viernes, 5 de agosto de 2011

Segundo Comentario Maestría Liderazgo Perú Senge La Revolución Necesaria C. 1 a 4


Consideramos que sus comentarios han sido muy valiosos y sobre todo que están aprovechando las lecturas. ¡Felicidades!

Hablaron y comentaron de las personas quienes son inteligentes serán capaces de generar un alto nivel de felicidad; del trabajo como medio y no como fin; de la alta rotación de personal y el beneficio de una buena selección de personal, de la escucha y el saber trabajar bajo presión; de la importancia de "la habilidad social"; la relación de la teoría y la práctica; del transmitir el conocimiento de una manera "inspirada"; del dominio personal, la tensión emocional y la creativa y de lo que realmente debe ser importante para nosotros; de inteligencia emocional y organizaciones inteligentes; de "los cursos de liderazgo"; del manejo de "la no conciencia"; del no basta con conocer la solución sino de como saber llevarla a cabo; de la empatía y la flexibilidad; del ¿Equipo o Grupo?; del carisma y la motivación y de los conocimientos y las capacidades técnicas; de la excelencia académica como resultado del esfuerzo y disciplina; del no estar de acuerdo con los datos de Senge respecto a IQ/Excelencia Académica/ y su correlación con el éxito en la vida profesional; de la importancia de aprender de lo vivido; de la visión personal; del ambiente de participación; del "trabajo sin sentido"; de enseñar con el ejemplo; de las habilidades "blandas"; de la innovación; del valor no generado individualmente sino en equipo y del valor de la persona... UFF¡¡¡¡

Increiblemente rico este bagage de conceptos, sentimientos, ideas, retos...

Muy bien para comenzar...

La lectura por comentar esta semana nos conduce a otra perspectiva del liderazgo, ¿Cómo vivir los retos de un mundo en competencia y sumergido en un materialismo brutal y a la vez ser y hacer sostenibles a nuestras personas y a nuestras organizaciones?

Menudo reto..., les dejamos una buena tarea... sobre todo para nuestro futuro!!

Saludos desde una no tan fría Toluca

Julio César y Enrique

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes de empezar con el análisis de los primeros capítulos de La revolución necesaria de Senge quería mencionar que la frase ''el problema no es de las crisis en sí mismas sino la posibilidad de que nuestras respuestas sean totalmente inadecuadas’’ ilustra la idea central que quiere transmitir el autor a lo largo de los capítulos.

En el libro se comenta cómo la humanidad ha vivido etapas en las que se hizo muy poco por resolver los problemas (respuestas inadecuadas) y solo se pasó a otra etapa por la innovación o cambio de paradigma. Esto se verá con mayor detalle en los aprendizajes que consideré como los más valiosos y que he podido relacionar con nuestro día a día:

(1)Analizar el problema como un todo: Senge comenta que si miramos cada problema por separado las soluciones serán de corto plazo. Coincido totalmente con el autor ya que cada vez más, sobre todo en el ámbito laboral, se nos exige tener una mirada integradora y esto implica ver cada árbol pero también el bosque.

(2)Tener una visión sistémica: Senge también comenta que la globalización ha cambiado el panorama de la era industrial. Todos estamos interrelacionados y dependemos unos de otros. En ese sentido, nuestros análisis sobre cualquier problema debería contemplar esa variable. Además de tener una visión macro del problema debemos detectar el patrón más profundo que conecta todos los problemas y considerar todas las implicancias de nuestras decisiones.

(3)Cambiar la manera de pensar: Este es el punto central y que es abordado transversalmente por Senge en estos primeros capítulos. En el libro se plantea que vivimos en una era, a punto de colapsar, en la que la burbuja no nos deja pensar de otra manera o tener otro paradigma. Haciendo otra analogía, parece que cada era que la humanidad ha pasado y que otros autores han comentado en el libro de Senge nos lleva a vivir dentro de la Matriz (película de los hermanos Wachowski) y de donde tenernos que hallar la manera de salir. Senge sugiere que para que la burbuja / matriz no termine aplastándonos debemos tomar distancia para repensar hacia dónde vamos. En ese sentido, el aprendizaje radica en que si se tiene un problema, quizás la solución es retroceder un paso, analizar y tratar de aplicar otra solución (utilizando otra óptica o paradigma).

En línea con el cambio de pensamiento, Senge también comenta que para salir de la burbuja / matriz uno debería tener una actitud más proactiva que reactiva. Sobre este punto considero que es esencial tener un pensamiento anticipativo que pueda buscar soluciones innovadoras (pensando fuera de la caja), previendo las consecuencias y que puedan dar cambios sostenibles.

Fernando Díaz Casas
A00812031

Anónimo dijo...

Quiero empezar la reflexión diciendo: “las acciones que tomamos se basan en la forma de pensar… siendo estas limitadas de forma consciente o no”.
La vida existe en la naturaleza hace más de 4 mil millones de años. Y los humanos con tan sólo 200,000 mil años nos hemos esforzado en destruir el equilibrio esencial para preservar la vida en la Tierra. En un poco más de 50 años, hemos transformado el planeta radicalmente, mucho más que cualquier otra generación anterior. Todos tenemos el poder de cambiar. ¿Entonces que estamos esperando?
Nuestra forma de vida en la cual nos hemos desarrollado afianza una forma de pensar “adecuada” y lleva a mantener el statu quo. Esta forma de sobrevivir (progreso) nos ha traído muchos beneficios actuales, pero a la vez, no hemos sido capaces de ver los pasivos que esto conlleva. Nos hemos enfocado en la eficiencia llamada productividad dando por sentado que los recursos renovables siempre se renovaran (aunque no dejamos que el ciclo se lleve); y los recursos no renovables no se acabaran por lo menos duraran mucha décadas más. No somos conscientes del impacto en el equilibrio de la Tierra. Por eso me cuestiono en ésta forma de pensar prevalece: el egoísmo. Un egoísmo en generar ganancias a corto plazo y no querer ver más allá, donde lo que producimos (demanda mundial) se transforma en desechos industriales o tóxicos. Rescato de Senge, dos puntos importantes: la creciente demanda de energía (70% de la energía requerida proviene de quemar combustibles fósiles) y la globalización generando una interdependencia. Ambos logran un desbalance en un gran sistema con consecuencias en todos los subsistemas: políticas, económicas, sociales, psicológicas, biológicas.
Cambiar la forma de pensar del mundo es un reto muy difícil cuando existe un estilo de vida, y por ende, una forma de pensar. ¿Qué necesitamos? Un nuevo aprendizaje en la forma de pensar, para lo cual el desafío en las próximas décadas, es un extraordinario liderazgo por parte de instituciones y a su vez, empezando desde uno respetando el equilibrio de la Tierra.
Para empezar, debemos tener la capacidad de ver el cuadro completo, empezando con la industria que forma parte de un sistema más grande llamado naturaleza (Tierra) que posee recursos renovables y no renovables pero también ser conscientes que durante el proceso de extracción se producen desperdicios (que afecta al ciclo de la naturaleza para renovarse). Además, las personas forman parte de un sistema social más grande que puede causar ansiedad, inequidad y tensiones en las sociedades (humanidad).
En respuesta a una nueva conciencia existen iniciativas como el desafío 80-20, que conlleva a una nueva forma de pensar y requiere cambios dramáticos en todos los sistemas industriales conocidos. Con esto, volvemos a afianzar el cómo, no habrá cambio si no cambiamos radicalmente la forma de pensar. Así mismo el concepto de interdependencia nos lleva a pensar de distintas formas: 1) a corto plazo que busca remediar problemas aislados y otro 2) a largo plazo que nos lleva a pensar en los sistemas más grandes dentro de los que opera (tácitamente nos obliga a pensar en la sostenibilidad). Senge propone tres pilares que deben desarrollarse continuamente para cambiar la forma de pensar: a) ver los sistemas más grandes de los cuales forman parte, b) colaborar a través de las fronteras que anteriormente los separaban, y c) crear futuros deseados.
En resumen, la crisis actual que enfrenta el equilibrio de la Tierra debe parar buscando poder subsistir. La única forma de lograrlo es a través de un cambio de pensamiento que nos va a llevar a actuar de manera distinta. Hoy tenemos un pasivo muy grande y crítico que urge un cambio radical en nuestra forma de vivir y de subsistir con bienestar.
Antonio Vidaurre

Anónimo dijo...

Alvaro Rojas
A00812129

Al leer lo que Senge propone en los primeros cuatro capítulos de su libro "La Revolución Necesaria", me surge una primera reflexión general, que a su vez puedo relacionar con la lectura del libro de Covey, "Los Siete Hábitos de la Gente Efectiva": La ecuación P/CP . Esta ecuación plantea que siempre debe existir un equilibrio entre la producción (P) y la capacidad de producción (CP), con miras a mantener relaciones, negocios, proyectos, iniciativas, entre otros, saludables. Toda actividad puede regirse bajo este principio. Mientras se mantenga el equilibrio, la actividad será sostenible en el tiempo. Esto se aplica perfectamente al problema planteado por Senge, y me permite concluir que si no buscamos el equilibrio entre la producción, o en esta caso, la gran productividad generada por la Era Industrial y la capacidad de producir, en este caso reflejada en los recursos naturales que el planeta ofrece, más de alla de que ningun negocio será sostenible a largo plazo, las sociedades como las conocemos tampoco lo serán.

Entrando a detalle, las tres grandes ideas que me llamaron más la atención fueron:

(i) Enfoque en el sistema: Conforme he ido adquiriendo más experiencia profesional, me he dado cuenta que los mejores ejecutivos y lideres son aquellos que tienen una amplia visión de las situaciones, ya que ellos son los que generalmente aportan perspectivas que inicialmente no fueron consideradas. Estoy totalmente de acuerdo en que debemos evaluar las situaciones como parte de un gran sistema mayor, ya que de no hacerlo, podemos dejar de entender las implicancia de nuestras decisiones. Buscar entender el sistema exigirá tener una visión más amplia de la situación y forzará un análisis más integral de las variables. En mi opinión, tener esta visión es clave para ser un buen líder.

Este punto tiene relación directa que el segundo tema que me pareció muy interesante: (ii) acciones que se enfocan en solucionar un problema especifico sin considerar su impacto total en el sistema muchas veces pueden generar mejoras por solo un corto periodo de tiempo, o lo que es peor, a largo plazo pueden generar incluso resultados más negativos. Este tipo de situaciones las he vivido de manera directa en los últimos meses. Al gerenciar una marca presente en varios países de Latinoamérica, debo evaluar propuestas de cada equipo local sobre, por ejemplo, ajustes que pueden ejecutarse a nuestro portafolio de productos. Cada propuesta puede estar bien sustentada y tener argumentos sólidos que llevarían a concluir que dichas recomendaciones deben aplicarse. Sin embargo, la fuente de abastecimiento de todos los negocios es la misma planta de producción. En ese sentido, decisiones que serían muy buenas para un país, resultarían en ajustes productivos que podría dar como resultado condiciones muy desfavorables para otro negocio. Si no se analizan las alternativas como parte de un sistema total, se podrían cometer muchos errores.

Finalmente, la tercera idea que me llamo la atención fue la que plantea una clara diferencia entre crear soluciones y resolver problemas. Este es un enfoque que pretendo empezar a aplicar en mi vida personal y profesional. Voy a enfocarme en crear y no es resolver, en ser proactivo y no reactivo. Estoy convencido que de lograrlo, seré más efectivo en mi día a día.

Anónimo dijo...

Fernando Franco Falcón
A00812030

La lectura nos confronta con nuestra realidad, estamos obligados a cambiar si queremos subsistir en el mundo. La globalización ha unido a las naciones de tal manera que ahora no sólo las distancias se han acortado, sino que los problemas de contaminación afectan a todos.

Actualmente las regulaciones ambientales no crean soluciones sino que resuelven o disminuyen los problemas, por ejemplo yo trabajo en una fundición de acero, en los países desarrollados las normativas ambientales cada vez son más estrictas por lo que han logrado que los empresarios trasladen sus fundiciones a países en vías al desarrollo (Sudamérica, África, Asia) esto no cambia en nada ya que la contaminación que se genera en otros países aún sigue en nuestra atmosfera. Tampoco se pueden cerrar todas las fundiciones porque las minas necesitan acero para sus equipos y el mundo necesita de minerales para casi todas las herramientas y así sucesivamente.

El cambio que debemos tener no es el que constantemente se propone, sino un cambio más profundo en vez de cortoplacista. Si analizamos como es que vive la civilización de hoy podremos apreciar que las personas compran artefactos que no necesitan (lujos) con dinero que nos les pertenece (créditos) para ostentarlo con gente que no conoce (posición social), como lo indican en la lectura “el éxito del pasado nos ha metido en este problema”. Este cambio propone eliminar los paradigmas del mundo de hoy y un cambio radical en la forma de pensar, en las costumbres de nuestras sociedades. Este será el desafío de las próximas décadas.

Anónimo dijo...

Junior Valdez Pachas
A00812033

En un primer momento, para ilustrar un poco el contenido de las cuatro lecturas de Senge, se ve en el sector de transportes de nuestra realidad cotidiana, que hoy en día, es uno de nuestros principales problemas en la capital del Perú, tanto por el caos del tráfico que genera, como la degeneración de la salud de todas las personas que vivimos en esta ciudad. Donde lo primordial para los dos partes (las personas que usan el servicio y los transportistas que lo realizan) están enfocándose en otras cosas “importantes”, en vez del verdadero problema que tendremos en el largo plazo.

Quiero aplicar esta problemática a los tres aspectos que consideré más importantes en los primeros capítulos del autor. El primer aspecto es que, para considerar un futuro sostenible en el largo plazo necesitamos la ayuda de todos. En el ejemplo del transporte en Lima, las personas que usan el servicio buscan actualmente un servicio rápido a como dé lugar a cualquier costo no monetario, debido a que siempre tenemos el tiempo justo. Por otro lado, los transportistas buscan rentabilizar el negocio al menor costo en el corto plazo, dentro de los parámetros legales actuales a la municipalidad de Lima. Los problemas que generan los combustibles fósiles a la salud de las personas son lamentables, esto genero desequilibrios ambientales y de salud en Lima.

El segundo aspecto importante, en relación al primero, para tomar las reales causas del problema es tener el marco completo de la situación, no tomar los problemas por partes, es no dejar crecer la “burbuja”, y hacer que las percepciones y creencias de “crecimiento económico” de las personas no sean más profundas; creer que, porque en la ciudad hay mas automóviles y buses nuevos hemos “crecido” económica, social e inclusive pensar que nuestra cultura se ha desarrollo, eso no es tener todo el panorama, ni ver el real crecimiento sostenible que necesitamos, creo yo, que uno de los pilares más importantes es de, preservar nuestros recursos hoy y en el futuro, sin esa premisa no hay sostenibilidad con el desarrollo que quisiéramos proponer para el largo plazo en la ciudad, solo actividades populistas y resolución de partes del problema en el corto plazo, son decisiones de corte político – social.

La pregunta es entonces ¿Cómo comenzar a desarrollar el proceso de solución al embrollo que estamos?, Precisamente, el tercer aspecto, es crear el futuro sostenible viendo el presente de forma sistemática colaborando las personas y las organizaciones conjuntamente, en el ejemplo, crear nuevos sistemas de transporte entre el sector público y privado o nuevos medios de transporte que preserven el medio ambiente y la salud de las personas. En general, todo parte en cambiar cada uno nuestra forma de percibir la vida para encontrar el camino, que hoy en día, creemos que nuestros esfuerzos en el trabajo nos llevan a resultados o fines materiales “cómodos”, o comenzar a tomar estos resultados como si fueran realmente los medios de nuestro real beneficio sostenible que es preservar la vida, y esto solo se da si preservamos o cuidamos los recursos que mantienen nuestra calidad de vida y a nuestras futuras generaciones. No existe un equilibrio real y duradero, más que el que nosotros mismos forjamos y ajustamos con el tiempo.

Anónimo dijo...

José Alva Cortez
A00812025

El primer punto que me parece importante es de la interconexión que existen entre los problemas que van sucediendo en la sociedad; todos formamos parte de un mundo globalizado y los efectos de una acción ya no son locales, sino que pueden afectar directa e indirectamente a cualquier población en el mundo. Y ante esto se presenta la palabra “sostenible”; en el texto se menciona la siguiente idea orientadora: “las instituciones importan”, y a simple vista no encontraba por donde un banco puede estar ocasionando daños importantes al medio ambiente; pero no solo se trata de ocasionar daños, sino de empezar a fomentar una nueva forma de pensar y de actuar. Por ejemplo, en los estados de cuentas de los miles de clientes se podrían poner mensajes a favor de conservar mejor el agua, o de consumir menos electricidad; o verificar que los proveedores de papel estén siguiendo procesos óptimos. Todo eso es pensar en el largo plazo, pero en algún momento tenemos que empezar.

Otro aspecto relevante de las lecturas, y que desde mi punto de vista puede ser aplicado en lo profesional y en lo personal, es el que se resume con la frase “escurrir el bulto”. A veces tenemos la visión de corto plazo, o de solucionar el problema; pero lo más importante es conocer las causas para poder corregir de raíz el problema, y no tener que actuar como bomberos cada vez que aparece un problema. Yo estuve en esta situación, donde se tenía que solucionar el problema para que un producto financiero pudiese llegar a sus metas, pero no se reparó que esas acciones posteriormente traerían más problemas, además de hacer perder parte la información histórica que teníamos, porque con el parche que se puso, se perdió coherencia en el análisis de resultados comparativos. Si esto sucede en una institución, no me parece difícil pensar que un gobierno central se preocupe más en acciones que les den popularidad, en vez de soluciones orientadas al cuidado del medio ambiente (por ejemplo, no existen acciones concretas que detengan la minería informal, o la tala indiscriminada de árboles, porque a los únicos que en este momento les preocupa ese mal son a los lugareños, que muchas veces son minoría).

Y como tercer punto que me llamó la atención es lo relacionado a "pensar en forma diferente", teniendo siempre en cuenta que la burbuja en la que vivimos, está dentro de otra más grande, y así sucesivamente, y eso es importante porque nos iremos cuestionando si lo que hacemos afectará a alguien, y si detectamos que sí lo hace, buscaremos caminos alternativos mediante formas creativas, que no deje efectos secundarios a terceros. Estoy seguro que cada vez más, una mayor cantidad de personas irá tomando conciencia de que lo primordial es la orientación creativa, y con ello iremos (me incluyo) formando un futuro sostenible, que hoy no parece tener ese camino.

Anónimo dijo...

Javier Rota Baguer
A00812043

Hoy optar por enfoques verdes o ser amigable con el ecosistema ya dejó de ser un pensamiento altruista. El impulsar movimientos y acciones medioambientales es hoy ya en cierto punto un pensamiento egoísta. Los efectos secundarios de la Era Industrial hoy ya son insostenibles, excedemos la capacidad del planeta para deshacerse de los desperdicios. Si no hacemos algo, y rápido, los costos de recuperar nuestro planeta, si es posible, serán demasiado elevados.

Para poder gestionar el cambio, lo primero es aceptar el problema. Hemos exprimido al planeta en los últimos 200 años, esto como consecuencia de nuestro acelerado desarrollo tecnológico, por encima de nuestro desarrollo cultural/ambiental. ¿Cómo es posible que hayamos causado y sigamos causando tanto deterioro a nuestro planeta? Sencillo, no teníamos idea del impacto. Dada nuestra experiencia, no teníamos la capacidad de entender el daño que estábamos ocasionando, no podíamos ver el mundo como un todo, como un sistema complejo.

Hoy podemos ver el impacto que generamos en el planeta, por qué no cambiamos? A mi entender por 2 principales motivos: i) Porque el sistema industrial está ya tan arraigado en nosotros que no concebimos otra manera de hacer las cosas y ii) Porque los intereses económicos son demasiado grandes.

¿Qué debemos hacer? Cambiar nuestra manera de pensar, esto nos permitirá ver más allá de nuestro entorno, ver los sistemas globales, cómo las decisiones que tomamos afectan el resto de sistemas que nos rodean, así podremos tomar decisiones estratégicas que permitan comenzar a solucionar los problemas de fondo y no simples parches que solo patean el problema para adelante (como el caso de los biocombustibles que no reemplazan ni el 1% del consumo de petróleo en el mundo, pero que han elevado el costo de los alimentos de los cuales se produce en más de 100% => igual contaminación, más hambre!!!).

¿Pero cómo hacer con los intereses económicos? Para esto está la sociedad y el enorme poder que sostiene en sus manos (como un todo). Las empresas no viven por si solas, necesitan vender productos o servicios para subsistir, y los productos los consumen las sociedades. Debemos impulsar a los gobiernos y empresas a que adopten enfoques de economías regenerativas, que disminuyan el impacto que hoy como sociedad le estamos haciendo al planeta. Hoy hay empresas que ya han descubierto que se puede ser rentable siendo amigable con el medioambiente, el reto de los próximos 20 años (desafío 80-20) es que el punto de partida para que una empresa pueda ser rentable es que esté comprometida con el medioambiente.

Anónimo dijo...

Carlos Gálvez
A00812026

Muchas empresas se encuentran en proceso de modificar tanto sus procesos como sus lineamientos gerenciales a fin de incrementar su participación en aspectos de responsabilidad social, lo que permitiría generar un futuro sostenible tanto para la misma organización como para el entorno o sociedad en donde se encuentra. Considero que los procesos de responsabilidad social que deben ser adoptados por las organizaciones deben ser cuidadosamente analizadas y deben ser enfocadas en el rubro e industria correspondiente. He podido apreciar muchos intentos de responsabilidad social de las empresas para con la comunidad pero sin contar con un objetivo, meta o misión clara, todos los esfuerzos se diluirán y no se concentrarán en aspectos concretos en específico.

Un caso que me parece importante mencionar se encuentra en el sector pesquero, donde anteriormente, las empresas pesqueras realizaban una pesca indiscriminada de los recursos hidrobiológicos impidiendo que la naturaleza tome el tiempo necesario para la regeneración de los recursos. Por tal motivo, en el 2009, todas las empresas pesqueras en coordinación con el Ministerio de Producción se enfocaron en buscar una solución integral a este problema y se analizaron las mejores alternativas de solución que conlleven a un beneficio para todas las partes y se respete la biodiversidad sin poner en peligro el futuro. Como resultado se diseño un sistema de cuotas en el cual sobre la base de información de pesca histórica se le asignó un porcentaje de pesca a cada embarcación durante las temporadas de pesca del año. Puede parecer una solución muy simple y rápida pero, sin embargo, cambio de manera estructural todo el pensamiento y la forma en que las empresas realizaban el proceso de extracción de recursos. Este cambio implicó que se modifiquen diferentes procesos operativos como por ejemplo la planificación de los mantenimientos de las embarcaciones, estrategias de captura, distribución de las embarcaciones a fin de que las empresas puedan maximizar sus utilidades y minimizar sus costos operativos y de producción.

El caso presentado anteriormente demuestra el cambio de mentalidad que las empresas han adoptado (a comparación del pensamiento de la Era Industrial) en la cual se valora como algo central la calidad de vida de las personas, las comunidades, sociedades a través de un compromiso social responsable y sostenible en armonía con el ecosistema. Tal como lo expresa el libro, tanto las personas como las empresas han dejado de lado los pensamientos propios de la era industrial y se ha ido más allá de la burbuja. Esto representa que las compañías junto con sus altos directivos como todos los colaboradores han iniciado un proceso de cambio de mentalidad en el cual una organización ya no es una entidad aislada dentro de la comunidad cuyo único fin es obtener y maximizar sus ganancias; ahora si bien es cierto el objetivo de una organización sigue siendo obtener y maximizar sus ganancias, éste debe ir en coherencia y armonía con el medio ambiente lo que permitirá generar un desarrollo sostenible a lo largo del tiempo y para las diferentes generaciones.

Gonzalo Navarro dijo...

La urgencia de llegar a una solución de largo plazo respecto del problema climático pasa necesariamente por una nueva generación de regulaciones globales, donde los gobiernos tienen que jugar un papel preponderante. Paradójicamente, la era industrial nos está dejando gobiernos cada vez más disminuidos, y en cambio, corporaciones cada vez más fuertes. Hay corporaciones incluso más poderosas que países enteros. El problema es que la corporación tiene como objetivo principal su propio beneficio, y los gobiernos – en teoría - buscan el bien común. ¿Cómo entonces se llegará a establecer esas nuevas reglas de juego si muchos gobiernos están secuestrados por el poder de las corporaciones y las multinacionales? Lo estamos viendo hoy con la incapacidad política en Estados Unidos de generar la regulación necesaria para salir del problema económico en que se encuentran. El intento del ejecutivo en grabar con impuestos a los más ricos del país no ha tenido éxito por la presión de la oposición y los grupos de poder. Asimismo, la intención anunciada por Obama inicialmente para regular a Wall Street también se frustró, por la gran presión del cabildeo que tiene dicho sector empresarial en las esferas políticas.
Es verdad que hemos llegado a un punto donde ninguno de nosotros está seguro a menos que todos lo estemos. Esa manera de ver el mundo y sus interrelaciones rompe con el esquema tradicional del pensamiento del libre mercado, donde se sostiene que si cada quien busca su propio beneficio (que se supone es lo racional), la sociedad en su conjunto se ve beneficiada. Pues estamos siendo testigos que esto no es así, y al contrario, teorías como las de John Nash de equilibrios cooperativos se tornan cada vez más vigentes.
Una idea desde el punto de vista regulatorio, y que rompería eso sí con el status quo de las empresas, es condicionar el lanzamiento de una nueva versión de un producto al mercado a que la empresa se haga responsable del manejo del producto obsoleto. La obsolescencia planeada ha sido uno de los pilares del consumismo y es parte del problema de la insostenibilidad del modelo. Si se traslada el costo de la obsolescencia a las empresas, estás podrían optar por hacer “upgrades” a sus productos en vez de simplemente fabricar uno totalmente nuevo y optimizarían el uso de las materias primas. Por el lado del consumidor, y para algunos productos sensibles (como baterías por ejemplo) se puede regular para que el comprador esté obligado a presentar el producto “obsoleto” o “consumido” para poder obtener uno nuevo (algo parecido como cuando íbamos a la tienda a comprar gaseosas en botellas de vidrio). Otra idea es regular a las empresas para que al momento de su creación como entidades productivas se les exija la creación de una empresa de reciclaje para sus productos obsoletos; esto se podría dar también bajo la forma de una asociación público-privada donde parte de los costos pre-operativos de la empresa sea la subscripción obligatoria a una entidad que centraliza los procesos de reciclado. Así, si una persona quiere comprar el último modelo del Iphone, simplemente no tire el anterior a la basura sino que tengas la opción de entregar el viejo para obtener el nuevo y así conseguir un descuento, por ejemplo. Se pueden usar también beneficios tributarios para compensar a las empresas que invierten en reciclaje también. De esta manera se estarían tomando en cuenta los costos ambientales de las externalidades y se estarían incorporando éstas en los costos de producción de las industrias.

Anónimo dijo...

Norma Hurtado
A00812049

La lectura me hizo reflexionar sobre la manera en que la era industrial y la globalización nos ha llevado a un punto en el que nuestro estilo de vida no puede continuar mucho más tiempo, debemos cambiar pues estamos acabando nuestros recursos naturales y las consecuencias las van a sufrir las próximas generaciones, debemos crear un futuro más sostenible y ello no es sólo tarea de los gobiernos, nos involucra a todos.

Coincido y me parecieron buenas las ideas para crear un futuro sostenible. La primera idea de tomar en cuenta a las futuras generaciones me hizo pensar en que hace unos años la recolección de desperdicios ni se tomaba en cuenta, pero hoy en día ya hay legislación al respecto y existe en varios países del mundo; incluso en Perú se acaba de aprobar el reglamento para la recolección de aparatos eléctricos y electrónicos, cuyo propósito es hacer responsables a las empresas por sus productos al final de su vida útil, para que sean destruidos minimizando el impacto en el medio ambiente, efectivamente tiene un costo para las empresas pero deberán asumirlo, pues eso es ser socialmente responsable para que futuras generaciones no sufran por nuestras acciones.

La segunda idea en relación a que las instituciones importan, he podido ver que cada vez más organizaciones vienen trabajando consistentemente en gestión ambiental para generar un cambio colectivamente, así como en el ejemplo de Nike al principio del libro, he podido ser parte de las acciones que mi compañía desde hace algunos años viene trabajando en la gestión medio ambiental en todas sus operaciones, estableciendo objetivos a mediano y largo plazo para disminuir emisiones de CO2, disminuir el consumo de recursos como la energía y el agua y disminuir la cantidad de desperdicios.

La tercera idea sobre los cambios reales asentados en nuevas formas de pensar y percibir es cierta, no podemos resolver los problemas pensando de la misma manera, porque fue así que los generamos, debemos cambiar la forma de pensar de las personas en las organizaciones y eso se pude lograr con mucha comunicación, involucrándolos en el proceso para que se sientan parte del cambio y podamos contribuir a lograr un futuro sostenible.

Anónimo dijo...

Los tres aspectos que más llamaron mi atención de la lectura, fueron cómo aborda el fin de la era industrial y el nacimiento de una nueva era, otro punto que llamó mi atención es como aborda la falta de conciencia que tenemos sobre la cantidad de desperdicio que podemos generar sólo por mantener nuestro “statu quo” y finalmente lo importante que es que todos estos temas se aborden de manera sistemática y se vea todo como un todo.
Cuando leía el libro, recordé que hace unos años, cuándo mi hijo mayor (Matias) tenía 3 años aprox. una noche, como siempre, antes de acostarlo fuimos a cepillarle los dientes, y cómo casi siempre hago, abrí el caño mientras lo cepillaba, obviamente el agua corría innecesariamente y Matias me dijo “mami, el agua de agota” e inmediatamente con sus manitos cerró el caño. Tenía toda la razón del mundo, y se lo dije y lo felicité por ello. Es increíble cómo esta nueva generación tiene más conciencia del cuidado de los bienes naturales que nosotros, hay que reconocer que las organizaciones educativas están inculcando el valor y cuidado de estos bienes y eso es bueno. En mi época recuerdo que mi mami me decía que apagará las luces cuándo veía que estaban encendidas innecesariamente, pero no lo hacía pensando en el ecosistema, sino en sus finanzas. Normalmente nos han enseñado a cuidar el agua, la luz, etc. pensando en las finanzas.
Hasta antes de leer el libro no tenía conciencia que esto que estamos viviendo con los problemas de los ecosistemas y la creciente contaminación están marcando el fin de la era industrial y el nacimiento de una nueva era. Tenemos todos que buscar formas de vivir bien pero sin afectar al planeta, tomar real conciencia del problema y mucho más importante tomar conciencia de que está en nuestras manos el futuro planeta que dejaremos para el resto de nuestras generaciones. Hace unos meses fuimos de paseo a la “granja villa” muchos la deben conocer, bueno pues, le cuento que en el baño de damas, al lado de uno de los caños, hay un botón y una rendija para echar monedas y al lado un letrero que dice “Inserte 1 sol para activar el caño”, cuándo vi esto, obviamente me sorprendí y hasta me asusté, hasta ese momento no había leído las letras pequeñas que decía algo así: “Si no cuidamos el agua esto es lo que puede suceder en el futuro”. Chocante totalmente, no me quiero imaginar llegar a esos extremos.
Finalmente, puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con que para abordar estos temas debemos hacerla de manera sistémica, y que desde dónde estamos podemos ayudar en esto, hay que ser creativos y buscar formas de innovar productos y servicios nuevos que beneficien nuestro planeta.

Anónimo dijo...

César Labarthe Zlatar
A00812054

Estamos viviendo en un mundo que cambia constantemente y cada vez a mayor velocidad, esto producto de la globalización generada por el desarrollo de las telecomunicaciones y de la Internet. Lo que está permitiendo el intercambio de ideas entre millones de personas en tiempo real, que se rompan paradigmas del pasado y se adopten nuevos modelos. De lo único que podemos estar seguros es que el mundo tal como lo conocemos ahora va a ser muy diferente en 10 o 20 años.

De mi lectura de los capítulos del libro “La Revolución Necesaria”, no pude separar esta de los cambios que se están empezando a vivir en el mundo financiero a raíz de los problemas de EEUU y Europa, problemas generados por el fin de la burbuja en las que vivieron muchos años y de la irresponsabilidad de sus políticos que no vieron el sistema en su conjunto sino solo el beneficio de corto plazo.

Me preocupa que esta crisis distraiga a los líderes mundiales del problema medioambiental y ante la falta de recursos no se tomen las medidas acordadas en el Protocolo de Kioto (que USA no ratifico), que permitiría limitar el nivel de contaminación global para los próximos años y que desde mi punto de vista sienta las bases para un “desarrollo sostenible” (si es que se logra comprometer a todos los países del globo).

Por otro lado se podría ver la crisis financiera como una oportunidad de innovación y aprendizaje, en donde los líderes se unan en proponer cambios globales en la matriz energética, direccionando recursos hacía tecnologías renovables, y a su vez incentivando nuevas inversiones y crecimiento económico. Recuerdo que en la anterior campaña presidencial de USA, el presidente Obama prometió liderar este cambio.

Estoy convencido que la manera de reducir el impacto que causa el consumo de la población mundial sobre el medio ambiente y que hará sostenible nuestra supervivencia en el planeta es creando conciencia medioambiental (cosa en la que el internet puede ayudar mucho) y poniendo en valor económico el “costo de la contaminación”. Es decir la conciencia medioambiental permitirá que los consumidores compren productos de empresas, de certificado respeto por el medio ambiente, prefieran productos reciclables, ahorren el agua y la energía que utilizan, etc. Poner en valor económico la contaminación significa que las empresas pongan en su ecuación de costos de producción los costos de la contaminación (los bonos de carbono propuestos por el tratado de Kioto van en ese sentido), mayores impuestos para empresas con tecnologías más sucias, etc.

En resumen para mí el tema ambiental esta en el centro del debate global y local; Creo que las ideas y soluciones al problema ya se discutieron en los foros internacionales y están ahí para su aplicación; Que la globalización está cambiando rápidamente al mundo y creando esta “conciencia medioambiental”; y tengo la esperanza que los lideres globales (incluyendo a los de países emergentes BRICs) tengan la claridad de ver en el cambio de la matriz energética como una oportunidad para estimular el crecimiento económico en sus países y a nivel global: Y se tomen la decisiones ahora en beneficio de la sostenibilidad del planeta para las futuras generaciones.

Anónimo dijo...

Rosemarie Moyano
A00812024

Los tres aspectos que más llamaron mi atención de la lectura, fueron cómo aborda el fin de la era industrial y el nacimiento de una nueva era, otro punto que llamó mi atención es como aborda la falta de conciencia que tenemos sobre la cantidad de desperdicio que podemos generar sólo por mantener nuestro “statu quo” y finalmente lo importante que es que todos estos temas se aborden de manera sistemática y se vea todo como un todo.
Cuando leía el libro, recordé que hace unos años, cuándo mi hijo mayor (Matias) tenía 3 años aprox. una noche, como siempre, antes de acostarlo fuimos a cepillarle los dientes, y cómo casi siempre hago, abrí el caño mientras lo cepillaba, obviamente el agua corría innecesariamente y Matias me dijo “mami, el agua de agota” e inmediatamente con sus manitos cerró el caño. Tenía toda la razón del mundo, y se lo dije y lo felicité por ello. Es increíble cómo esta nueva generación tiene más conciencia del cuidado de los bienes naturales que nosotros, hay que reconocer que las organizaciones educativas están inculcando el valor y cuidado de estos bienes y eso es bueno. En mi época recuerdo que mi mami me decía que apagará las luces cuándo veía que estaban encendidas innecesariamente, pero no lo hacía pensando en el ecosistema, sino en sus finanzas. Normalmente nos han enseñado a cuidar el agua, la luz, etc. pensando en las finanzas.
Hasta antes de leer el libro no tenía conciencia que esto que estamos viviendo con los problemas de los ecosistemas y la creciente contaminación están marcando el fin de la era industrial y el nacimiento de una nueva era. Tenemos todos que buscar formas de vivir bien pero sin afectar al planeta, tomar real conciencia del problema y mucho más importante tomar conciencia de que está en nuestras manos el futuro planeta que dejaremos para el resto de nuestras generaciones. Hace unos meses fuimos de paseo a la “granja villa” muchos la deben conocer, bueno pues, le cuento que en el baño de damas, al lado de uno de los caños, hay un botón y una rendija para echar monedas y al lado un letrero que dice “Inserte 1 sol para activar el caño”, cuándo vi esto, obviamente me sorprendí y hasta me asusté, hasta ese momento no había leído las letras pequeñas que decía algo así: “Si no cuidamos el agua esto es lo que puede suceder en el futuro”. Chocante totalmente, no me quiero imaginar llegar a esos extremos.
Finalmente, puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con que para abordar estos temas debemos hacerla de manera sistémica, y que desde dónde estamos podemos ayudar en esto, hay que ser creativos y buscar formas de innovar productos y servicios nuevos que beneficien nuestro planeta.

Anónimo dijo...

Karla Gómez Castañeda - A00812021

He quedado gratamente sorprendida por el mensaje de estos primeros capítulos del libro. Si bien, era consciente del impacto que tienen los cambios climáticos y todo lo relacionado al medio ambiente en nuestras vidas no lo había visto como un cambio de era y al entender el sustento que detalla el escritor queda claro que estamos ante un cambio de era de la que muchos no somos consientes. El autor se enfoca en lo que considero 3 puntos fundamentales: ¿como estamos actualmente?, ¿Cómo llegamos a esta situación? y ¿Cómo debemos pensar de ahora en adelante?

Actualmente se puede ver que el interés de la sociedad cada vez más se relaciona con iniciativas que contribuyen a reducir el cambio climático y proteger el consumo de los recursos naturales. En uno de los capítulos se indica que EE.UU es uno de los países que más consumo y desperdicio genera y particularmente quedé sorprendida cuando hace unos años me di cuenta que no tenían políticas masivas de reciclaje para el recojo de basura mientras que en el distrito de Surco en lima ya tenían todo un esquema implementado de recojo y procesamiento de basura reciclada. Países como Brasil ya están tomando cartas en el asunto y tienen unas de las mayores plantas de reciclaje del continente. En definitiva esta preocupación se debe a que los científicos han puesto en evidencia que estamos en un punto en el que no hay marcha atrás y es necesario tomar decisiones importantes que eviten una catástrofe en el futuro.
Hemos llegado a esta situación debido a que el ser humano ha concentrado sus esfuerzos en el avance tecnológico, búsqueda de generar mayores comodidades y mejorar el nivel de vida. La búsqueda de estas mejoras no ha venido de la mano con un cambio de forma de pensar de manera que se logre un balance. Esto acompañado con la globalización ha generado un problema mayor que evidencia que la era industrial se esté acabando y que debemos ser consientes que se vienen cambios sustanciales en la manera de pensar debido a que los efectos secundarios actuales contra el medio ambiente y los recursos son insostenibles.
El cambio debe generarse en las organizaciones y para ello es importante que los líderes consideren como parte de la estrategia de la empresa una economía regenerativa que busque orientar sus procesos de manera que contribuyan a esta nueva era que se viene. Luego de leer estos capítulos considero que todos en nuestras organizaciones y dentro de la familia tenemos la oportunidad de hacer la diferencia orientando nuestras decisiones y nuestro modo de vida a esta nueva forma de pensar y que empieza por cuestionar algunas cosas básicas como el uso de bolsas de plásticas, el uso del combustible, agua entre otros. En la organización que trabajo ya hemos iniciado algunos cambios con la implementación de tachos para el reciclaje de la basura y la recolección de tapas de gaseosa. Estas iniciativas han tenido buena acogida en la organización y abren el camino a otras que puedan darse en el futuro.
Considero que lo más complicado para la generación actual será cambiar la forma de pensar sacrificando costos, ingresos y comodidades acostumbradas para buscar ese 80-20 que plantea Senge y para ello es importante tener una visión del futuro y una comprensión de la realidad.

Anónimo dijo...

Claudia Márquez Tassara
A00812029

A veces los beneficios económicos de una acción nos hacen perder de vista los efectos colaterales que pueden surgir. El peligro está en que estos otros efectos sean perjudiciales y se hagan recién evidentes en el largo plazo. Un verdadero líder es el que tiene responsabilidad por los resultados de sus acciones y, si bien siempre hay consecuencias que no se pueden prever, al momento que surgen tiene el suficiente coraje, iniciativa e imaginación para hacer cambiar las formas de pensar o actuar que causan daño.

En esta lectura, Senge nos hace tomar conciencia de las crisis ambientales y sociales que el éxito económico de la era industrial ha generado, crisis que están interrelacionadas y cuyos problemas debemos de mirarlos como nuestros, sin esperar que un país, un ministerio o una ley lo resuelvan. Para ello, el autor nos invita a ser líderes del cambio sistémico desarrollando 3 capacidades, ya sea a nivel individual o a nivel de organización, que deben ponerse en práctica en forma conjunta.

En primer lugar debemos de tener la capacidad de ver los sistemas en los cuales participamos con una mayor perspectiva, más grande y en forma global, considerando la interdependencia que este mundo cada vez más globalizado nos presenta. Ver parcialmente un problema puede hacernos crear soluciones que son problemas de otros. Como líderes debemos de pensar en forma sistémica, observando todo sin dejar de lado ninguna parte a fin de diseñar estrategias que generen bienestar económico, social y ambiental en todo el sistema sin la creación de burbujas aislantes de estos beneficios.

En segundo lugar debemos de tener la capacidad de colaborar a través de las fronteras impuestas por la evasión de conflictos y la falta de confianza que se da entre grupos de pensamientos y actitudes distintos. Generar un cambio implica la participación de todos pues nos enfrentamos a un problema colectivo y es en el trabajo en conjunto que debemos de llevar a cabo las acciones.

Como última capacidad está el crear lo que realmente deseamos y no estar impulsados por sólo reaccionar a los problemas. Crear un futuro que deseamos nos hace estar más comprometidos y responsables con las acciones que diseñamos así como ser más libres al momento de generar los cambios pues no nos sentimos presionados por buscar una solución.

Un ejemplo de cómo las empresas están comprometidas con hacer un mundo más sostenible es la lucha contra el cambio climático del Carbon Disclosure Project, de la cual la empresa donde trabajo participa conjuntamente con otras 4 empresas peruanas. Anualmente las 3,000 empresas que forman parte de este proyecto a nivel mundial presentan su reporte sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que generan producto de su actividad empresarial y sus planes para reducirla. En estos 3 últimos años hemos reducido nuestro nivel de GEI a través de diversas iniciativas que surgen dentro de los trabajadores y también de la alta dirección siendo las principales fuentes de reducciones los sistemas de transporte y el consumo de energía eléctrica. Acciones como éstas y muchas otras en pro de una mejor calidad ambiental generan ahorro de dinero que repercuten directamente en los beneficios de las empresas. Está en nosotros difundir y concientizar a las empresas que se puede tener éxito y a la vez vivir en un mundo sostenible.

Anónimo dijo...

Inmediatamente después de haber leído esta lectura me quedo la siguiente interrogante: ¿Qué estamos haciendo para que nuestras organizaciones participen activamente en la solución de la crisis ambiental en la que vivimos actualmente? No es un secreto que las industrias se han encargado de extraer, consumir y desperdiciar nuestros recursos sin importar que sean renovables o no renovables, simplemente estos están desapareciendo, la energía, el agua y los alimentos se consumen y a su vez disminuyen a escalas nunca antes pensadas.

Es fundamental el rol que tienen las organizaciones y los lideres para implementar la transición de una economía destructiva hacia una regenerativa, esto se puede dar planteando propuestas relacionadas con el ambiente en nuestros lugares de trabajo, armar equipos con intereses comunes y siempre orientados en buscar el beneficio para las generaciones futuras. Hoy en día existen muchas compañías que están buscando un cambio de las tácticas en los negocios hacia estrategias transformadoras que son esenciales para lograr tener un sostenible y floreciente planeta. Los clientes van evolucionando y tomando conciencia de la importancia sobre tener un planeta saludable y cada vez más le dan mayor importancia y relevancia a las marcas verdes, relacionando directamente a los productos y servicios ecológicos como de muy buena calidad.
Actualmente soy el responsable de la línea de Pinturas y adhesivos dentro de una cadena de tiendas dedicada a la venta de productos para el mejoramiento del hogar y creo de alguna manera haberme preocupado por contribuir en cuidar nuestro medio ambiente proponiendo el desarrollo de una pintura ecológica que tenga bajo olor, que contenga los mínimos valores de compuestos orgánicos volátiles (VOC) y que sea 100% amigable con el medio ambiente.

Si nuestras organizaciones aun no comienzan una revolución necesaria creo que aún estamos a tiempo, nunca es tarde para comenzar y hacer un esfuerzo para salvar lo que nos queda del medio ambiente, Debemos de cambiar nuestra manera de pensar y de tomar decisiones para que vivir en el planeta sea realmente sostenible.

Cristian Romero Sotomayor
A00812055

Anónimo dijo...

Javier Seminario Salazar
A00812032

Dentro de las lecturas de Senge, me sorprendió encontrar un tema que me lo vengo cuestionando hace mucho tiempo, con la vida tan dinámica en la que vivimos y viendo las comunicaciones casi incesantes de estos tiempos, constantemente me pregunto: cuando vamos a entrar a una nueva era? A una nueva etapa en la vida de la humanidad?
Leyendo el texto me encuentro con la interesante respuesta a mi cuestionamiento y me doy cuenta que está en cada uno de nosotros, es tan básica como aprender a lograr un mundo sostenible. El que se dé una revolución depende del pensamiento conjunto, cambiando nuestra forma de pensar primero en cada persona, luego en las instituciones.
Otro aspecto que me llamó la atención fue como nacen las burbujas que se crean entorno a pensamientos conjuntos que no comporten posiciones con los aspectos externos a ellos, por ejemplo la era industrial con aspectos externos como el ecosistema, cambiar burbujas como esa corresponden a aplicar cambios de pensamiento que involucren la economía y la sociedad regenerativa, vida generando condiciones para la vida.
El último pensamiento me lleva a plasmar algo sobre futuros deseados, algo que quisiera poder realizar en mi día a día y que me gustaría inspirar en las personas que me rodean: dejar de actuar por reacción buscando eliminar lo indeseable trayendo algo nuevo que inspire lo que se quiere. Pienso que la única manera de hacerlo es con compromiso personal (que luego se convierta en institucional) con el objetivo de crear un futuro sostenible.
Hoy leía un artículo en el diario El Comercio, se titula “cuanto nos cuesta el cambio climático”, mientras lo abordaba solo pensaba en la lectura y en el tiempo que hemos dejado transcurrir, en la percepción tan pobre de como afectábamos al mundo hace 50 años, en el pensamiento erróneo de producir más acosta de contaminar sin cesar. Cuánto daño se hubiera dejado de hacer a nuestras generaciones futuras si es que la era industrial hubiera nacido junto con la conciencia de mantener y cuidar nuestro planeta; pienso que nuestra economía hoy tendría otro enfoque.

Anónimo dijo...

Carlos Zapata Martinez
A00812036
Definitivamente el titulo que lleva el libro esta mas que preciso, al comenzar a leer los capitulo iniciales uno empieza a ver y entender que realmente somos la única especie que destruye su entorno siempre llevado por el deseo de codicia, supremacía y poder.
Cada una de las revoluciones que se han dado en la sociedad siempre han tenido consecuencias que impactaron de una u otra manera nuestro planeta, a mi entender todos estos hechos en su momento no fueron percibidos por las personas, pues décadas pasadas los índices de poblacionales no eran los que tenemos en la actualidad por consecuencia el impacto no era tan notorio.  A la fecha países como china, korea, Japón, india están tan industrializados que son los que más necesidades de consumo de energía y combustible tienen elevando de manera constante y exponencial los índices de contaminación.
Tenemos la fortuna de vivir en un continente que cuenta con muchos recursos naturales pero lamentablemente nos preocupamos mas por destruir y ganar dinero que en desarrollar una política de sostenibilidad adecuada, las personas deben unir los esfuerzos para la utilización de elementos alternativos  que nos den energía renovable como el caso de plantas de energía eólica y solar, con la clara idea que un futuro no muy lejano las reservas de petróleo se agotaran.
La pregunta es.. que estamos esperando para tomar acciones inmediata sobre esta problemática que no solo afecta a una parte de la población sino por lo contrario afecta a todos los que vivimos en este planeta, al seguir con la lectura recordé una película que vi hace un tiempo “La verdad incomoda” en donde Al Gore muestra de una manera directa y preocupante la forma en que nosotros hemos hecho todo lo que ha estado en nuestras posibilidades para quedarnos sin nada de que antes disfrutábamos y que en un plazo no mayor a 20 años será un recuerdo el haber visto nevados, ríos sin contaminación, bosques húmedos, especies animales, ect.
Porque siempre tiene que estar en constante competencia y conflictos el éxito de las organizaciones y  negocios con el medio ambiente, los gobiernos deben unir esfuerzo es crear políticas en que las empresas se comprometan a la utilización de elementos alternativos a fin de minimizar la contaminación.
Pero como es que vamos a realizar este cambio  si es que solo vemos nuestras necesidades actuales e individuales y no se tiene en cuenta las necesidades de las futuras generaciones, este cambio radica en cambiar de manera total nuestra forma de pensar egoísta y comprender que es necesario juntar esfuerzos para lograr el propósito de crear en primera instancia una revolución y cambio de nuestra forma de pensar y vivir para luego pasar a una etapa de renovación que ayude a restaurar en bienestar del planeta.

Anónimo dijo...

Pedro Fernández
A00812027

No es novedad que muchos de los conceptos presentados en las lecturas son de conocimiento general. Sin embargo, me ha servido para profundizar en cada aspecto y plantearme una interrogante que podría describir la esencia de la reflexión, ¿Cuál es la diferencia entre conocimiento y conciencia? A mi modo de ver las cosas, la mayoría de nosotros en alguna oportunidad hemos podido percibir las tendencias actuales por cuidar y preservar el entorno en el que vivimos. Sin embargo, no creo que la mayoría aún tome realmente conciencia de ello y que nuestros actos y forma de vida reflejen ese compromiso con el entorno en beneficio de nosotros mismos y nuestras futuras generaciones. Es evidente que a pesar del esfuerzo de gobiernos, organizaciones y empresas en todo el mundo por adoptar las medidas que permitan hacerle frente a las principales amenazas, este cambio principalmente requiere de un compromiso personal, y sumado a ello, un grado de adaptabilidad paulatino debido al cambio y/o eliminación de manías y costumbres mantenidas por años. Otros factores clave son la perseverancia y la consecuencia de nuestros actos que si bien nos puede demandar un gran esfuerzo, el efecto de los resultados que podríamos alcanzar serían mayores que los actuales.

Por ejemplo, normalmente tratamos de apagar una luz en nuestro hogar que no sea indispensable o incluso arrojar el desperdicio en tachos de basura clasificados como ya sucede en muchos centros de labores y locales. Sin embargo, estas prácticas son las más comunes y sinceramente en mi caso las más fáciles de adoptar. Pero porque no hacer el esfuerzo de cerrar el grifo de agua mientras nos cepillamos los dientes, jabonamos o afeitamos. Sin duda el efecto de los cambios se verá reflejado mientras hagamos el cambio en lo que más nos cuesta y debido a la celeridad con que la humanidad crece y consume los recursos, debemos optar por una solución sostenible que permita que exista un equilibrio de tal manera que la naturaleza pueda soportar nuestros requerimiento sin sobre exigirla.

Finalmente, pensando a futuro, en muchos de los centros de estudio de nuestra niñez se vienen tocando con la relevancia que corresponde los temas de cuidado y preservación del medio ambiente que nos permite asegurar una mayor conciencia sobre las generaciones que vienen. Pero eso no es todo, creo que la educación es nuestra principal herramienta para poder generar esa conciencia y forma de vida generalizada. Lamentablemente, vivimos en un país en vías de la modernidad en donde las personas con cierto grado de educación y cultura es la minoría. Por lo tanto, entiendo que el esfuerzo requiere de una acción en conjunto del gobierno, empresas privadas y organizaciones o grupos afines que permitan no solo difundir sino educar y sobre todo concientizar a la mayoría de la población sin perder la premisa de que el compromiso actual y real es el de cada uno de nosotros.

Anónimo dijo...

Juan Noriega del Aguila Figallo
A00812020

Los tres aspectos que elegí son: sobre el fin de la era industrial, los desperdicios industriales y las “sociedades saludables”.

Respecto al primero de los aspectos que cito, destaco lo tremendamente actual de lo que el autor expone: hoy, vemos muchas empresas y organizaciones adaptando o buscando formas de desarrollar el concepto “Verde” (o “Green”) en su desenvolvimiento diario. Existe una sensación de que las cosas no están yendo tan bien. Es más, el artículo menciona “señales” de que, efectivamente, nuestra sobredimensionada era industrial está empezando a llegar a su fin (¿acaso las tremendas crisis económicas que hoy estamos empezando –ojo, empezando recién- a soportar; los movimientos sociales y políticos en África, Libia, España; los estremecedores y cada vez más destructivos desastres naturales; los nuevos movimientos pro-Medio Ambiente no podrían ser también señales de que algo está sucediendo, que las cimientes de nuestro mundo “conocido” están empezando a temblar, de la proximidad de una revolución como menciona el autor?). Empezamos, desde hace algunos años, a conocer y a sentir los efectos “secundarios” de esta era industrial y la balanza ya se está empezando a inclinar hacia ese lado que nos señala que tenemos que parar y cambiar. A pesar de la reflexión que inevitablemente genera el autor, y el surgimiento de personalidades (como Al Gore, por ejemplo), o actividades tipo “La Hora del Planeta”, la verdadera conciencia, la necesaria, aún está lejos y son, precisamente, las potencias de esta era industrial las que menos señales de cambio nos vienen ofreciendo. Para lamento de todos.

Adicionalmente, y referido al aspecto anterior, es impresionante leer la información que nos “dimensiona” lo que se desperdicia hacia el planeta, lo que termina en nuestros ríos, lagos y mares. Y es también interesante, revelador y hasta escalofriante leer el impacto que ya tiene esta contaminación en la salud de los habitantes. Se explican y se comprenden muchas enfermedades que hoy azotan o reaparecen, cuando ya se creían extinguidas, en algunas ciudades. Como dice el artículo, ya no hablamos necesariamente de impactos focalizados; hoy, el impacto es total, a todo el ecosistema mundial. Sin embargo, a pesar de lo concreta de esta información, es sorprendente cómo no es de conocimiento de todos; o cómo no es la prioridad, hoy, de los gobiernos más importantes en el mundo. En las empresas más destacadas o influyentes de nuestro país, las actividades de concientización sobre el cambio climático y sobre nuestra responsabilidad con nuestro medio ambiente y con el planeta de nuestros descendientes, son aún incipientes o de poco valor: las prioridades siguen siendo otras, las mismas que las de hace 300 años.

Finalmente, me quedo con la mención que se hace a las “sociedades saludables” del pasado, que valoraban la diversidad sobre la base de una sociedad con todas las necesidades básicas cubiertas y a partir de la cual se creaba “un sentido de pertenencia y seguridad”. Incluso, muchas empresas que operan en el Perú fomentan la “estandarización” versus la “diversidad”: se busca el empleado perfecto, 100% productivo y de características perfectamente pre-fabricados. Además, es terriblemente contradictorio comprobar cómo hoy, los intereses de muchos países de la llamada cultura occidental (sin ir muy lejos, nuestro país) se enfocan en estadísticas macroeconómicas mientras los niveles de educación, salud pública, nutrición infantil son paupérrimos.

Siempre se dice que el cambio está en nosotros. Quizás el más importante de todos los cambios, sí. Ya es hora de empezar a actuar, en nuestro día a día, en cada acción, con nuestras actitudes, en nuestras decisiones profesionales, empresariales, de empezar a construir la nueva era, ésa que nos permitirá recuperar el planeta que queremos para los que vendrán mañana.

Juan Noriega del Aguila Figallo.

Anónimo dijo...

Katia Zegarra
N° Matrícula: A00812053

Es verdaderamente impresionante el impacto en cadena que genera la contaminación ambiental, a tal magnitud que llegue a niveles no solo de ecosistema, sino también, social, económico y hasta emocional en el mundo entero. En lo particular, desde ya hace unos años comencé a prestar mayor importancia a la preservación y cuidado del medio ambiente, en parte que se inició porque comencé a contar con más información aunque bastante superficial relacionada al tema y también al ver la realidad al respecto que se da en países más desarrollados, como Estados Unidos y Europa, sin embargo desconocía la verdadera magnitud e impacto negativo que causaba el tema en mención sobre el planeta. Como menciona el autor, y con mucha razón, estamos viviendo en una gran burbuja, en la que pareciera que damos por hecho que todos los recursos que nos rodea los tenemos asegurados para siempre, y la gran mayoría de veces y de personas no nos detenemos a ver qué sucede “fuera de la burbuja”, lo cual es muy preocupante, porque eso indica que aun no contamos con un nivel de suficiente madurez, visión y apertura, para trabajar unidos por un propósito en común a nivel mundial que nos asegure en un largo plazo, una calidad de vida aceptable en términos ambientales, sociales, económicos y emocionales, pues la realidad demuestra que no sólo la comunidad entera, sino también quienes nos gobiernan, no hacen más que buscar “parchar” los problemas derivados tan sólo para demostrar la solución de ellos a corto plazo.
Es curioso y ambiguo a la vez, ver que si bien es cierto la globalización crea un enorme desarrollo en el mundo entero, también sea ésta la que genera hasta cierto punto la destrucción del mismo, por el solo hecho de la interdependencia y todo el mecanismo que ésta acarrea y que ocasionan problemas que están relacionados con el ecosistema y el deterioro de éste, y para resolver problemas de tal magnitud y naturaleza es muy importante que éste planeta cuente con líderes que tengan una amplia visión macro a nivel de sistema completo, que tenga claro la relevancia de la colaboración mutua y sobre todo que cuente con un amplio sentido de creatividad.

Anónimo dijo...

Michel Pozo Quintana

A00812022

A pesar de todos los resultados o estadísticas que presenta Peter Senge con respecto a que nuestros recursos están yendo de manera decreciente y nuestros desperdicios de manera creciente me es grato saber que en la empresa donde trabajo existe una fuerte campaña y concientización a los empleados denominado Ecoeficiente, en el cual se hace partícipe a los empleados para el reciclado de papeles y cartones (y a la vez se indica que de ese modo ahorramos el 33% de la energía que se usa en producirlo), elegir de ahora en adelante los productos que tengan el símbolo de reciclaje, que con el reciclaje disminuimos la deforestación y contaminación de planeta, utilizando focos ahorradores cuidamos la energía en el planeta, solo imprimir cuando sea realmente necesario, apagar el monitor siempre que se pueda, entre pisos continuos es mejor usar las escaleras, entre otras, son mensajes que nos llegan por correo electrónico , publicaciones en los ascensores, entre otras y que el personal realmente está tomando conciencia del mismo porque por ejemplo he podido observar en las actividades de los compañeros tomar conciencia en la impresión de hojas recicladas, o el de apagar las luces cuando se sale de un ambiente que no se va a utilizar.

También he podido ser testigo como a nivel de la industria pesquera, ya que tuve la oportunidad de trabajar en una pesquera local, como a través de una ley del ministerio de producción se ha regulado la captura de peces. Antes en épocas de pescas salían todas las empresas pesqueras locales en una carrera por la captura de peces cuando el gobierno levantaba la veda. Hoy en día se ha creado un nuevo sistema de cuotas, en la que cada empresa tiene asignada una cuota de pesca otorgada por el ministerio de acuerdo a su capacidad instalada. Esto también ha sido una buena medida por parte de gobierno para de alguna manera controlar o reducir la depredación de la pesca, recurso que como nos comenta Peter en algunos países se viene depredando indiscriminadamente.

Por último es lamentable que U.S.A. no haya querido firmar el protocolo de Kyoto (la cual tengo entendido que tiene como objetivo reducir la cantidad de emisiones de gases de CO2) a pesar de ser un país que consume aproximadamente el 25% del combustible del mundo y en consecuencia el mayor contaminante del mundo, todo por el interese de no afectar su economía e intereses (sin embargo por estos días está pasando por una crisis de endeudamiento). Este puede ser un claro ejemplo de cómo algunos gobernante de USA solo ven el subsistema del consumo, de la satisfacción y no tienen una visión completa del sistema dejando de ver aspectos como el grado de desperdicios acumulados, la depredación de nuestros recursos no renovables, entre otros

Anónimo dijo...

Josué Meza
A00766236

Vivimos con los resultados/ consecuencias que ha tenido la revolución industrial en nuestro medio ambiente, dentro de todo lo malo que implica los cambios producidos en nuestro medio ambiente aún depende de nosotros lograr frenar estos cambios, desde el siglo pasado han empezado unos pocos ha trabajar en estos cambios, en las últimas décadas son empresas, entidades internacionales, locales y en alguna medida propios gobiernos quienes se vienen involucrando y tomando acciones para no continuar con el deterioro de nuestro medio ambiente, aún falta mucho por hacer pero se han dado los primeros pasos del cambio.

Nos menciona que hay 2 fuentes fundamentales de motivación: desesperación y aspiración. Lo mejor para nosotros y las futuras generaciones es que haya un cambio radical de la manera de pensar, ocasionada por la aspiración a vivir en un mundo mejor al que tendríamos sino hacemos los cambios necesarios, cuidando nuestro propio hábitat que permita el desarrollo de nuestra especie.

Sostenibilidad se utiliza para expresar la necesidad de vivir en el presente, de tal manera que no se ponga en peligro el futuro y lamentablemente en el transcurso de nuestra historia no lo hemos hecho, veo complicado pero no imposible que logremos detener el deterioro de nuestro planeta, debemos ser conscientes y cambiar radicalmente tanto en forma de pensar como de actuar para preservar nuestro ecosistema, de nada sirve que lo hagan en determinadas circunstancias, lugares o niveles socioeconomicos, si no lo llevamos a cabo todos.

Anónimo dijo...

Rafael Santiago Almeyda
A00812211

Considero que es muy importante tener un pensamiento sistémico en cada actividad que tenemos en la vida, como lo señala Senge, sentir que estamos interconectados, que existe una interdependencia y “ver” los sistemas grandes de los cuales formamos parte; como la naturaleza. Para que de esta manera cuando tomemos una decisión o acción lo hagamos pensando en un bien común, impactos, ventajas, desventajas para los integrantes de este sistema.

Esto también se aplica en la vida profesional, en mi experiencia destaco dos puntos importantes respecto a este tema y es siempre tener un análisis de contexto desde nuestra posición en la empresa y mantener una red de contactos “networking”. Tal vez el compañero con quién empiezo mi primer trabajo se convierta en un referente para un puesto gerencial dentro de diez años al que estoy postulando.

Por último destaco y tomo como tema para aplicar en mi día a día, ser proactivo y no reactivo como consecuencia de pensar diferente, creando soluciones en vez de resolver problemas; buscando un mejor desempeño en toda esfera de mi vida.

Anónimo dijo...

Fernando Fiascunari
A00812051

Muchas veces me he cuestionado sobre todos los efectos que ha causado la industrialización, sobre todo la nueva forma que trajo de ver las cosas, todo como “un bien utilizable para sacar utilidad”, “todos son recursos utilizables”. Esto nos ha llevado a despojar al plantea de todo cuanto hemos encontrado para sacar beneficios tangibles propios del mundo moderno. Sin embargo hemos pensado que poco o nada podemos hacer para revertir esta situación, centrados en los paradigmas de que es un problema tan grande que los gobiernos lo arreglarán, simplemente nos hemos dejado llevar por el mundo industrializado en el que vivimos.
Sin embargo tenemos que tomar conciencia de que todas las instituciones y gobiernos que toman las decisiones macro que están afectando a nuestro planeta, están formadas por individuos como nosotros, que quizá cargan con un mayor peso por las decisiones que les corresponden tomar. Es por ello las lecturas me han dado una nueva visión de que todo ello se puede cambiar, ya que como mencionan, no son los individuos sino el gran colectivo los que debemos ser capaces de revertir esta situación para construir una nueva Era que pueda ser sostenible en el tiempo.

Partiendo de esta pequeña reflexión, quiero profundizar en el tema de construir algo que sea sostenible en el tiempo. En mi vida laboral, he visto como se han tomado muchas veces decisiones a corto plazo, viendo la utilidad y/o la reducción de costos que se obtenían en ese momento, sin embargo a largo plazo no eran sostenibles ya que implicaban todo lo contrario. Y esto muchas veces pasa porque uno no se toma el tiempo adecuado para analizar bien los proyectos.

Otro punto importante que quiero mencionar es sobre la interconexión en la que vivimos, los gobiernos ya no pueden pensar solamente en sus problemas y encapsularse. Como indican en la lectura vivimos en un mundo tan interconectado que se tiene que pensar en problema general y como solucionarlo. Esto lo pedemos aplicar también en nuestro mundo laboral en donde nuestras decisiones deben estar menos enfocadas en el objetivo propio del “departamento a cargo” y mas enfocadas en un bien superior que debería ser el objetivo de la Empresa.

Anónimo dijo...

José Luis Mendoza B.
A00812213

Como menciona Senge, si bien la revolución industrial nos ha traído innumerables beneficios también ha generado muchos efectos secundarios no deseados, y nuestro planeta ya nos empieza a pasar la cuenta de esos excesos sobre sus recursos renovables y no renovables.
Debemos tomar conciencia de los efectos de esta revolución. Sin embargo, el pensamiento de la era industrial está tan arraigado en las personas que cambiarlo va costar mucho, más aún si a las grandes corporaciones no les conviene un cambio radical que afecte sus ingresos. Por otro lado, las mismas personas probablemente no queramos cambiar ese statu quo al que estamos acostumbrados en donde no solo se cumple sino se excede la satisfacción de nuestras necesidades.
Definitivamente creo que todos somos conscientes en alguna medida de los cambios en nuestro planeta pero lo vemos como algo alejado de nuestra realidad y hasta cuando alguno de estos efectos nos toque directamente, remueva nuestro espíritu y afecte nuestra calidad o nivel de vida, es que realmente vamos a involucrarnos de manera seria.
Como se comenta en el libro, no basta con parar el aumento de las emisiones sino que deben reducirse. Para ello hay que hacer un cambio radical en la concepción de la cosas como las conocemos, se debe empezar desde cambiar costumbres, culturas, rediseñar procesos hasta cambiar la misma forma en que vivimos.
Si bien nosotros estamos empezando a sentir los efectos del calentamiento global, serán nuestros descendientes quienes experimenten los efectos totales del mismo. Educar a las personas desde niños para que luchen por esa sostenibilidad. Inculcar la conciencia por nuestro planeta, sus recursos finitos y las especies que lo habitan. Es importante enseñarles a ver la foto completa y hacerles comprender de la interdependencia que existe en nuestro planeta, como la contaminación que uno genera afecta a otros muy distantes. Por ejemplo, ese bonito atardecer lleno de colores que uno ve, no es tan bonito para otros ya que puede ser efecto de la contaminación del aire debido a los gases de efecto invernadero generados por automóviles a miles de kilómetros de donde uno está.
De manera local, el Perú ya se está produciendo biocombustibles. Se están dedicando grandes áreas al cultivo de maíz para producir combustible alternativo para los automóviles. Sin embargo, considero que en un país en vías de desarrollo como el nuestro, habría que controlar la cantidad producida ya que el encarecimiento de los alimentos debido a este nuevo recurso alternativo no es algo deseable en un país como el nuestro.
También me pareció muy interesante la propuesta del 80-20 con respecto al cambio climático, el hecho es, si bien urge, ¿es realmente factible? Todo el mundo habla de tomar conciencia, pero ¿cuántos de nosotros realmente estamos haciendo algo que apoye a este cambio?

Anónimo dijo...

Aldo Bejarano
A00812052


Definitivamente uno de los temas que más me impactó fue el de sostenibilidad y preservación del medio ambiente. Al respecto hice un poco de research y me di con la no tan sorpresa que hay una ciudad en Peru que está entre las 5 más contaminadas del mundo: La Oroya, clara víctima de la minería irresponsable http://ciudadesimportantes.com/las-10-ciudades-mas-contaminadas-del-mundo/

Igualmente un estudio sobre del Banco Mundial señala que Lima también está entre las ciudades más contaminadas del mundo, por encima de Mexico DF, Santiago, Los Angeles, Tokio y Roma, ciudades en las que desde los 90 ya se vienen tomando medidas correctivas.
http://www.terra.com.pe/noticias/noticias/act1222055/lima-entre-mas-contaminadas-mundo.html

Sin duda temas de qué preocuparnos y que lamentablemente, por una lado, ciudadanos y empresas y no tomamos aún la conciencia ni acciones necesarias y, por otro lado, el estado preocupado por ganar aplausos en 5 años de gobierno que por temas de largo plazo como preservación de merdio ambiente y educación ambos muy ligados pues con ciudadanos con mejor educación es más fácil crear conciencia medioambiental.

Pero para pensar en políticas y estrategias de sostenibilidad, necesitamos ampliar nuestra visión y espectro, ver el arbol y no las hojas, como se menciona en el texto ver los sistemas más grandes donde nos movemos y esto aplica para cualquier ambito de nuestra vidas no solo en el trabajo. Muchas veces los problemas del día día nos mantienen tentados a actuar como bomberos apagando incendios con soluciones rápidas. Sin embargo necesitamos darnos el tiempo para analizar bien el problema, entender la dinámica completa y tener soluciones fundamentales, más estratégicas que probablemente tomen más tiempo en desarrollarse y ejecutar, pero que a final de cuentas pueden son las más inteligente y durareras.

Por último, formo parte de una empresa global de consumo masivo que tiene entre sus prioridades estrategicas la sostenibilidad, y si bien es un plan que se ejecuta a nivel mundial, este solo puede ser útil si las personas que estamos dentro de la organización de verdad nos comprometemos con el mismo. Y el desafío más grande está en lograr que grupos más grandes (barrios, ciudades, sociedades) abran los ojos y tomen acción antes los desafíos que enfrenta nuestro mundo. Quizá en Peru aún estemos muy lejos del ejemplo citado de Australia, pero nos correponde a nosotros comenzar a actuar, sembrar hoy y dar el ejemplo a las futuras generaciones.

Jenny Victoria Vera V. dijo...

El éxito está resumido en la vida moderna como el logro de mayor ingreso económico, pero que tan cierto es eso si somos capaces de ver más allá de este simple parámetro de medición? Aún escuchamos con satisfacción que si la economía de un país tiene crecimiento económico significa que estamos bajando la brecha de la pobreza, aunque los indicadores demuestren lo contrario, y en el camino, estemos dejando que las mayores fuentes de ese crecimiento sean las industrias extractoras, cambiamos la riqueza y la estabilidad de nuestros ecosistemas por apoyar a la inversión extranjera, conformándonos por los resultados a corto plazo de los impuestos (algunas veces casi inexistentes), pues nos da la sensación de estar en una economía globalizada y el camino más correcto al desarrollo.
Ese mismo concepto de éxito aplica a los objetivos que se “deberían” seguir a nivel personal, por eso valoramos más trabajar y tener un mejor ingreso, no importa si eso deteriora nuestra salud, y solo cuando nuestro cuerpo nos envía una alerta de cansancio, estrés, deterioro, porque hemos cambiado los días de descanso por trabajar, cuando estamos tan exhaustos por ese exceso de trabajo y no disfrutamos a nuestras familias y amigos, se vuelve inevitable la necesidad de replantear y priorizar cuán importante es nuestro paso por la vida y como contribuimos a que al menos, nuestra propia existencia, sea sostenible y no una carrera desmedida por seguir el “éxito” en esa medida.
Y cuál es nuestro papel en esta dinámica? Como asumimos la forma de ver las cosas? Es triste, pero al leer las páginas del libro, puede ver reflejada la situación de cualquier organización a la que pertenecemos, donde prevalece el “escurrir el bulto” y pocas veces se da la importancia necesaria, desde el proceso de selección de un nuevo asociado hasta la creación de un nuevo producto, a mirar de forma sistémica el proceso y poder asumir de manera responsable y creativa, los retos de hacer las cosas de forma distinta aunque no vaya de la mano con costos bajos y máxima rentabilidad.
A pesar que haya muchos estudios publicados, textos académicos e indicadores al interior de las empresas donde se constata que una empresa que tiene un sentido humano para con sus empleados y con la comunidad es mucho más rentable, por solo poner un beneficio, la fórmula de reducir personal, aumentar la productividad y estandarizar los procesos, sigue en boga, pues en la forma de pensar actual, los costos son bien cuantificables, mientras los beneficios por invertir en el futuro son difíciles de medir, cuando a la postre, al final, las consecuencias son ineludibles.
Lo que más sorprende es que a medida que avanzan los capítulos, cuando uno se pregunta si desde las empresas que están en el rubro de consumo, se pueden tener posiciones sostenibles, existen abanderados de hacerlo, es una inspiración para seguir repensando la manera de ver el mundo actual, a uno que no lleve a la extinción.

Anónimo dijo...

K. Richar Regalado Vásquez
Matrícula N° A00812212

La forma de medir nuestra calidad de vida, nuestro desarrollo asociado a la riqueza, el crecimiento de nuestros países o empresas ligado a lo económico, etc, son conceptos que fueron creados, en un tiempo historia, sin pensar en las consecuencias de las actividades que desarrollaríamos para lograrlo.

Bajo estos conceptos y formas de medir el “desarrollo”, actualmente tenemos el planeta dividido en países del primer mundo y en vías de desarrollo (tercer mundistas). Los países que están un paso adelante (primer mundistas) fueron los primeros en industrializarse y actualmente generan aproximadamente el 85 % de emisiones que producen el cambio climático; sin embargo, las consecuencias nos afectan a todos y con mayor impacto a los pobladores de los países tercer mundistas. Es esto desarrollo sostenible?. Para quién?

Los cambios que estamos sintiendo en nuestro planeta: aumento de la temperatura, merma de nuestros recursos hídricos, lluvias ácidas, contaminación atmosférica, etc nos tienen con un futuro incierto. Ante esta realidad, algunos países y pobladores están valorando los productos verdes (ecológicos), además están en búsqueda de nuevos indicadores de desarrollo que contemplen los impactos al medio ambiente de las actividades productivas. Sin embargo esto no será suficiente, necesitamos el compromiso de todos, sobre todo de los países primer mundistas que tiene el 85 % de responsabilidad de las condiciones actuales del planeta, paradójicamente EEUU no firmo el protocolo de KYOTO, pero tiene ONGs “verdes” que muchas veces frustran inversiones extractivas en países tercer mundistas. Me pregunto, qué significancia tendría si paramos las actividades de un país tercer mundista, sería trascedente para frenar el cambio climático……???

Me quedo con la frase: Somos sólo una de las maravilla de la naturaleza.

Anónimo dijo...

El futuro espera nuestras decisiones, llego el momento que actuemos y dejemos de ser expectantes de lo que nosotros mismos hemos creado. El hombre y su revolución industrial que tantos “beneficios” le trajo, la pregunta es, ¿Cuál es el precio?... nuestra realidad es que todos esos signos de progreso, confort de vida y crecimiento económico, hizo que vivamos dentro de una burbuja, en la cual nuestras ambiciones y deseo de bienestar material, hace que no podamos ver el daño que le hacemos al mundo y a nosotros mismos… estamos destruyendo más de lo que creamos, llenando de desperdicio el mundo en que vivimos y acabando con los recursos de los cuales nosotros mismos vivimos.
Necesitamos darnos cuenta que somos parte de algo más grande, que nuestras acciones tiene consecuencias en todos y que nadie está libre de los efectos… de lo contrario ¿para qué?, actualmente pocos destruyen lo de muchos, acaso ¿es justo?... tenemos que aprender a ver más allá de los beneficios inmediatos y pensar en el futuro… tenemos que trabajar juntos para lograr este cambio, dejar de ser espectadores y formar parte, no es algo que se pueda lograr solo… Tenemos que dejar de pensar en las solución de los síntomas, pensar en el corto plazo, para esto es necesario que seamos creativos, arriesguemos e innovemos… podemos utilizar esto como oportunidades hacia un futuro sostenible sin dejar de ser “eficientes”…
Recordemos, no hay tecnologías milagrosas si no pensamos en ellas, el éxito de ahora como se da no garantiza que podamos seguir y no existe burbuja que dure para siempre… ¿realmente estamos generando calidad de vida como decimos?
Luis Gabriel Ulloa
A00812018