es el más ambicioso y más complicado de llevar a cabo. A menudo es difícil encontrar el tiempo, para mantener un equilibrio físico, mental y espiritual, porque estamos envueltos en la vorágine de lo cotidiano y de la comodidad. Es sumamente valioso, mantener un equilibrio entre los profesional y el bienestar personal. Más importante aún, es tratar de influir en el bienestar personal de nuestros colaboradores, siendo por ejemplo, razonables en las cargas de trabajo, invirtiendo en capacitación como disciplina constante, manteniendo condiciones de trabajo de primer nivel y promoviendo un buen ambiente de trabajo y confianza, que fomente en todos, la libre expresión de ideas para beneficio del grupo.

Regresando a mi situación personal, la única manera en la que he logrado mantener un equilibrio en estas tres aristas, es enfocándome en las actividades que tengo que hacer cada momento y no dejar para después, porque seguramente interferirá con otras actividades importantes, como la familia, el ejercicio o descansar mentalmente.

En conclusión, en lo particular es una libro que disfrute mucho y en esta etapa de más madurez en mi vida, lo pude asimilar de mejor manera. Es un libro que te impulsa a la acción y no dejar nada mañana.

Jazmin Martínez dijo...

El séptimo hábito nos habla de afilar la sierra y de lograr una renovación en cuatro diferentes dimensiones, pero el problema surge por el hecho de que generalmente nos enfocamos en trabajar solo una de esas facetas. En mi caso me enfoco más a trabajar la parte mental, estudiando y aprendiendo cosas nuevas el trabajo y doy por hecho que lo social se va dando con la gente que conozco en el trabajo y con aquellas personas que he conocido a lo largo de toda mi vida. Sin embargo la parte espiritual es a la que menos pongo atención, si debo decir qué religión sigo diría que la católica aunque no en su totalidad, en este aspecto simplemente creo en algo más grande que guía mi vida y cuando lo necesito me acerco a ello, pero como tal no hay algo que haga para reafirmar esta parte. Y en cuanto al aspecto físico, creo que es el más descuidado en mi caso, no me gusta el ejercicio y por tanto no hago, sin embargo quiero retomar el nadar que es lo que más me gusta.

Considero que el afilar la sierra requiere mucho enfoque y un objetivo claro para que la renovación que se busca hacer esté enfocada a nuestra misión y realmente aporte a lo que queremos lograr. A su vez este hábito no trata solo la culminación de los seis anteriores, sino que siempre debeos tenerlo en la mente para definir proyectos relacionados con cada una de las cuatro facetas y cada vez que se termina un proyecto lograr una renovación constante, no se trata solo de esperar a que pase una etapa para renovar los cuatro aspectos al mismo tiempo, esto debe ser constante y conforme uno vaya considerando en qué aspecto debe enfocarse.

Cada dimensión en algún punto depende de la otra, conforme vayan surgiendo nuestras necesidades, lo importante es identificar qué dimensión debemos ir afinando para poder continuar con la siguiente y así sucesivamente.

En mi caso me enfoco más en lo mental y social, sin embargo estoy consciente que en la parte espiritual y física me falta mucho por desarrollar, pero porque nunca habían estado dentro de mis objetivos. La clave es que todas las dimensiones siempre deben estar relacionadas y ser parte de nuestros objetivos de alguna manera para lograr una renovación completa y obtener un aprendizaje que realmente aporte a mi vida.

La lectura del libro y este curso me han servido para definir de manera más clara mi misión y visión, sin embargo, me di cuenta que una cosa es tenerlo en la mente y soñarlo y otra ponerlo en papel. En mi caso ha sido difícil poder poner en palabras e imágenes lo que quiero lograr porque al hacer estos ejercicios me di cuenta de que había algunos aspectos que no eran claros, tuve que cuestionarme y definir prioridades, decidir qué iba a hacer primero y cómo. Considero que algo clave en la renovación que menciona el libro es que constantemente debemos cuestionarnos y ponernos a prueba para fortalecer nuestra misión y lo que somos, sin embargo aunque es fácil cuestionarnos, lo difícil es encontrar el tiempo para ello. El problema de no lograr trabajar las cuatro dimensiones es el tiempo, me dejo llevar porque hoy tengo trabajo, mañana tengo compromisos sociales, en la tarde ir a la maestría, y tal vez si hay una boda voy a misa, nunca nos damos ni me doy el tiempo para dejar claro que estas actividades deberían ser parte de afilar la sierra, llevamos las actividades a algo monótono y sin significado, ahí es donde debemos hacer la diferencia. Debo hacer que cada cosa que haga, aporte, que vaya con mi misión y si no lo hace, buscar la manera de que lo haga y trabajar de esta manera cada dimensión.

Unknown dijo...

El séptimo hábito siempre lo he considerado mega fundamental para poder llevar a cabo los demás, desde mi perspectiva y antes de leer éste libro, yo lo visualizaba como la base o los cimientos para poder llevar a cabo satisfactoriamente cualquier otra actividad. Buscar el equilibrio en las actividades que realizamos día a día, mantener una buena salud física, emocional, mental y espiritual nos ayuda a enfocarnos en alcanzar nuestros objetivos.
Muchas personas que conozco creen que no pueden realizar ejercicio físico o que ese tema no va con ellos, sin embargo no lo están evaluando desde el punto de vista de lo que pueden ganar al hacerlo, de entrada la oxigenación del cerebro y de la sangre, hace que funcione mejor y ayuda a que las ideas fluyan. Así mismo con la salud mental y espiritual, considero que el creer (tener fe) en algo o alguien (no importa la religión) da fortaleza para seguir adelante y mantener esperanzas vivas, así como sentir que una fuerza superior nos apoya en nuestras actividades y vida diaria. Y la emocional ni se diga, estar bien emocionalmente mantiene la paz mental y fortalece la espiritual, creo que esas tres dimensiones están íntimamente ligadas, no así con la dimensión física, a pesar de lo que dice el libro, ya que no siempre al fortalecer la dimensión física se está “dando mantenimiento” también a las otras (o alguna de las otras) dimensiones. Pero sí considero que la suma de las cuatro dan bienestar al individuo y potencializan su capacidad de logro de objetivos y alcance de los seis hábitos anteriores.
En una palabra el séptimo hábito podría describirse tanto como equilibrio como mantenimiento. No cuidar las dimensiones nos lleva a gastar nuestra energía en lugar de aprovecharla y renovarla, a tener el pensamiento disperso y no sentir paz.
Y aunque algunos se escudan en el lema de “no tengo tiempo” para renovarme, después no tendrá tiempo para disfrutar la vida y lo dedicará a querer resolver problemas que pudieron prevenirse o a lamentar no haber cuidado de sí mismo cuando podía. Siempre hay tiempo, querer es poder, es cuestión de organización y convencimiento de que esas actividades le dan un pueden dar un plus (puede ser que a algunas personas no) a su vida. O a veces en la rutina diaria no ven la necesidad que tiene su cuerpo y mente de darse este mantenimiento.

Leslie Barrón dijo...

A lo largo de la lectura de los siete hábitos he encontrado muchas lecciones valiosas para mi y más de una vez he pensado en regalar el libro a mis seres queridos más allegados esperando les sea igual de revelador que para mi. Las lecciones sobre los siete hábitos las catalogo como principios naturales en si mismos, debido a que son grandes verdades que ciertamente nos ayudarán a ser más efectivos, sin embargo el hecho de cambiar hábitos es una tarea retadora que sin duda la elaboración de la misión personal nos puede ayudar a superar. Al leer el último hábito sobre la autorenovación equilibrada me parece que nos habla de preparar el contexto que nos permita trabajar en los siete hábitos, es decir el ejercitarse física, mental, espiritual y emocional-socialmente nos habla de generar un músculo en cada una de las 4 naturalezas de nuestro ser, con el fin de ampliar la capacidad física, mental, emocional y espiritual que nos fortalezcan para enfrentar los sube y baja de la vida.
Por último, concluyo comentando que me pareció muy interesante aquella frase que impacto a Covey y que también llamo mi atención, la cual dice que entre el estimulo y la respuesta yace un espacio, y en el uso de ese espacio yace la clave de nuestro crecimiento y felicidad, para mi significo que podemos elegir conscientemente y responsablemente nuestra respuesta, podemos elegir si nos afecta la información que llega del exterior, podemos elegir ser reactivos o no y con ello podemos también elegir el mejor resultado para nosotros mismos, significa ser efectivos.

Selene León dijo...

En lo personal me gustó mucho este hábito ya que es sumamente para llegar a un equilibrio en nuestras vidas, aunque también creo que hoy en día a las personas nos cuesta trabajo encontrar el tiempo suficiente para poder llevar a cabo las actividades que menciona (física, mental, emocional y espiritual), como hacer ejercicio, mejorar la relación con las demás personas, leer, planificar, meditar, etc. Creo que en parte es, como lo hemos visto a lo largo del curso, porque no hacen un plan a futuro, no priorizar sus actividades y no ponen énfasis en qué es lo que quieren para poder comenzar a hacer un plan y dedicarle un tiempo a todo ya que es importante.

Algo que me gustó de este hábito, es que menciona que para alcanzar la efectividad en esta renovación es importante que se hagan todas estas actividades al mismo tiempo, es decir, buscando un equilibrio. Yo en lo personal y hasta hace poco tiempo, dedicaba mis actividades enfocándolas a un solo objetivo y descuidé algunas de las dimensiones que menciona Covey, sin duda este hábito me ayudó y estoy segura que me ayudará a encontrar un equilibrio en general y sobre todo a alinearlas a mi misión y visión a futuro.

Jorge dijo...

Hace algunos años me preguntaba en qué momento había cambiado mi vida, y me refiero, a no tener tiempo de leer, ir al cine, visitar a los amigos, inclusive tiempo para aislarme por un momento y dedicarlo solo a mi; ¿en qué momento cambio todo eso?, la respuesta que encontré fue la siguiente; todo esto cambio porque yo así lo quise, no lo quisieron los demás, ni me forzaron a seguir una línea de acción. El día que encontré esa respuesta fue justo cuando decidí empezar con la maestría, comencé a hacer ejercicio y empecé a creer en algo nuevamente. Hoy estoy a punto de culminar el MBA y ya tuve la fortuna de correr un maratón, dos grandes logros que me había fijado.

En definitiva el libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”, moldea en lo que he venido trabajando, dándole forma y razón a cosas que realizaba sin fundamente teórico, las cuales establecía únicamente por instinto y lógica. El séptimo hábito del libro establece justamente el alto que debemos hacer en nuestras vidas, tomarnos ese suspiro de tiempo, para ver que estamos realizando y cómo podemos mejorarlo, nos invita a renovarnos como personas en todos las dimensiones física, social, espiritual y mental.

Si buscamos ser efectivos debemos darnos ese tiempo para afilar la sierra y trabajar en los aspectos realmente importantes para nosotros, aquellos que nos dan integridad como personas, que nos ayudan a tener presente nuestra misión y buscar nuestra visión todos los días.

Anónimo dijo...

Este ultimo habito ya era para mi conocido desde hace mucho. Yo no le llamo “Afilar la sierra”, le llamo "tiempo personal". Ya hace muchos años, yo creo que desde la prepa. Me di cuenta que necesitaba hacer algo para recobrarme del ajetreo de la vida diaria.

Y en diferentes épocas de mi vida, lo he hecho de diferentes formas., un ejemplo es que hasta el año pasado que tenia un poco mas de tiempo. Dedicaba un día entero a mi persona, haciendo diversas actividades que no tuvieran otro fin mas que recobrarme de la semana. Por lo general incluyendo una buena caminata y otra serie de actividades. Actualmente me dedico el ultimo par de horas del día y al menos una tarde por semana.

Me llama mucho la atención que es muy raro encontrarse con alguien que realmente se dedique tiempo así mismo en las 4 áreas que el autor menciona. Por lo general se van a la parte física o a la mental/espiritual. Pero muy rara vez a las dos. La parte social me parece que es algo natural y que se ejercita el día a día a menos que la persona sea alguien tímido o alejado.

Por ultimo quiero decir que difiero de la parte emocional/social. A mi modo de ver las emociones vienen de un estado mental, no de la interacción social. Si uno no tiene cierta calma mental y emocional. Por muy ligera que sea la interacción social, les afecta mucho a las personas. Una buena analogía serian las raíces de un árbol. Si son profundas, los vientos fuertes solo lo mecen. Es lo mismo con las emociones.

Juan Pereo

Claudia Robles dijo...

Bastante interesante y cierto este séptimo hábito, creo que muchos de nosotros en algún momento nos hemos cuestionado si todos los aspectos que abarcan nuestra vida están equilibrados. Es cierto que hoy en día lograrlo requiere trabajar a diario en dichos aspectos.
El constante ajetreo de la ciudad, el trabajo, el tráfico, los problemas laborales, la familia etc, nos mantienen gravitando en la mayoría del tiempo en secciones de nuestra vida, pero no necesariamente nos permiten tener el equilibrio del que nos habla este hábito.
En mi caso personal, como lo mencioné en clase, después de que terminé 1 semana internada en el hospital de estres, entendí que no todo era el trabajo, que no podía hacer los problemas de los empleados los míos, sólo por ser de RH. Poco a poco entendí que había que encontrar ciertos equilibrios y comencé la meditación, la cual me ha llevado a obtener muchas cosas en mi vida que no había siquiera imaginado. Hoy día con el nuevo reto laboral, es cierto que no puedo decir que me encuentro en justo equilibrio, ya que he tenido que dedicar demasiadas horas, pero sé que esto llegára a equilibrarse en el primer Q el año que entra.
Una de las decisiones para mí de estudiar la maestría fue como comenta el hábito, el poder seguir cultivando mi mente, no dejar que se empañe o se le hagan telarañas como yo diría, el retarte a volver a estudiar, cuestionar, leer y aprender cosas nuevas es algo que te da mayor visión que puedes aplicar en tu día a día.
Creo que afilar la sierra diariamente nos permitirá encontar un justo equilibrio, nos hará más efectivos y más productivos también.

Unknown dijo...

Para mi el séptimo hábito es el hábito a practicar más importante en mi día a día, y uno de los mensajes que mejor lo representa y considero una filosofía de vida es el mensaje de despedida de Bryan Dyson que dijo al dejar su cargo como Ceo de Coca Cola, que aunque corto es muy inspirador.


Discurso de despedida del Presidente de Coca Cola:
“Imagina la vida como un juego en el que estás malabareando cinco pelotas en el aire”. Estas son: Tu Trabajo, – Tu Familia, – Tu Salud, -Tus Amigos, y – Tu Vida Espiritual, y tú las mantienes todas éstas en aire.

Pronto te darás cuenta que el Trabajo es como una pelota de goma. Si la dejas caer, rebotará y regresará. Pero las otras cuatro pelotas: Familia, Salud, Amigos y Espíritu son frágiles, como de cristal. Si dejas caer una de estas, irrevocablemente saldrá astillada, marcada, mellada, dañada y encluso rota. Nunca volverá a ser lo mismo.

Debes entender esto: apreciar y esforzarte por conseguir y cuidar lo más valioso. Trabaja eficientemente en el horario regular de oficina y deja el trabajo a tiempo. Dale el tiempo requerido a tu familia y a tus amigos. Haz ejercicio, come y descansa adecuadamente. Y sobre todo…crece en vida interior, en lo espiritual, que es lo más trascendental, porque es eterno. Shakespeare decía: Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué?. Porque no espero nada de nadie, esperar siempre duele. Los problemas no son eternos, siempre tienen solución. Lo único que no se resuelve es la muerte. La vida es corta, ¡por eso ámala !.

Vive intensamente y recuerda: Antes de hablar…¡Escucha ! Antes de escribir… ¡Piensa ! Antes de criticar…¡Examina ! Antes de herir…¡Siente ! Antes de orar ¡Perdona ! Antes de gastar… ¡Gana ! Antes de rendirte ¡Intenta !

ANTES DE MORIR…¡¡ VIVE !!

Anónimo dijo...

Hola!
Por error, subí mi comentario hace bastante tiempo en otra sección del blog.

La copio aquí:

Anónimo dijo...
El hábito de "afilar la sierra" es de los más completos porque integra habilidades y prácticas que engloban a otras.
El afilar la sierra creo que comienza con el valor de la humildad. Humildad para saber que siempre tienes algo que aprender, que nunca puedes considerarte por encima de nadie y que nunca debes dormirte en tus laureles pensando que no hay más allá.
La humildad es la que te impulsa a querer siempre mejorar y sobre todo, hacer las cosas para bien común y no por reconocimiento propio.

Javier Pastrana.

14 de octubre de 2014, 10:06

Anónimo dijo...

El ultimo principio representa la constancia, tal vez esta sea una de las grandes carencias de la humanidad en estos días, hemos perdido la noción de que los resultados importantes se logran solamente a través del trabajo continuo, hoy en día todo lo queremos obtener de forma fácil, rápida, practica etc. etc., ya sea en el trabajo, en nuestras vidas, esto debido a que es muy fácil perderse en la rutina de todos los días en los que el ritmo de vida nos hace olvidar procesos internos que comenzamos y que muchas veces no tienen un seguimiento, un ejemplo claro de esto son las personas que inician una dieta y que no tiene la fuerza de voluntad para continuar ó las que se proponen cada inicio de año hacer ejercicio y no lo hacen ni una vez.¿
Creo que la última parte representa esa renovación que nos puede conducir a la espiral de crecimiento, es un juego que nunca acaba, siempre estaremos en posibilidad de crecer, de aprender algo nuevo, siempre será necesario ajustarnos a la realidad de nuestro entorno mientras tengamos existencia sobre este planeta.


Emmanuel Marin Garcia

Anónimo dijo...

Juan Pablo Hernández

Me parece que el séptimo hábito (afilar la sierra) es el menos valorado por terceros. Todos los interesados en lo que uno pueda ofrecer estarán compitiendo por nuestro tiempo o atención, además de los discursos sociales que condenan el descanso y exigen trabajo arduo en todo momento. Si no se comprende (y pone en práctica) el séptimo hábito, se pierde el equilibrio entre vida laboral, familiar, espiritual y salud. Es uno mismo el que debe decidir, con conciencia y firmeza, de qué forma y cuándo es momento para atender cada aspecto que requerimos con la finalidad de contar con las condiciones ideales para desempeñarnos de la mejor manera en cualquier aspecto que se requiera (familia, trabajo, salid, mente).
Por supuesto que de nada sirve afilar la sierra si no se piensa usar, si en un momento se busca recuperar energías, es para posteriormente usarlas en algo productivo, que nos lleve a algún tipo de crecimiento.