Tal vez debí haber escrito esto hace una o dos semana cuando
menos. Sin embargo, antes de saber los resultados previos de las 8 p.m. y los
de las 11:45 p.m. de las elecciones presidenciales en mi país, México; pues he
decidido decir y sentir algunas cosas:
Comienzo con la izquierda que recuerdo en el 68 apoyando al
movimiento estudiantil y rompiendo lanzas contra Díaz Ordaz, la única forma de
acallar a ese movimiento – de acuerdo con los gobernantes en esa época -, fue
la fuerza bruta. En los 80’s con una efervescencia que de no ser por la
tolerancia y visión de Cuauhtémoc
Cárdenas otro gallo hubiera cantado pero quien sabe que consecuencias para la
población hubiera tenido. Después en el 2006 con la incredulidad de López
Obrador (AMLO) su anti – institucionalidad y su movimiento de protesta en
Reforma. Por último hoy en el 2012 con su falta de visión de estadista. Tomando
la segunda definición de estadista por el Diccionario de la Real Academia
Española, estadista es una: Persona
con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado. Quiero aclarar
que AMLO puede tener estas cualidades, pero lo que le fallo es tener la visión
y el valor suficiente para hacerse a un lado y dejar que la sangre nueva (o al
menos más nueva que la suya) como Marcelo Ebrard hubiera sido el representante
que le hace y hacía falta a la izquierda. ¿Qué hubiera pasado si AMLO hubiera
decidido apoyar a Ebrard como candidato presidencial en el 2012? En fin, lo
veremos en el 2018.
La derecha tenía una representante Josefina Vázquez Mota
(JVM), que como mencionaron en una ocasión: “En el gallinero hay muchos gallos
pero la gallina es la de los huevos”. No obstante creo se le rompieron en el
camino. Nunca supo distanciarse de su ex – Jefe y el tiroteo interno con “sus”
correligionarios fue demasiado intenso, no la dejaron trabajar y ella no quiso
hacerlo de “una manera diferente”, quedándose en insulsa, en algo que nunca
tomo forma aún contando con más del 51% de los votantes por su género. Creo que
pudo haberlo hecho de una manera muy
distinta y con una campaña mucho más agresiva hubiera tenido mucho éxito. El
lastre de una derecha anquilosada y obsoleta en temas tan relevantes como: el
aborto, la legalización de las drogas, la educación, el sindicalismo
corporativista, las reformas estructurales, la coalición de gobierno, las
minorías, la narcoviolencia, etc.; la llevaron a continuar con más de lo mismo
y muchos mexicanos votarán no contra ella sino por algo distinto. Realmente
triste que no supieran sus estrategas descifrar lo que todos vimos desde el
inicio de su campaña.
El partido que nunca supe para que lado se va – ni siquiera
para el centro… -, el de la alianza fue con su candidato Quadri el que más
llamó la atención tanto a la juventud como a muchas personas – como Yo -, que
vimos en sus propuestas algo de alegría, algo tal vez nuevo como lo del
instituto Cultural Octavio Paz en cada país donde México tenga una
representación diplomática de embajada.; o simplemente algo distinto como
ciudadano y no como político. Triste su posición pues la mayoría sabemos a
quién apoya. Logrará su cometido y mantendrá a dicho partido como tal.
Por último el partido de centro-izquierda como en alguna
época se le llamó. El PRI y su candidato tendrán la tarea enorme diría yo, de
hacer consensos, coaliciones, unir a estos mexicanos en una visión de futuro
que cada seis años parece hacerse y desvanecerse al mismo tiempo, que no
perdura, que se mimetiza y cambia con el viento, el oleaje político o la
presión de la oligarquía o las intolerancias. Lo dejé al último porque creo
habrá ganado estas elecciones. Y como decimos en México su representante
Enrique Peña Nieto (EPN) se habrá sacado la rifa del Tigre. Si alguna vez
México necesitó de una persona que realmente sepa negociar, ceder, apretar,
estirar, aflojar, tolerar y ser paciente pero a la vez sumamente tenaz, pues
hoy comenzará esta tarea. No debemos, no tenemos que dejarlo solo, estaremos al
pendiente junto con los que iniciaron movimientos como el del poeta y escritor
Sicilia, como yotambiénsoy#132; que nuestros valores nos guíen.
Los vaticinios pueden fallar, sin embargo sea quién sea
quién haya ganado las elecciones necesitará de todos nosotros los mexicanos que
creemos en un país mejor, en donde sabemos que si podemos trabajar en equipo
(si no pregúntenselo a los sub-17) y que hoy México realmente necesita de esa
energía, de esa sinergia por un presente y un futuro mejor.