jueves, 24 de julio de 2014

Maestría - Desarrollo de Habilidades Directivas - Primer comentario

Hola a tod@s

Un verdadero gusto poder compartir con ustedes este tiempo y espacio, aunque sea corto; espero encontremos momentos de mucho sentimiento, aprendizaje, buen humor y si posible de liderazgo y desarrollo de habilidades.

Cuando intentamos vernos al interior y girar el espejo hacia nuestro yo íntimo y no tan sólo reflejar una imagen que pretendemos mostrar a otros como "nuestro yo verdadero"; es, cuándo comienza un viaje profundo a aprender, generar cambios y sobre todo formarnos para ser mejores seres humanos.

A veces es sencillo, por lo general es difícil ya que no estamos acostumbrados como dijera Mario Benedetti a "cantarnos nuestras verdades".

Desde dentro hacia fuera Covey nos muestra el camino del liderazgo personal, el intentar ganar y conseguir la victoria privada y después, ya veremos después...

Saludos y bienvenid@s a este curso

Enrique

El verso de Benedetti:

De vez en cuando hay que hacer
una pausa

contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana

examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.

Lee todo en: Pausa - Poemas de Mario Benedetti http://www.poemas-del-alma.com/mario-benedetti-pausa.htm#ixzz38PTYlEma



11 comentarios:

Unknown dijo...

En materias anteriores, vimos y analizamos que la mayor parte del comportamiento del ser humano y su reacción a los estímulos tiene un vínculo estrecho y sólido con sus raices culturales. Para reconocernos a si mismos, debemos reconocer nuestra cultura, misma que involucra nuestros principios. Como aquella anécdota de la enfermera, quien desconocia que tenía la capacidad de decidir lo que le afecta del entorno y lo que no, le resultó sorprendente adoptar algo que no era parte de su cultura.

La madurez se alcanza en el momento en que nuestros prinicipios son los mismos en cualquier entorno o situación. Dichos principios definen nuestro centro de actuación. Creo que estos centros, en los primeros años de vida de cualquier persona son vulnerables y volátites, hasta que la persona alcanza cierto grado de madurez en la que sus principios son tan sólidos que su fin es un objetivo claro.

Para muchas personas nos es difícil pasar de la iniciativa a la acción. Algunas veces por miedo, otras por desconocimiento. Sin embargo, mientras podamos diferenciar lo importante de lo urgente, podremos enfocar nuestras acciones en las cosas realmente importantes, lo que nos ayudará a mantener los principios de nuestro centro de acción para alcanzar nuestro fin.

Anónimo dijo...

Arturo Hernández comenta:
En mi caso siempre he comparado el ser dependiente-independiente-interdependiente en lo familiar, y en ésta primer lectura de los 3 primeros hábitos entran dentro de la independencia, siendo este el que cada uno debemos conocernos en nuestras reacciones, siendo un punto muy importante porque normalmente somos dados a justificarnos con el entorno antes de poder hacer una introspectiva y nosotros mismos hacer cambios para que ese mismo entorno pueda llegar a cambiar a como nosotros queremos. Siendo algo relevante para llegar a conocer nuestras capacidades y habilidades.
Por otro lado el segundo hábito pudiera parecer obvio el que cada uno de nosotros tiene claro hacia dónde quiero llegar o la meta que quiero alcanzar, sin embargo cuando menos nos damos cuenta perdemos de vista esa meta que nos habíamos fijado y corremos el riesgo de estar cambiando de metas según vayamos avanzando, no siendo malo esto, pero debe ser de forma consciente. Y lo que podemos llegar a caer es que como no teníamos claro el objetivo o la meta simplemente vamos a otra. Debemos conocer que es lo que más nos mueve para las metas que nos fijamos y creo que puede ser una combinación de “varios centros” sin embrago para cada una de las respuestas que tengamos durante la jornada creo que siempre existirá una respuesta más cargada a un solo centro, pero lo importante es asumir las consecuencias.
Y por el otro lado el tercer hábito es el que se llegue a implementar tus planes, y que no pierdas de vista lo importante, que no necesariamente es lo urgente, y que caemos con mucha facilidad en hacernos administradores no eficientes, en donde un factor importante es el factor humano, en el cual resulte de delegar tareas a las personas para alcanzar el fin común.

Anónimo dijo...

Comentarios a los primeros 3 Hábitos de la gente altamente efectiva.

Ser proactivo:
El punto medular de este hábito es la responsabilidad que recae sobre nosotros en relación con los actos que realizamos, saber que éstas acciones tienen un impacto no solo en nuestras vidas, sino también en la de los demás, que a toda acción, corresponde una reacción, y que esta puede ser positiva o negativa, pero nunca puede ser neutral o sin efecto. Ser proactivo desde mi perspectiva es analizar no sólo las posibles consecuencias a corto plazo si no también las acciones a largo plazo que pueden ocurrir y la magnitud de los impactos de nuestras acciones, analizar los posibles riesgos que correremos al llevar a cabo ciertas acciones, que habrá muchas veces en las que deberemos de correr riesgos, y será nuestra responsabilidad el poder evaluar las diferentes opciones y posibles impactos (de los riesgos el menor, audaz, moderado).

Empiece con un fin en mente:
Indudablemente, cuando se quiere realizar o alcanzar algo, es importante plantear los objetivos generales, y todas nuestras acciones deben de estar encaminadas a que los objetivos generales se cumplan, es decir alinear nuestras actividades con nuestros objetivos. Sin embargo, también es importante remarcar que no somos seres unipersonales, que somos seres que buscamos relaciones sociales y que estas están presentes en cualquier parte a la que vayamos, Organización para la que trabajamos, familia, gimnasio, tendremos que buscar objetivos comunes, sobre los cuales debemos de trabajar, si bien habrá objetivos muy personales, creo que en l mayoría de los casos, los objetivos de gran importancia, involucraran a un gran número de personas (que podrían verse impactadas por nuestros objetivos).

Establezca primero lo primero
Gran dilema, que hacer primero, lo importante ó lo urgente, bueno, desde mi perspectiva, creo que debiéramos siempre de atender siempre lo urgente, sin perder de vista lo importante. Ya que como lo mencione en el párrafo anterior, al no estar solos en las actividades que desarrollamos, si no resolvemos lo urgente, seguramente vamos a estar afectando a personas las cuales su actividad preponderante depende de lo urgente. Lo importante claro que debemos de atenderlo, y tomar las previsiones adecuadas a efecto de que éstas no se vuelvan una urgencia.

MARIANO MARTINEZ ISLAS
A01510014

Anónimo dijo...

Del primer hábito, sea proactivo, me gustó la analogía del espejo social con el espejo deformante de los parques de atracciones. Es muy común que las personas se (nos) acostumbren a ver una imagen distorsionada de su vida como la mejor imagen pues otorgan el poder a un tercero que influencia y determina su comportamiento sin darse cuenta. Ese tercero entendido como un grupo social, medios de comunicación, jefe directo, compañero de trabajo, etc. Pareciera que la sociedad nos condiciona a volvernos reactivos, otorgando el control de nuestras decisiones y esperando que el entorno cambie para que las cosas cambien. Sin embargo, enfocarse en el círculo de influencia, para romper este ciclo, me parece un mejor camino. No centrarse en el problema sino en la solución. Enfocarse en las cosas que preocupan y que en las que se puede hacer algo para mejorarlas o cambiarlas.

Del segundo hábito comparto que sin imagen, sin metas, sin objetivos es difícil llevar acciones y mantener el sentido de vida. Siempre debes tener algo que hacer, porque hacerlo y para quien hacerlo. En primer lugar para uno mismo y después para centros alternativos basado en principios sólidos. En ámbito laboral, al leer el capítulo, pude identificar claramente que estamos enfocados en subir la escalera, falta quien dirija para que los esfuerzos den frutos. Alinear los esfuerzos en la dirección correcta. Para ello generalmente las empresas se preocupan que la misión empresarial sea clara y que todos la conozcan. Pero, ¿qué hay de la misión personal y familiar? Me resultó curioso pensar que es muy probable que un alto porcentaje de personas no tenga una misión personal y mucho menos familiar. Si no sabemos hacia dónde vamos, de que vale remar fuerte. Tal vez de pronto caigamos en cuenta de que se sigue una misión empresarial que de algún modo se contrapone a la misión personal.

Del tercer hábito, coincido no es fácil distinguir entre lo urgente, lo importante, lo relevante y lo útil según las prioridades. Las decisiones regularmente resultan apremiantes en tiempo de crisis. En lo personal considero que cuando todo urge es porque nada urge en realidad y es sólo un reflejo de la falta de organización o del resultado de una constante delegación en recaderos. Es una gran área de oportunidad el manejo del recurso humano (delegación efectiva) y del tiempo, planificando y balanceando los cuadrantes poniendo en práctica el primer y segundo hábito.

- Lourdes Charles

Emma Velasco dijo...

Todos nos enfrentamos a estímulos o circunstancias diariamente. Me identifico mucho con la parte de tener la libertad interior para decidir como responder. Tomar la responsabilidad de las cosas que nos suceden y la forma en la que reaccionamos ante estas de una forma reactiva o proactiva. Esto no es más que pasar por un proceso consciente de maduración. Tomar con responsabilidad nuestras vidas y no "delegar" nuestra vida a nadie o nada.
Estos tres hábitos nos permiten crear consciencia de como queremos vivir, primero trabajando en nosotros mismos, adueñarnos de nuestras vidas, movernos hacia un zona más positiva alejándonos de las preocupaciones, en resumen tomando una verdadera responsabilidad por nosotros mismos: "escribir nuestro propio guión", sin dejar que alguien más lo escriba por nosotros. Después de clarificar nuestros valores comenzamos ampliar nuestra forma de ver la vida y así lograr que la vida tenga un significado más profundo. Es clave definir nuestro centro, esta sin duda será la brújula alrededor la cual todas las circunstancias van a girar y será nuestra guía, lo que me inspira continuar.
Finalmente, muchas veces tendemos a ignorar nuestro centro enfocándonos a cosas urgentes. Puede ser claro lo que es importante vs. lo que es urgente, pero es difícil tener la madurez de perseguir lo importante y la fortaleza para dejar a un lado lo que no lo es. Esto es clave para poder mantener nuestro centro, mi balance y que continúe inamovible. Al final del día, esto también es una decisión individual.

Anónimo dijo...

Araceli Jiménez Reyes:

Con respecto al hábito de la proactividad, tengo que reconocer que tenía una descripción errónea en mi cabeza o incompleta acerca de este concepto, pues tenía en mente que ser proactivo significaba hacer cosas primero que otras personas y /o incluso hacerlas diferentes para que determinada situación se llevara a cabo. Sin embargo, leyendo el libro de Covey, me ha convencido de que significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer y poner lo mejor de nuestra parte para que las cosas sucedan sin importar los factores externos y sin esperar que alguien más resuelva nuestros problemas. Lo que más me llamó la atención y me quedó muy grabado es que una persona proactiva examina sus alternativas, busca distintos enfoques, elige la respuesta que le parece adecuada y se hace responsable de dicha acción.

Por otro lado, hablando del hábito de empezar con un fin en mente, me parece por demás lógico, básico y sumamente importante. Visualizar lo que quieres, a dónde quieres llegar, qué es lo que quieres obtener y cómo lo vas a lograr te da un panorama acerca de tu futuro y te ayuda a aclarar situaciones futuras que tal vez no habías detectado. Concuerdo con el autor cuando dice que empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física. En lo particular, este ejercicio que ahora es un hábito para mí, lo empecé a crear cuando estaba en la selección nacional de tae kwon do. Para cada competencia, teníamos sesiones de visualización del evento futuro, dónde nos pedían que con los ojos cerrados, narráramos que iba sucediendo en la competencia. Con este ejercicio, nos dábamos cuenta, tanto los entrenadores como los competidores, de las fortalezas o debilidades que teníamos y de esta manera podíamos trabajar en ello antes de la competencia. Aquí el fin en mente era obviamente ganar las competencias.

Finalmente, el hábito de establecer primero lo primero, a mí me parece interesante y hasta retador, pues definir en ciertas ocasiones qué es lo importante y qué es lo urgente no resulta fácil, ya que los problemas laborales, las actividades rutinarias, y hasta los objetivos que nos fijamos podrían confundirnos en el camino. Sin embargo, si llevamos a cabo con claridad y de manera correcta los dos hábitos anteriores, tendremos una buena parte del camino recorrido.

LUIS dijo...

Ya sea que los llamemos determinismo o influencia del entorno, es fácil echarles la culpa de quienes somos a otros factores, pero es totalmente NUESTRA culpa quedarnos así y no hacer nada para mejorar nuestra situación.
Los animales, distintos al hombre, no pueden reconocerse en un espejo, nosotros sí podemos hacerlo y pasar de una predecible respuesta reptiliana, que nos pone a merced del pronóstico de los demás, a proactividad de ¿en qué quiero convertirme? Aunque, podría criticarse como copia de modelo estereotipado, es en realidad la creación de arquetipo.
Las mejores decisiones nos llevan donde queremos estar, nos alimentan con sensaciones de logro al tomar la iniciativa y romper el status quo, el cual disfruta la mayoría de la gente, hasta que entiende que si no cambias nada, lo único que cambia es la proporción de despreciable arena en el reloj que paulatinamente pareciera adquirir el dorado brillo del polvo de oro que lo conforma.
La racionalidad que enseña la escuela, restringe a un pensamiento lineal basado en modelos y supuestos simplistas, imprácticos en la vida real, al dar resultados inesperados y la ilusión de “poder” controlaros. Al tener experiencias notas que lo importante es ocuparse, no preocuparse y un plan si no es flexible no sirve de nada.
Tomar la iniciativa y decidir por uno mismo tiene grandes beneficios, pero deben evaluarse consecuencias y actuar cuando se esté al menos 75% seguro de la situación: nunca habrá suficiente información aún en la era de la “infobesity”. Lamentablemente estamos preprogramados por nuestras experiencias pasadas, pero ayuda hacer un esfuerzo consciente de “30 días” para que cualquier nuevo comportamiento sea vuelva de manera natural.
Por otro lado el segundo hábito, es importante porque enciende la llama de la pasión para continuar con integridad. El objetivo general del hombre es felicidad de diferentes tipos, lo importante es mantener un equilibrio tal como “el circulo/rueda de la vida” (de ideología hindú), disfrutar los detalles y evitar los tapaojos de una meta falsa. En mi caso, los ejemplos de centro, no me influyen sino que todos tienen una participación relativamente similar, pero algo que no comprende tal cuál es el placer, pero no el inmediato, sino el de mediano/largo plazo, de la autorrealización, componente que una vez satisfechas todas las necesidades, según Maslow, es el menos prioritario, aunque el más elevado.
Se necesita mucha humildad y un fuerte deseo para cambiar, no existen las panaceas, como comprar un nuevo curso, o un nuevo aparato pensando que “ahora sí voy a obtener el resultado que busco”. Estas sencillas acciones son parte de ser líder, demostrar que estás dispuesto a pagar el precio. Sufrir, pero con su recompensa. La gente lo nota, es inspirador, y trata de devolverlo. “Tus acciones hablan tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices.”
El tercer hábito es el que considero más valioso para llegar a objetivos. Por su parte los dos primeros hábitos demuestran que cuando tienes una visión y te comprometes con una causa sucede que “acciones ordinarias, hechas consistentemente dan resultados extra-ordinarios”.
Aprendí de un jefe la aplicación práctica, en entornos laborales de alta presión y exigencia en tiempos. Así como la analogía de las piedras y la pecera, es signo de madurez pertenecer al “famoso cuadrante II” para ser uno el dueño del tiempo y no ser presa de las presiones como llegué a escuchar desde arriba durante poco más de tres años: “sentido de urgencia”.
Es terrible que se maneje una perspectiva de urgente, urgente. Aunque la intención del lema era buena, el término pudo manejarse mejor. Además, las empresas exigen más tiempo, más rápido, más eficiente, sin considerar que el rendimiento se ve afectado y a la larga paga mal, pero ese ya es un tema cultural y se está dispuesto a pagarlo.
Al final, la visión ayuda mucho a mantener la vista en la bola, y enfocarse en lo que uno hace mejor para delegar—e insisto, delegar, no abdicar y desentenderse—las actividades que no son lo que uno “sabe hacer mejor”.
— Luis

Anónimo dijo...

Estos tres hábitos son cosas que utilizo todos los días en mi trabajo y voy a hablar de 3 ejemplos sencillos para demostrarlo. El dominio de las emociones, subir a la gente correcta al autobús y los fines que no están en la lista de objetivos. ¿Por qué estos tres? Porque describen a la perfección los tres primeros hábitos. Las emociones dominan a muchas personas y no entienden que no pueden controlar el agradar a alguien más. Lo que sí pueden controlar es buscar algo en los demás que nos agrade. Eso es ser proactivo en el manejo de las emociones. Luego el autobús: lo primero, antes de trazar una ruta, prender el autobús, etc., es subir al autobús a la tripulación correcta. Eso significa, la más capaz y competente, flexible y que no tenga una visión estrecha. Finalmente, hay muchos fines que no estan en la hoja de objetivos míos. Sería fácil decir que mis fines laborales están ahí pero es falso, eso es lo más cómodo solamente. Lo importante es encontrar aquellos fines que no están escritos como desarrollar las relaciones con tus colegas, fomentar un ambiente de trabajo más sano o ser incluyente. Así es como vivo estos tres hábitos en tres ejemplos sencillos. ATTE. SERGIO MATULA

Anónimo dijo...

- Ser proactivo.
Esta idea fue realmente interesante para mí puesto que entendí lo que realmente significa ser proactivo y lo que esto implica. Si bien ser proactivo es tener iniciativa, también es ser responsable de mi propia vida, de hacer que las cosas sucedan por mí mismo y no esperar que las circunstancias determinen mis acciones. En cuanto lo leí, empecé a analizar decisiones importantes que he tomado en los últimos años y encontré más de una en las cuales éstas fueron respuestas a las situaciones que en esos momentos experimentaba, pensando que eran en pro de mis metas. Resultó incluso gracioso porque al recordar el proceso de toma de decisión, venían a mi mente algunas de las justificaciones que encontré para reafirmar que eran decisiones autónomas. Pero Viktor Frankl me deja una gran lección de cuán poderoso es ser proactivo y actuar bajo el lente de la propia perspectiva y no el de las circunstancias, para ser “de adentro hacia afuera” y no lo contrario.
- Tener un centro claro en principios.
Esta parte marcó mi vida puesto que creo que en la actualidad la sociedad en general carece de principios y como consecuencia enfrentamos grandes problemas sociales. He comprobado que si en algún momento olvidamos aquellos principios que valoramos y deseamos sean el centro que impulsen nuestras acciones, y nos enfocamos más a otras cosas alternativas, entonces llegamos a un momento de desequilibrio que no sólo afecta al exterior sino principalmente al interior de la persona. Esto se da debido al desear cumplir con cada uno de esos factores, lo cual no es posible. En mi caso, a pesar de que varios meses atrás creía que tenía un fin sólido en mente, me estaba centrando principalmente en dos centros alternativos, como Covey los identifica, y no en principios, lo cual estaba afectando negativamente mi energía para alcanzar aquel fin; puesto que habían momentos que no encontraba un balance entre ambos aspectos. Sin duda, hacerlo será un reto interesante que a largo plazo traerá beneficios.
- Enfocarse en el Cuadrante II: en lo importante y no urgente.
Este punto llamó mucho mi atención, sobretodo porque es un aspecto que se visualiza de manera diaria en la vida personal, pero también en las organizaciones. De hecho, leyendo recordé la experiencia que tuve hace un par de meses. El equipo de Recursos Humanos de la organización en la cual estaba tenía la responsabilidad de impulsar proyectos de mejora del liderazgo en la empresa. Este aspecto era medido anualmente en una encuesta de clima organizacional. Resultaba impresionante para mí como los dos meses previos a la aplicación de la encuesta, la atención de todo el equipo estaba centrada en dichos proyectos de mejora, en la promoción e implementación de los mismos, pues se convertía en un tema urgente para el área. Sin embargo, el resto del año, el tema se olvidaba a pesar de que mejorar el liderazgo era importante para la organización, puesto que era el indicador más débil de toda la encuesta. Como menciona el autor, esta situación se presentaba porque éste tema no era una verdadera prioridad para el equipo y se creía que el tiempo que demandaban dichas actividades de mejora se debía utilizar más en otros temas operacionales. Si esto sucede en entes que tienen “establecida una misión”, es importante que sea proactiva, empiece a redactar la mía y que realmente refleje quién soy y mi propósito, para poder enfocarme en el futuro en lo importante.

Anita Pincay

Alejandro Gasca dijo...

En el caso de los tres primeros hábitos del libro , se trata de trabajar con uno mismo , esto es la parte fundamental pero mas difícil , no solo se trata de entender como funciona sino de conquistar lo mas complejo que es a nosotros.

En el inicio entender que somos arquitectos de nuestro destino , por medio de respuestas y actitudes , fijar respuestas correctas y caminos que nos lleven a lograr el éxito del plan , como decía drucker toda crisis reiterada es sintoma de pereza y abandono , eso pasa por no tener prevención de el futuro y saber a donde y actuar 6 jugadas antes de que pase , siempre a la ofensiva para poder defendernos .

Después el tener claro el objetivo , la meta o mejor dicho el camino porque la meta es itinerante cada vez mejor , mas alla o simplemente solo diferente debido a los momentos de la vida , me gusta pensar en que el carpe diem es bueno pero se adapta a un camino de conocimiento y logro.

Y esta parte de hacer lo que hay que hacer Uff , no procrastinar ,definir lo importante y que lo demás se acomodara , es dificil se necesita convencimiento y disciplina , estos 3 habitos de mejora son excelentes para la reflexion interna y el conocimiento.

Alejandro Gasca

Anónimo dijo...

La lectura de los 3 Primeros Hábitos que expone Stephen Covey me dejó las siguientes reflexiones:

1.- Antes de pensar en convertirme en un buen líder, tanto en lo personal como en lo profesional, es vital que sea consciente de mi potencial para hacer que las cosas sucedan y, principalmente, de entender que solo yo soy el dueño de mí destino. Son mis valores los que deben controlar de forma consciente a los impulsos y circunstancias que se presenten y no al contrario. Es fundamental hacerme responsable de mis actos, sobre todo al tratarse de errores ya que de estas experiencias son de las que más podemos aprender y nos sirven como un buen ejercicio para mejorar y madurar.

2.- Frente a cualquier toma de decisiones es importante evaluar todas las opciones de las que disponemos, pero es aún más relevante realizar la elección basándonos en lo que nuestros valores y principios consideran correctos. Hace unos años me desempeñé para una compañía que con el tiempo fue perdiendo el apego a los valores que manifestaba tener, lo que causó que las decisiones tomadas eran erráticas, no orientadas hacia el resultado y sobretodo que no respetaban a los colaboradores que se desempeñaban en ella, por lo que poco a poco perdió la confianza de sus clientes y colaboradores atravesando un periodo difícil causado por una toma de decisiones que no se basaban en sus valores y que correspondían a otros intereses.

3.- Uno de los recursos más valiosos con el que contamos es el tiempo y por este motivo debe ser perfectamente utilizado para la consecución de nuestras metas. Esto nos obliga a tener una buena administración de nuestras actividades para movernos permanentemente sobre lo importante y no urgente. Hace unos meses tuve la oportunidad de participar en un taller llamado “Las 5 elecciones hacia la Productividad Extraordinaria” impartido bajo la perspectiva de Stephen Covey y una de las reflexiones que me dejó fue el hecho de que no debemos permitir que nuestro tiempo se pierda en actividades que no nos agregan valor para acercarnos a nuestras metas, por este motivo debemos adoptar una actitud proactiva y enfocarla en la planificación, aprendizaje y desarrollo de nuestro lado creativo.

Daniel Romero Suárez
A01160298